¿Padeces dolor en la cara interna del tobillo? ¿Al correr o caminar dicho dolor de tobillo se intensifica? ¿Tienes pies planos? Todos estos son signos indicativos de una tendinopatía o tendinitis del tibial posterior. El dolor que ocasiona esta lesión puede afectar el movimiento del tobillo y dificultar la marcha. En el siguiente artículo, te mostraremos toda la información relacionada a la tendinitis del tibial posterior:
La tendinitis de tibial posterior es una lesión por sobreuso, que ocasiona inicialmente la inflamación del tendón tibial posterior, por ello el uso del término “tendinitis=inflamación de tendón”, asimismo este proceso inflamatorio afecta la membrana sinovial protectora del tendón por lo que también se usa el término “tenosinovitis=inflamación de la membrana o vaina tendinosa”. Sin embargo, el proceso inflamatorio solo ocurre inicialmente y de manera breve, mientras que una fase de degeneración se instaura de manera prolongada “tendinosis=degeneración del tendón” si se continuación generando estrés al tendón. Como podrás notar son varios los procesos patológicos que se desarrollan en esta lesión, dado que el término tendinitis no lograr abarcar dichos procesos, se hace uso del término tendinopatía para clasificar esta afección.
Es una lesión por sobreuso, que ocasiona inicialmente la inflamación del tendón tibial posterior, pero que conduce también a la tenosinovitis y tendinosis del tendón..."
Al igual que otras tendinopatía (tendinopatía de Aquiles, tendinitis del tibial anterior, síndrome de la cintilla iliotibial o tendinitis de los peroneos) la misma se origina producto de un aumento de la carga y del estrés que frecuentemente recibe el tendón, esto puede ocurrir producto de alteraciones en la pisada (pisada hiperpronadora), sobrepeso, laxitud articular entre otras causas de las cuales hablaremos más adelante. Los mismos factores causales que dieron origen a esta lesión, pueden ocasionar progresivamente un daño mayor al tendón tibial posterior, que conduce, en la mayoría de los casos, a una deformidad de pie (pie plano).
El músculo tibial posterior se origina en la zona posterolateral de la tibia y posteromedial del peroné. Este músculo se conecta con el pie a través del tendón tibial posterior, el cual atraviesa el túnel tarsiano en la parte interna del tobillo y termina anclándose en varias áreas, inicialmente en la tuberosidad navicular, seguidamente en la II, III cuña y en las bases del II, III y IV metatarsiano. El tendón se encarga de transmitir la contracción muscular del tibial posterior al pie, asegurando de esta manera la flexión plantar, el exceso de valgo del tobillo y asegurando la elevación y estabilización de la parte interna del pie (bóveda plantar), pilares fundamentales que permite una marcha y caminata funcional. la disfunción progresiva de esta estructura tendinosa puede provocar dolor y malposiciones del pie (por ejemplo, talón en valgo y pie plano) o provocar la rotura del tendón. Esta tendinopatía, puede reconocer no sólo por el dolor de tobillo, sino, además, por la hinchazón en el área interna del tobillo. Dado que en esta área se encuentran otras estructuras, esta afección suele ser confundida con la tendinitis aquílea, así como también con periostitis tibial.
Se trata de una afección frecuente en corredores o runners por la alta demanda y estrés que reciben los tibiales posteriores durante esta actividad deportiva. Su incidencia en personas no deportistas es mayor en mujeres que en hombres con una relación (3:1), siendo más prevalente en personas con más de 40 años de edad, con sobrepeso e historial de diabetes o enfermedades circulatorias. De las personas que han padecido esta lesión, destacamos al futbolista Mirko Ladrón de Guevara, quien fue diagnosticado con una tendinitis del tibial posterior izquierdo en 2019.
