Muchos deportistas, especialmente aquellos corredores o runners, conocerán de cerca la periostitis tibial. Para aquellos que no la conocen, es una lesión por sobreuso, causante frecuente de dolor y sensibilidad en las espinillas al caminar, o sea, a lo largo de la tibia. En el siguiente artículo le brindaremos información destacable sobre esta afección (causas, medidas preventivas, tratamientos disponibles) que te permitirá comprenderla con mayor facilidad:
Para comprender mejor el desarrollo de esta patología es importante conocer un poco acerca de las estructuras que rodean a las tibias, por lo cual a continuación, te nombraremos cuales son las estructuras y compartimentos adyacentes a las tibias que guardan relación con periostitis tibial:
Lo que comúnmente conocemos como espinilla, es un hueso se conoce a nivel médico como tibia. Esta estructura asume la carga principal de la parte inferior de la pierna y es la base que da origen a varios tendones y músculos encargados de los movimientos del tobillo y del pie. Si palpas la cara anterior de tu pierna, podrás notar un borde relativamente afilado que sobresale, junto a ella lateralmente se encuentran los músculos que elevan al pie (flexores dorsales). Mientras que, en el borde interior, podrás sentir los músculos de la pantorrilla. En las diáfisis de las tibias se encuentran a nivel profundo los orígenes del músculo tibial posterior, el flexor largo del dedo del pie, tibial anterior y el músculo sóleo. Estos músculos permiten la flexión plantar, elevan el borde interno del pie (supinación) y se encargan de doblar tus dedos. Nuestros músculos están en parte anclados al periostio (membrana que recubre el hueso y brinda nutrientes y sangre al mismo) tanto en el origen como en la inserción. En este tejido la fuerza se transfiere de los músculos a los huesos y así se inicia el movimiento. Una carga de tracción excesiva puede provocar irritación del periostio e incluso fracturas por estrés.
El significado etimológico de periostitis (=inflamación del periostio) tibial (referente al hueso tibia) nos indica que consiste en la inflamación de periostio que recubre la tibia. Esta patología también conocida como Síndrome de estrés tibial medial (en inglés, Medial Tibial Stress Syndrome-MTSS) es una lesión que se da por el uso excesivo y la irritación de las inserciones de los músculos en el 1/3 medio de la tibia. Dado que la sobrecarga y sobreuso de estos músculos es frecuente en bailarines, deportistas y militares, la inflamación e irritación del periostio tibial no es infrecuente en estas poblaciones.
Se trata de una lesión por sobreuso frecuente en bailarines, deportistas y militares..."
A diferencia del hueso, el periostio que lo recubre tiene terminaciones nerviosas nociceptivas, lo que hace que sea muy sensible al estrés y ocasione dolor, es por ello que la periostitis tibial ocasiona importante dolor en las espinillas. Aunque este dolor suele provenir de la zona anterior de la tibia (periostitis anterior), también puede provenir de la región posterior (periostitis posterior) siendo ocasionado por la sobretensión de los músculos: tibial posterior, sóleo y el flexor largo de los dedos.
Se trata de una afección frecuente en deportistas con una incidencia que varía entre el 13,6% y el 20% en corredores y hasta el 35% en reclutas militares de los EE.UU. Cabe destacar, que la mayoría de las veces los corredores que sufren tales lesiones por estrés, son principiantes. Por lo tanto, es aconsejable, que sean cuidados al dar inicio a una nueva actividad deportiva. Además, también tiene una alta prevalencia en bailarines, estando presente en el 20% de esa población. Algunos estudios han relacionado la deficiencia de vitamina D con un mayor riesgo de lesiones de este tipo. El género más frecuentemente afectado por esta afección es el sexo femenino y esto está relacionado con las características anatómicas de cada género. De las personas que presentaron como diagnóstico esta afección, destacamos al futbolista Alfonso Espino, quién la padeció en 2018.
Alfonso Espino no jugará debido a una lesión (periostitis tibial). Hoy entrenó normal pero los movimientos diferenciados de la semana hicieron que Medina coloque a De Pena como lateral izquierdo y será quien juegue mañana. pic.twitter.com/vUTLnkuMVG
— Rodri Vázquez (@RodriVazquez95) January 22, 2018
La periostitis tibial al principio ocasiona dolor en la espinilla, este dolor a menudo muestra características variables según la evolución de la afección:
A veces el dolor se localiza en la zona del lugar de origen (tercio proximal o medial de la pierna), pero en algunos casos la dolencia se transmite al pie. Debido a la presión excesiva en los compartimentos afectados, la piel sobre el área afectada puede estar sensible, inflamada o con trastornos de la sensibilidad (parestesias).
