¿Sientes dolor u hormigueo en el lado interno del pie? ¿Qué se presenta tanto caminando como en reposo? Estos son signos claros de una compresión del tibial posterior relacionada al síndrome del túnel del tarso. Pero, ¿De qué trata este síndrome? ¿Cuáles son las causas? ¿Cómo se diagnostica? ¿Qué opciones terapéuticas están disponibles en la actualidad? Obtén la respuesta a estas y otras preguntas en el siguiente artículo:
El síndrome del túnel del tarso, conocido también como disfunción del nervio tibial o neuralgia del nervio tibial posterior, es una neuropatía por atrapamiento que se asocia con la compresión de las estructuras que discurren dentro del túnel del tarso, en especial el nervio tibial posterior. El síndrome del túnel de tarso es, similar al síndrome del túnel carpiano en la muñeca, ya que ambos se originan por un atrapamiento nervioso. El nervio tibial posterior controla los músculos que se encuentran en las plantas de los pies y en la parte inferior de las piernas, los cuales son encargados de flexionar el tobillo.
El síndrome del túnel de tarso es similar al síndrome del túnel carpiano en la muñeca, ya que ambos se originan por un atrapamiento nervioso..."
Además, dicha estructura nerviosa se encarga de transmitir todas las percepciones sensitivas de la parte inferior de la pierna, el talón y la planta. En este síndrome el nervio en el túnel del tarso está irritado por una compresión constante, lo que conlleva a la aparición de varios síntomas: dolores, sensación de ardor y hormigueo, calambres y entumecimiento en la parte interna y las plantas de los pies, que se acentúan principalmente bajo estrés (al caminar o correr), pero a veces también ocurre en reposo y por la noche al dormir. Ya destacamos anteriormente que el tibial posterior discurre por el túnel del tarso, pero, ¿qué otras estructuras anatómicas los constituyen? Conócelas a continuación:
Aunque el síndrome del túnel tarsiano o del tarso fue descrito por primera vez en 1932 por Pollock y Davis, la estructura afectada: el túnel del tarso fue descrito por primera vez por Richet en 1857 y su nombre “túnel/canal del tarso” fue dado por Raiga en 1923. Se trata de un estrecho canal o túnel (2,5 -3,0 cm de ancho) que se encuentra en la parte interna del tobillo, se encuentra limitado por el astrágalo y el retináculo flexor del pie (un ligamento interno en el tobillo). No solo el nervio tibial posterior (que se divide en el nervio plantar medial y el nervio plantar lateral), sino que también lo atraviesan los tendones (tibial posterior, flexor largo de los dedos y del hallux) y los vasos sanguíneos (arteria posterior tibial) que mostramos en la siguiente infografía. Esto hace que el túnel tarsiano sea un punto crucial para el funcionamiento del pie; en caso de desalineación, hinchazón o sobrecarga en la zona, puede afectar gravemente a esta estructura tan importante para la salud de los pies.
Se desconoce la incidencia del síndrome del túnel tarsiano, ya que se trata de una enfermedad relativamente poco frecuente y a menudo infradiagnosticada. Sin embargo, algunos estudios epidemiológicos han reportado una incidencia mayor en mujeres que en hombres y ha señalado que puede desarrollarse a cualquier edad. Su origen se asocia frecuentemente a causas traumáticas en el 70% de los casos y en el 30% restante a un mecanismo de inversión.
La causa más común del síndrome del seno del tarso es la traumática (70%), secundaria a un mecanismo de inversión, el 30% restante se reparte entre causas inflamatorias, quistes sinoviales y sinovitis vellonodular pigmentaria.https://t.co/wKeCZiCnAL
— Aware.Doctor (@awaredoctor) January 2, 2020
Se hace visible principalmente por ocasionar parestesias nocturnas tales como ardor, entumecimiento y hormigueo que inician en la parte interna del pie, y continúan hacia los dedos. Estos síntomas también pueden irradiarse a la pantorrilla. Además, el área alrededor de la parte interna del pie esta permanentemente sensible. El parado y caminar durante largos períodos de tiempo exacerba estos síntomas, pero levantar el pie y el reposo puede aliviarlos.
