Lesión con alta frecuencia de aparición en deportistas tales como beisbolistas, nadadores y jugadores de balonmano, les hablamos de la lesión de SLAP o lesiones de la porción superior del labrum. Estas lesiones suelen traer consigo notable y agudo dolor de hombro, incapacidad funcional del mismo, entre otros síntomas, que conocerás en este artículo. Además de varios temas relacionados a la lesión de SLAP como su diagnóstico y tratamiento.
Ya que es la principal estructura afectada en esta patología es importante describir sus características. El labrum del hombro también es conocido como rodete glenoideo, se encuentra ubicado entre la cavidad cóncava de la escápula (cavidad glenoidea) y la bola del húmero (cabeza humeral).
En la siguiente imagen podrás observar en color verde dicha estructura.
El labrum consiste en un aro de tejido fibroso y cartilaginoso que está firmemente unido al hueso y se fusiona directamente con la cápsula articular, los tendones y ligamentos que rodean y estabilizan a la articulación glenohumeral.
Esta estructura se encarga de aumentar la superficie y profundizar el encaje en la articulación, generando un mejor centrado, y una mejor estabilización y amortiguación de la cabeza humeral.
El tendón de la porción larga del bíceps braquial está unido a la porción superior de esta estructura articular antes de la inserción del mismo. La proporción y orientación de las fibras de bíceps conectadas al labrum varía mucho cada persona.
Una lesión de SLAP trata de la presencia de un desgarro o rotura en la región superior de la estructura fibrocartilaginosa descrita anteriormente. Aunque desde 1938 Bankart y Cantab hablaban sobre las lesiones en el labrum, sólo describieron las que se encontraban a nivel antero-inferior. No fue hasta 1985 cuando J.R. Andrews y colaboradores identificaron daños labrales a nivel superior en la valoración artroscópica de 73 atletas de élite. Sin embargo, el término usado en la actualidad para describir a esta lesión: “SLAP” (Superior Labrum Anterior and Posterior, que en español hace referencia a una lesión superior de labrum, de anterior a posterior) fue acuñado en 1990 por S.J. Snyder junto a otros especialistas, que además contribuyeron a la realización de la primera clasificación de las lesiones de labrum tipo SLAP.
La clasificación más conocida de esta lesión es la expuesta en 1990 por S.J. Snyder quien a través de artroscopias estableció una escala de cuatro tipos (Tipo I-IV). Sin embargo, esta tipología fue modificada en 1995 por Maffet, quien incorporó tres tipos más (V-VII) a esta clasificación, estos tres tipos describen una patología concomitante que acompaña a una lesión SLAP. En la actualidad se han descrito y agregado aún más tipos a esta clasificación, hasta lo momentos están descritas diez tipos de lesiones SLAP, pero realmente muy pocos especialistas usan esta última clasificación.
A continuación, les describiremos cada uno de los tipos conocidos de lesiones superiores del labrum:
Es una de las lesiones menos frecuentes relacionadas a pacientes con dolor de hombro, contando con una incidencia de 3,4 a 26% en la población general. Sin embargo, estas cifras aumentan en deportistas lanzadores de alto rendimiento. Un seguimiento realizado por la American Board of Orthopaedics Surgeons entre los años 2003-2008 arrojaron una incidencia del 10,1% con predominio en hombres con 78,8% sobre mujeres con 21,6%, en un promedio de edad de 36,4 años en hombres y 40,9 años en féminas. Estos resultados indican un predominio de esta patología en hombres sobre mujeres.
Las personas de 30 a 50 años de edad, tienen más posibilidades de desgarros o daños en las regiones superiores del labrum y esto es debido a que posterior a los 35 años el labrum superior está menos adherido a la cavidad glenoidea que en personas <30 años.
En personas mayores a los 40 años se ha evidencia la presencia de lesiones tipo II (lesión más frecuente) y en personas de 60 años o más, se han identificado lesiones tipo circunferenciales (tipo IX). Por lo tanto, podemos concluir que existe un efecto relacionado con la edad en el que cuanto mayor es el paciente, más probabilidades tendrá de sufrir una lesión SLAP, debido a los cambios degenerativos relacionados con el envejecimiento.
De las personas afectadas por esta patología destacamos al portero Sergio Medina, portero del equipo de balonmano Vulcanizados Alberola, quien para 2018 sufrió una lesión en el hombro derecho, siendo diagnosticado un SLAP, con un nivel 2.
Sergio Medina, portero del Vulcanizados Alberola, sufre una lesión en el hombro derecho.
Le han diagnosticado un Slap, una lesión de la parte superior del lambrum glenoideo, con un nivel 2, el límite entre quirófano o no. El cuerpo médico del club lo está valorando. pic.twitter.com/Z5vDNKWEKQ— Club Balonmano Elche (@cbm_elche) November 20, 2018
Un problema con la lesión de SLAP es que tiene síntomas de dolor muy diferentes, que varían según el tipo, la gravedad y la evolución de esta patología, eso significa que no todos los pacientes experimentan el mismo tipo de síntomas. Sin embargo, existen ciertos síntomas que coinciden en la mayoría de los casos, que indican a las personas que están afectados por esta patología en la articulación glenohumeral, los cuales nombraremos a continuación:
Es importante destacar que estudios han afirmado que las lesiones tipo SLAP pueden ocurrir de forma aislada o ir acompañado con otras patologías del hombro, como desgarros del manguito rotador, lesiones en el tendón del bíceps e inestabilidad glenohumeral, es por ello también la variabilidad de sus síntomas.