Mirko Ladrón de Guevara presenta una tendinitis del tibial posterior izquierdo, se encuentra realizando algunos trabajos de rehabilitación. pic.twitter.com/9DIBgigG2Y
— AllBoysLocura.com.ar (@AllBoysLocura) November 21, 2019
Los primeros signos y síntomas indicativos de que se está desarrollando esta afección suelen ser dolor en la parte interna del tobillo y pie, así como la sensación de tirones en la zona del músculo y en el trayecto del tendón. Sin embargo, estos y otros síntomas se desarrollan según la etapa y el grado de afectación en el cual se desarrolla esta tendinopatía. Siendo así, podemos decir que los signos y síntomas son los siguientes:
Esta tendinopatía se origina como consecuencia de la sobrecarga constante del tendón tibial posterior, esto se puede deber a numerosos factores causales. El más común es la sobrecarga constante asociada a un inadecuado entrenamiento deportivo, especialmente aquellas que impliquen correr por tiempo prolongado durante superficies inestables o irregulares.
Sexo femenino: está relacionado a efectos estrogénicos sobre la fuerza y la flexibilidad de los tendones, debido a esto las mujeres tiene más probabilidades de sufrir este tipo de lesiones.
Existe una alta probabilidad de que la misma se desarrolle debido a ciertas actividades estresantes para los tobillos y pies, por lo que la prevención de la tendinitis consiste esencialmente en evitar sobrecargas en la región interna de los tobillos y pies. Con este propósito, les dejamos a continuación algunas recomendaciones:
Unas adecuadas zapatillas para correr te evitarán padecer lesiones como la tendinitis del tibial posterior, aprende en el siguiente vídeo a seleccionar el calzado adecuado para tu tipo de pie y pisada para mantener la salud y bienestar de tus pies con las recomendaciones que te brindará un profesional en podología en el siguiente vídeo:
La variedad de estructuras que guardan relación en la zona interna del tobillo, hacen difícil la detección de esta afección, para lograr un diagnóstico certero y apropiado abordaje terapéutico es necesario llevar a cabo un diagnóstico diferencial, con el cuál se descarta o confirma la presencia de otras afecciones o enfermedades tales como:
Básicamente, la tendinitis se diagnostica en base a un historial médico y a un examen físico realizado por un médico o fisioterapeuta. En el examen físico el profesional de salud llevará a cabo algunas pruebas funcionales en el músculo y su tendón, la pruebas más usada en el Test de ponerse de puntillas (en inglés, heel rising test) y “Single limb heel rising test”, con estos el especialista puede valorar la funcionalidad de los tibiales posteriores, si se presenta dolor o debilidad con estas pruebas se puede confirmar o descartar la presencia de esta tendinopatía. Además, en el examen físico el especialista inspeccionará el área del tendón en busca de enrojecimiento, hinchazón, aumento de la temperatura o sensibilidad/dolor al tacto. Por lo general, un examen físico es suficiente para sospechar de esta afección, pero en algunos casos pueden ser necesarias pruebas adicionales para confirmar el diagnóstico, como una resonancia magnética (RM) o ecografía.
La primera intervención del médico está enfocada en detener el estrés al tendón y dejarlo reposar durante algún tiempo para permitir su reparación, para ello frecuentemente inmovilizan la articulación con una férula tipo Walker. Si el paciente presenta dolor, el médico puede indicar el uso de hielo sobre la zona dolorosa. Si el dolor persiste, puede indicar también analgésicos y medicamentos antiinflamatorios (AINEs), como ibuprofeno o diclofenaco. En los casos que el dolor sea demasiado intenso, el médico también puede inyectar cortisona o plasma rico en plaquetas (PRP) en las áreas peritendinosas. Otras medidas conservador frecuentemente indicadas son:
Estas intervenciones realizadas de manera temprana en la mayoría de los casos pueden tener notables resultados y conducir a la recuperación del paciente. Sin embargo, algunos casos estas medidas no logran solventar lo suficiente los síntomas y la degeneración tendinosa, además, aquellos casos que ya estén en una fase avanzada de degeneración del tendón, con las complicaciones asociadas ya instauradas (pie plano adquirido, artrosis), la única solución médica terapéutica es la cirugía.