Dado que el nervio tibial posterior irritado inicialmente a pesar de la compresión se regenera una y otra vez, los síntomas parecen irregulares al inicio de la enfermedad. Pero en el transcurso de la misma, el nervio puede sufrir daños permanentes, que conlleven a parestesias y el dolor constante. Posteriormente, los músculos inervados por el nervio también pueden resultar dañados, por ello la personas con esta enfermedad sienten debilidad muscular de la musculatura plantar y ya no pueden mover los pies correctamente, especialmente la flexión plantar.
Las causas que conllevan al desarrollo de esta enfermedad no están del todo esclarecidas, por ello, existe un porcentaje considerable de casos en los que no se puede llegar a determinar la causa asociada. Al igual que como ocurre en el síndrome del túnel carpiano en la muñeca, el estrechamiento del túnel del tarso puede deberse producto de cualquier proceso que estreche el espacio en el túnel del tarso, por lo que puede originar por variedad de causas, siendo las siguientes las más frecuentes:
Las medidas preventivas van enfocadas a mantener una adecuada biomecánica del pie y a reducir o evitar los factores que aumenten el estrés sobre la zona tarso, sin embargo, teniendo en cuenta que muchos casos son idiopáticos, o sea, sin causa justificable, esta es una enfermedad que no se puede prevenir del todo. Algunas de las medidas preventivas más destacables son:
A continuación, te mostraremos como llevar a cabo ejercicios que potencien tus tobillos, con la finalidad de reducir el riesgo de desarrollo de enfermedades y lesiones como esta:
Teniendo en cuenta la variedad de estructuras anatómicas que se encuentran en la zona interna del tobillo, el diagnóstico diferencial del síndrome del túnel tarsiano es muy amplio, lo que dificulta el diagnóstico. algunos de éstos incluyen:
La manera más fiable para descartar o confirmar estos diagnósticos son los estudios de imagenología, especialmente las resonancias magnéticas.
Ante la sospecha de un síndrome del túnel del tarso, el médico realiza un diagnóstico inicial en base a la historia clínica del paciente (anamnesis). Este es el paso más importante ya que la sintomatología que describe el paciente, puede brindar una confirmación parcial de la presencia de la enfermedad, ya que la sintomatología asociado a la compresión del nervio tibial es muy precisa. El objetivo principal del diagnóstico no es solo determinar claramente la presencia de la enfermedad, sino también evaluar el curso, el estadio y la gravedad del daño nervioso presente. Esto es particularmente importante para el diseño de un plan de tratamiento adecuado y para la planificación de cualquier medida médica quirúrgica.
Una vez realizada la anamnesis, el médico examina los tendones flexores que atraviesan el túnel del tarso mediante una inspección palpatoria, presionando con el pulgar el área en busca de puntos doloroso. Con el examen físico el especialista en traumatología puede palpar tanto los tendones flexores de los dedos como el del hallux o dedo gordo, así como también el tendón del tibial (tendón del músculo tibial posterior). Además, el especialista valora el estado de los vasos sanguíneos mediante la medición del pulso y del nervio tibial, mediante una prueba de dorsiflexión – eversión del tobillo y la percusión del túnel tarsiano, si estos desencadenan los síntomas es indicativo de la presencia de esta enfermedad (signo de Tinel).