El labrum puede lesionarse de muchas maneras y por diversos mecanismos lesionantes, siendo los más comunes:
El mecanismo lesionante asociado al origen de esta patología es una abducción y rotación externa durante una acción de lanzamiento, lo que ocasiona una torsión en el área del labrum que genera daños en el mismo. Es por ello que esta patología se presenta con mayor frecuencia en atletas que practican deportes en los que el brazo se use sobre la cabeza. tales como:
Esto es debido a que este grupo de deportistas están expuestos a sufrir de microlesiones labrales en el curso de su deporte que inicialmente pasan desapercibidas. Porque al lanzar pelotas u objetos, se producen fuerzas de torsión y tracción masivas en la base del tendón del bíceps, que el labrum no puede soportar. Una gran cantidad de estas microlesiones pueden conducir a la formación de un SLAP. Lo mismo puede suceder en caso de accidentes, ya que estos traumatismos pueden desencadenar un daño labral superior agudo por la violenta tracción de la porción larga del bíceps. La aparición de este tipo de lesiones también puede ser promovidas por el proceso degenerativo asociado al envejecimiento.
La prevención solo es posible para aquellos que practican movimientos de rotación constantes por encima de la cabeza, por ejemplo: los lanzadores. Al igual que con otras actividades deportivas, deben tomar descansos regulares. Esto evita una acumulación excesiva de daños microscópicos y le brindará el tiempo necesario a la estructura para repararse. Por lo tanto, siempre es importante evitar la sobrecarga o el sobre entrenamiento. El número de sesiones y la duración del entrenamiento deben aumentarse progresivamente para minimizar el riesgo de sufrir daños labrales.
El labrum se encuentra relacionado con varias estructuras anatómicas del hombro, por lo cual cuando se presentan lesiones o enfermedades en estas estructuras pueden confundirse con lesiones labrales. Algunas de ellas son:
Si bien estas patologías pueden estar aisladas, en algunos casos pueden presentarse acompañadas de una lesión en el labrum. Para diferenciarlas es necesario realizar estudios de imagen en donde se pueda observar el estado de cada una de las estructuras de la articulación glenohumeral y determinar si además del rodete glenoideo existe alguna otra estructura lesionada.
Diagnosticar un daño labral tipo SLAP no siempre es fácil en la mayoría de los casos. Inicialmente para su diagnóstico es importante llevar a cabo una entrevista detallada del paciente (anamnesis), que tiene como objetivo proporcionar información sobre si el paciente presenta factores de riesgo de sufrir este tipo de daños (deportistas lanzadores y adultos mayores) y si presenta síntomas asociados a un daño labral.
Diagnosticar un daño labral tipo SLAP no siempre es fácil en la mayoría de los casos.
Después de la anamnesis, se debe realizar un examen físico detallado, que primero debe explorar un movimiento activo en la articulación del hombro en donde se valora qué movimientos puede realizar por sí mismo y que nivel de fuerza muscular presenta. Seguidamente se analiza el movimiento pasivo del hombro en donde el médico o el fisioterapeuta moviliza el brazo en diferentes ángulos de movimiento para evidenciar las restricciones y las amplitudes presentes, que en caso de un daño del rodete glenoideo se ve restringido.
Como parte del examen físico, se aplican pruebas especiales de provocación, las más frecuentemente utilizadas son:
Después de todo el extenso examen realizado usando las diferentes pruebas anteriormente mencionadas, también es necesario pruebas de imagenología como la resonancia magnética con contraste para asegurar el diagnóstico de la presencia de un SLAP y poner en manifiesto otras lesiones asociadas. Sin embargo, se puede mejorar la precisión del diagnóstico mediante una observación vía artroscopia.
A partir de las lesiones labrales tipo II el tratamiento médico está enfocado en una solución quirúrgica y no conservadora para la mejora de la función del hombro, ya que las estructuras desplazadas no retornan a su posición anatómica original de manera conservadora. Además, si el dolor persiste a pesar del tratamiento conservador en caso de un tipo I, también se recomienda la cirugía.
La terapia quirúrgica para daños labrales tipo SLAP en la mayoría de los casos se realiza bajo artroscopia que, dependiendo de la gravedad de la lesión, el procedimiento puede llevar de unos minutos a 1-2 horas. Este procedimiento cuenta con un enfoque diferenciado según la gravedad del daño en el labrum o rodete glenoideo. Por ejemplo, las lesiones SLAP de tipo I y III se desbridan, es decir, se retira el tejido suelto dañado para que no quede nada atrapado y el hombro pueda ser funcional nuevamente. Ahora bien, los de tipo II y IV, así como las que van de V-X se tratan con técnicas de anclaje con sutura, es decir, las partes desgarradas se suturan y se unen de nuevo artroscopicamente.