Esta lesión suele ser el resultado de la acumulación de microrroturas no reparadas en periostio de la tibia como consecuencia de la sobrecarga de los músculos que se originan sus fibras en las tibias. Como resultado de la tensión continua y repetida, la unión del tendón en el área del periostio se inflama. La inflamación en el tejido óseo, las microrroturas, el tejido cicatricial resultante y el engrosamiento de la fascia muscular (la vaina que rodea los músculos) provocan dolor. Los períodos de entrenamiento intensivo después de un largo descanso deportivo se consideran una notable causa desencadenante. Así como también un cambio en la técnica de carrera o en la superficie donde se entrena también puede provocar irritación del periostio debido a un desbalance muscular. Varios factores pueden promover el desarrollo de esta afección de los cuales destacamos:
Existen varias acciones para prevenir esta afección en las tibias, por un lado, el nivel de entrenamiento debe adaptarse al nivel de condición física presente. Esto es para evitar que los atletas principiantes se esfuercen demasiado, sin estar físicamente preparados. Por otro lado, se debe compensar cualquier estrés inadecuado durante la carrera (terreno inestable), para ello el calzado utilizado para entrenar debe estar diseñado para amortiguar las condiciones dañinas del suelo. Tenga en cuenta que los zapatos deportivos después de algún tiempo pierden su capacidad de amortiguación por lo que las zapatillas de correr deben reemplazarse después de un tiempo para evitar esta afección.
Es importante tener en cuenta un adecuado programa de calentamiento y acondicionamiento antes de cada sesión de entrenamiento. Un factor de riesgo para el desarrollo de la enfermedad está relacionado con el tipo de pisada al correr, las personas que realizan lo que se conoce como hiperpronación al correr están en particularmente mayor riesgo. Es por ello que es recomendable la realización de un análisis de la marcha y de la pisada, para poder analizar el comportamiento de la pisada en la carrera. Si existe realmente una alteración en la pisada, existen varias ayudas para corregirlo, entre las que destacamos a las plantillas ortopédicas.
Es importante no entrenar sin descanso, trate de brindarle a su cuerpo el descanso suficiente para reparar las estructuras, antes de que aparezcan signos de lesiones como esta..."
Una medida preventiva altamente eficaz para lesiones por sobreuso son los ejercicios de estiramiento. En general, el objetivo de los ejercicios de estiramiento es por un lado calentar y acondicionar los músculos de la pierna antes de un ejercicio. Por otro lado, para reducir el riesgo de sufrir una periostitis. Para ello es especialmente importante evitar la sobretensión del músculo tibial anterior, por lo cual te recomendamos ver el siguiente vídeo en donde un experto fisioterapeuta en el área deportiva te orientará y te brindará las directrices sobre cómo realizar correctamente ejercicios de estiramiento para relajar el tibial anterior y los peroneos:
Teniendo en cuenta que el dolor de la espinilla puede ser originado por otras lesiones en la zona, es tener presente los siguientes diagnósticos diferenciales
Por lo general, el diagnóstico de esta afección puede realizar en función de la historia clínica (anamnesis), en donde el paciente describe las molestias asociadas a esta afección, siendo el más destacable la presencia de dolor a lo largo de los dos tercios distales del borde tibial medial inducido por el ejercicio. Esto puede permitir al profesional de salud sospecha de la presencia de esta afección y puede confirmarse con el examen físico.
Ciertos signos durante la valoración palpatoria y visual permiten al especialista la detección de esta afección:
Aunque la anamnesis y el examen físico pueden proveer de la información necesaria para la confirmación de esta afección de salud, algunos estudios de imagen pueden ser útiles para determinar el grado de afectación ósea y muscular presente. Los más usados son: tales como:
Como sucede con muchas lesiones por uso excesivo, es fundamental para el médico eliminar primero los factores causales desencadenantes de la mejor manera posible: si el paciente tiene sobrepeso, la reducción de peso puede constituir una buena base en una terapia conservadora exitosa. Además, la hiperpronación existente debe dominarse mediante un entrenamiento específico de los músculos del pie y las piernas dosificado desde la fisioterapia, así como optimizando el calzado de entrenamiento y posiblemente con la referencia a un podólogo para la confección de unas plantillas ortopédicas. La mayoría de los médicos indican de manera temporal reposo deportivo combinado con la limitación de los movimientos causales mediante el uso de Kinesiotaping, vendaje, pantorrilleras semirrígidas de neopreno o de un órtesis, y acompañado de aplicación de hielo sobre la zona dolorida durante unos 10- 20 minutos.