La selección de las técnicas quirúrgicas va a variar según la fase de la tendinopatía en la que se encuentre el paciente. En la primera y segunda fase, se indican intervenciones tales como: tenosinovectomía y transferencia tendinosa con un tendón sano. Para casos avanzados en fase tres y cuatro, indican intervenciones sobre el tejido óseo cómo una osteotomía, para realinear las alteraciones presentes en el pie. En casos particularmente graves, es probable que el médico indique la realización de una artrodesis de ciertas articulaciones del tobillo (subastragalina) con la finalidad de detener los efectos de la degeneración extrema o rotura del tibial posterior.
Al igual que el tratamiento médico, el fisioterapéutico buscar detener el factor causal que esté estresando y sobrecargando al tibial posterior, para ello se indica reposo parcial o deportivo (dependiendo del caso) acompañado de medidas terapéuticas enfocadas en el alivio de síntomas como el dolor y la inflamación de tobillo, tales como:
Una vez los síntomas y las molestias sean aliviados, se procede a la modificación del factor causal, que frecuentemente está relacionado con factores de origen biomecánico, por lo que el fisioterapeuta diseñará un plan de entrenamiento basado en las características funcionales y biomecánicas únicas del paciente. Principalmente el entrenamiento busca tratar la insuficiencia del tendón y normalizar la función del músculo tibial posterior, mediante:
El proceso patológico de esta afección puede resultar eterno, si no se mantiene un cuidado y entrenamiento constante, es por ello que hemos preparado algunos protocolos que te ayudarán a continuar con el tratamiento médico y fisioterapéutico desde tu casa. Cada uno de estos vídeos son realizados por profesionales fisioterapeutas, que de manera amena y didáctica te explicarán como deshacerte de las molestias de esta afección mediante los vídeos de nuestro canal de YouTube FisioOnline:
Te mostramos en el vídeo a continuación una serie de ejercicios terapéuticos enfocados en promover la curación de esta afección. Además, un experto fisioterapeuta te mostrará cual es el músculo tibial posterior, que causa la inflamación de su tendón y que sintomatología presenta:
La progresión de esta afección puede conllevar a un pie plano adquirido en el adulto, es por ello que te mostramos en el siguiente vídeo cual es el tratamiento en caso de que esta alteración en la forma de pie:
Otros músculos acompañan la función de los tibiales posteriores, por lo que es importante mantenerlos también en óptimo estado para lograr que funcionen adecuadamente durante la actividad deportiva, evitando así la lesión de los mismos. Para ello te recomendamos ver el siguiente vídeo, en donde un profesional fisioterapeuta con años de experiencia te brindará las directrices necesarias para realizar ejercicios de estiramientos de manera adecuada y efectiva:
Tratándose de una afección degenerativa progresiva, la misma continuará deteriorando la estructura tendinosa sin tratamiento. La detección e intervención terapéutica temprana ayudarán a ralentizar la progresión y a curar la afección. La duración de la tendinitis depende de la causa subyacente. En el caso de una inflamación aguda causada por un estrés excesivo, la inmovilización, el enfriamiento y el entrenamiento terapéutico a corto plazo pueden llevar a la curación en unos pocos días. Sin embargo, es importante que no comience de nuevo directamente al 100%, sino que el paciente vuelva lenta y progresivamente a la carga e intensidad original para evitar sobrecargarlo nuevamente y volver a la tendinopatía.
Una tendinitis del tibial posterior aguda puede resolverse en poco días, mientras que una crónica puede requerir hasta 4 meses para conseguir la curación..."
Ahora bien, en una fase crónica o cuando la tendinopatía está asociada a una enfermedad crónica, la eliminación de los síntomas o la curación de la tendinopatía puede durar varias semanas y hasta 4 meses. Los resultados del abordaje quirúrgico son mucho menos predecibles y estos no garantizan el no regreso al estado anterior a la enfermedad. Además, los pacientes operados pueden seguir teniendo algunos efectos residuales después de las cirugías reconstructivas, por lo que frecuentemente se seleccionan los abordajes conservadores antes que los quirúrgicos.