Las lesiones SLAP se tratan por igual, a menos que el tendón de la porción larga del bíceps se vea afectado.
Si la inserción del tendón del bíceps está gravemente afectada además de la reparación del rodete glenoideo, se repara el ancla del tendón del bíceps. En este caso el borde superior del labrum y el tendón de la porción larga del bíceps braquial se fijan en su posición original en la cavidad ósea mediante pequeños anclajes óseos. Si el ancla del tendón está severamente dañada, el tendón puede cortarse en la base y volverse a unir inmediatamente debajo de la cabeza humeral de la articulación (procedimiento llamada tenodesis).
Además, mediante este tipo de cirugía cualquier lesión acompañante que pueda estar presente se detecta y repara.
Después de la operación, el paciente generalmente queda inmovilizado durante aproximadamente tres semanas, pero para mantener una movilidad óptima se indica fisioterapia, en donde el brazo se moviliza progresivamente durante este tiempo mediante ejercicios terapéuticos.
El tratamiento fisioterapéutico juega un importante papel en la rehabilitación de una lesión del SLAP, tanto como método de tratamiento inicial como método de tratamiento posquirúrgico. En los casos de un SLAP tipo I, los resultados mediante tratamiento fisioterapéuticos suelen ser muy satisfactorio en la mayoría de los casos. Básicamente, la fisioterapia en estos casos incluye las siguientes pautas:
En los casos reparados mediante cirugía el proceso de rehabilitación posquirúrgica va a depender del tipo de lesión labral y el procedimiento llevado a cabo. Ya que esto permite establecer qué tan lejos se puede mover la articulación del hombro para restaurar su funcionamiento. Inicialmente se procede con medidas pasivas, enfocadas en la restauración de la amplitud articular y la reducción de las molestias que el paciente presente en ese momento, esto involucra inicialmente técnicas de movilización pasiva, electroanalgesia, drenaje linfático manual y reeducación postural.
Después de la primera fase de curación del procedimiento quirúrgico realizado, en donde la fase de inflamación, ha disminuido, se comienza la estimulación del movimiento activo, según las especificaciones del cirujano con respecto a la hora de inicio y la extensión del movimiento. Una vez obtenidos la amplitud de movimiento activo y la recuperación de la fuerza y coordinación del hombro, se da inicio a la educación del gesto deportivo. Los deportes de lanzamiento y de contacto, como el balonmano o el fútbol, suelen comenzar de nuevo después de cuatro meses de rehabilitación, este tiempo varía según las características individuales de cada paciente.
Teniendo en cuenta la variabilidad de los malestares y los síntomas que puede padecer una persona que ha sufrido una lesión de SLAP, te dejamos algunos vídeos de nuestro portal en YouTube FisioOnline en donde profesionales fisioterapeutas te explicarán cómo realizar diversas técnicas terapéuticas enfocadas en aliviar la intensidad del dolor y otras molestias que estén afectando tu vida diaria.
Si te estás preguntando ¿Cómo curar una lesión en el hombro? La respuesta la encontrarás en el siguiente vídeo, en donde el médico traumatólogo Gonzalo Samitier, te explicará detalladamente de qué trata esa lesión, cómo se origina y cuáles son los abordajes terapéuticos tanto conservadores como quirúrgicos para curar este tipo de lesiones labrales.
En muchos casos en dolor puede ser limitante a corto plazo y un obstáculo en la recuperación de estas patologías de hombro, es por ello que te recomendamos realizar ejercicios pendulares, te permitirán mantener la amplitud articular y reducir la presencia de dolor de hombro. En el siguiente vídeo aprende cómo realizarlos correctamente:
Para promover y recuperar la amplitud articular te dejamos el siguiente vídeo, con el cual aprenderás a cómo realizar ejercicios para ganar amplitud articular glenohumeral:
No podemos dejar de lado los ejercicios de fortalecimiento el manguito rotado, ya que dicho grupo muscular es sumamente importante para la recuperación de los daños labrales, es por ello que te dejamos en el siguiente vídeos simples ejercicios de tonificación o fortalecimiento para recuperación de lesiones de hombro.
Finalmente, para favorecer el proceso de rehabilitación del hombro, te enseñamos en el siguiente vídeo ejercicios de estabilización para lesiones de hombro:
Si las lesiones de SLAP se tratan de manera temprana (tratamiento conservador o quirúrgico), tienen un pronóstico muy bueno, con un periodo de curación de unas 3 - 16 semanas.
El tiempo de curación puede variar principalmente según las patologías que acompañan a la lesión del rodete glenoideo (si las hay), ya que el proceso de curación suele ser distinto en cada una.
Además, para un proceso de curación favorable a largo plazo, deben tenerse en cuenta las causas que originaron dicho daño, ya que, si las mismas persisten, el proceso patológico se puede reinstaurar en el hombro.