Con respecto al tratamiento farmacológico, algunos médicos indican medicamento antiinflamatorios y analgésicos en forma de geles/ungüentos o también en forma de grageas. Si no hay mejoría, el médico puede inyectar una solución de analgésicos o plasma rico en plaquetas (PRP) en el compartimento muscular comprometido, sin embargo, estas infiltraciones son poco usadas.
La cirugía es una opción poco usada, ya que el reposo deportivo y las medidas terapéuticas conservadoras pueden lograr la curación total de esta patología. La terapia quirúrgica siempre se selecciona si no hay mejoría en los intentos terapéutico en el abordaje conservador o si las relaciones de presión aumentan tanto que se pone en peligro el suministro de sangre oxigenada al músculo. Durante el procedimiento quirúrgico, la fascia del músculo afectado se divide para reducir la presión (liberación del compartimento muscular afectado). El procedimiento puede llevarse a cabo como una operación abierta, pero también se lleva a cabo mediante técnica endoscópica.
Desde la fisioterapia se busca tratar las causas que conllevaron al aumento desmedido de tensión de los músculos tibiales, para lograrlo inicialmente el fisioterapeuta realizará una valoración biomecánica exhaustiva del paciente afectado, según los datos recolectados y las características del paciente, diseñará un plan de tratamiento individualizado, enfocado principalmente en la reducción de la inflamación y en el alivio de los síntomas que estén afectando al paciente. Para ello es importante en un principio detener la actividad estresante (laboral o deportiva). Posterior al alivio de las molestias, el fisioterapeuta da inicio a un entrenamiento enfocado en la modificación de los factores biomecánicos que conllevar a la periostitis, para lograrlo eficazmente es posible que trabaje en colaboración con un podólogo, para que diseñe órtesis o plantillas ortopédicas que corrijan las alteraciones presentes en la pisada y el pie. Aunque el abordaje terapéutico es diseñado de manera individual, se podría decir que las interacciones realizadas se desarrollan en etapas:
Esta fase da inicio una vez estén totalmente eliminados los síntomas o molestias que presentaba el paciente. Aquí el fisioterapeuta busca modificar las alteraciones biomecánicas que en un principio conllevaron al desarrollo de esta afección, mediante la indicación de:
Si quieres progresar más rápidamente y promover tu proceso de recuperación, te dejamos a continuación variedad de vídeos de nuestro canal de YouTube FisioOnline, que te ayudarán a continuar con el tratamiento médico y fisioterapéutico desde tu casa. Cada uno de estos vídeos son realizados por profesionales fisioterapeutas, que de manera amena y didáctica te explicarán paso a paso como realizar ejercicios, estiramiento y automasajes para el tratamiento de esta afección.
El vendaje neuromuscular es una de las técnicas más usadas no sólo como medida terapéutica sino también como medida preventiva, que resultaría muy útil en caso de estar presentando molestias en la región tibial. Aprende más acerca de esta técnica de vendaje y cómo llevarla a cabo en el siguiente vídeo:
Teniendo en cuenta que la sobrecarga del tibial anterior es uno de los factores causales asociados a esta afección, una técnica terapéutica fácil de aplicar para descargar y desinflamar este músculo es la crioterapia y el auto masaje. Si quieres saber cómo realizar aplicar adecuadamente una técnica de automasaje con hielo observa el siguiente vídeo:
En el siguiente vídeo te mostraremos un protocolo terapéutico altamente efectivo para lograr la recuperación de esta afección de salud, constituido por medidas terapéuticas tales como: vendaje compresivo, estiramientos musculares, y masaje de la zona dolorida, así como la aplicación de un vendaje funcional especial que se explicará durante el video
La duración de las molestias provocados por esta afección puede variar ampliamente en cada caso. Dependiendo de la gravedad de la enfermedad y la causa, los dolorosos síntomas pueden durar entre unas pocas horas y varias semanas. La periostitis tibial es una lesión por sobrecarga que suele ser fácil de controlar de forma conservadora. Como hemos mencionado anteriormente las medidas quirúrgicas no suelen ser necesarias. Y aunque la tasa de éxito después de la terapia quirúrgica es alta, a menudo, el retorno a la disciplina deportiva tiene lugar con un nivel de rendimiento más bajo.
No se puede estimar realmente un período exacto de curación de esta lesión, pero con la terapia adecuada, los deportistas generalmente logran completar carreras cortas con todo el peso corporal nuevamente después de 3 a 6 semanas. El estado de irritación del periostio generalmente se puede controlar rápidamente mediante el reposo y la terapia conservadora complementaria. El desafío posterior a la curación de esta afección de salud es evitar la recurrencia (recaída en la lesión), para ello es necesario minimizar los factores de riesgo lo mejor posible y optimizar la carga de entrenamiento.