Aunque la inspección y el examen físico puede confirmar la presencia de la enfermedad, como destacamos anteriormente, la valoración diagnostica no sólo tiene como objetivo la detección de la enfermedad, sino, además, la detección del factor causas subyacente y el estado del túnel tarsiano y sus estructuras adyacentes con la finalidad de diseñar el mejor abordaje terapéutico para el caso. Con estos objetivos se indican:
El objetivo del especialista médico en traumatología es eliminar la compresión de los nervios y así acabar con la parestesia o el dolor presente. Por lo general, no se indica cirugía como primer método terapéutico, sino el abordaje conservador, que frecuentemente incluye:
El objetivo de la cirugía es aliviar la estructura nerviosa comprimida, lo cual logra el cirujano cortando el ligamento de los tendones flexores (retináculo flexor del pie) y otros métodos que variaran dependiendo del caso, algunos de los más usados son:
Después de la cirugía el especialista en traumatología inmoviliza la zona operada durante un tiempo de 2 – 3 meses y se indica muletas. Además, muchos médicos indican fisioterapia para lograr una recuperación completa del procedimiento realizado.
Teniendo en cuenta la variabilidad de los factores causales relacionado a esta afección, no existe un abordaje fisioterapéutico único para la recuperación del síndrome del túnel tarsiano. Los objetivos a cumplir básicamente son la normalización de la biomecánica alterada y la recuperación del movimiento funcional del tobillo. Para ello el fisioterapeuta realiza intervenciones tanto activas como pasivas basada en las características y necesidades del paciente, algunas de ellas son:
Esta afección ocasiona variedad de molestias a corto y largo plazo, es por ello que para ayudarte en tu proceso de recuperación te mostramos algunos vídeos con importante información y recomendaciones realizadas por fisioterapeutas expertos en distintas áreas de la salud, los cuales pondrán a tu disposición sus conocimientos sobre esta lesión. Teniendo en cuenta que cada cuerpo es distinto, te invitamos a que antes de realizar algunos de los ejercicios s en nuestro canal FisioOnline en YouTube consultes con tu fisioterapeuta o médico de confianza:
En caso de inflamación y dolor agudo te recomendamos el uso de baños de contraste con agua fría y hielos combinado con agua caliente o templada. Esta técnica terapéutica es altamente eficaz para controlar las molestias que esta afección ocasiona por ello te explicaremos como aplicarla adecuadamente desde tu casa:
Los ejercicios neurodinámicos fomentan la movilidad de los nervios y reduce la sintomatología que desarrollan, en el siguiente vídeo te mostramos como realizar un ejercicio neurodinámico enfocado en las ramificaciones nerviosas del miembro inferior:
A continuación, te mostraremos un plan terapéutico conservador diseñado para tratar esta afección, el mismo está constituido por ejercicios de estiramiento, automasajes y ejercicios de fortalecimiento enfocados en los grupos musculares involucrados:
Después al procedimiento quirúrgico y una vez retirada la inmovilización, se debe tomar acciones para recuperar la movilidad y funcionabilidad de las estructuras intervenidas. Con este objetivo te mostramos a continuación una serie de ejercicios enfocados en la recuperación inicial de la región operada:
Siguiendo con los ejercicios anteriormente mostrados, te mostramos a continuación la consecución del entrenamiento en una fase media:
Una vez recuperados todos los tejidos intervenidos y fortalecidas las zonas intervenidas, es conveniente un entrenamiento más fuerte, como el que te mostraremos a continuación:
Aunque un diagnóstico temprano y consecuente tratamiento, mejora el pronóstico de curación, realmente el pronóstico y tiempo de curación es muy variable. Esto debido a lo variable de los factores causales. Los casos con una causa comprobable generalmente el pronóstico es favorable, por el contrario, los casos originados sin una causa identificable y que no respondan al tratamiento conservador generalmente no obtienen buenos resultados con la intervención quirúrgica.
El éxito de una operación también depende en gran medida de las enfermedades que la acompañan, por ejemplo, lesiones, la longitud de la sección nerviosa afectada y la capacidad regenerativa del nervio (edad del paciente, estado de salud). El proceso de rehabilitación después de la cirugía puede durar hasta seis meses. Un abordaje terapéutico exitoso no significa que puede reaparecer la enfermedad a corto o largo plazo si la causa no ha sido resuelta, por ello, en algunos casos, es necesaria otra operación para aliviar nuevamente los síntomas.