Esta patología puede afectar componentes nerviosos, arteriales y venosos, por lo cual desencadena variados síntomas que lo hacen confundirse con otras patologías y enfermedades. Tan diversos son los síntomas del Síndrome del desfiladero de los escalenos como los son sus tratamientos médicos y fisioterapéuticos. En el siguiente artículo desarrollaremos importantes temáticas sobre este síndrome.
La historia de esta afección, parte con William Harvey quien describió por primera vez el desfiladero de los escalenos en 1628, mientras que los síntomas de la compresión vasculonerviosa fueron descritos por Sir Astley Paston Cooper en 1821. Pero no fue hasta 1956 cuando R.M. Peet describió el síndrome del desfiladero de los escalenos como la primera contrición involucrada en el Thoracic Outlet Compression Syndrome (TOCS por sus siglas en inglés) que en español es llamado síndrome de la compresión de la salida torácica e involucra varios niveles de contrición.
Este síndrome consiste en la compresión de nervios y vasos vasculares que irrigan al brazo realizada por los músculos escalenos del cuello.
La patología que en este artículo estamos hablando abarca una variada sintomatología, todos causados por la compresión vascular y nerviosa en la parte superior y anterior del tórax a nivel del cuello. El síndrome puede conducir a la aparición de dolor agudo o crónico, temporal y prolongado en la distribución de los haces neuromusculares que discurren en esta área.
Observa en la siguiente infografía las estructuras anatómicas involucradas en este síndrome.
Antes que nada, es importante describir la anatomía de los músculos causantes de la compresión vascular, venosa y nerviosa que se da en este síndrome, los músculos escalenos.
Los escalenos son tres músculos ubicados a cada lado de la columna cervical, estos músculos se llaman:
Cada músculo parte desde las apófisis transversas de las vértebras cervicales C2 a C7 y se insertan en la primera y segunda costilla, formando parte del triángulo posterior del cuello.
Como podrás observar en la imagen, entre el escaleno anterior y el escaleno medio se presenta un desfiladero (triángulo interescalénico) por donde discurre el plexo braquial, así como también la arteria y vena subclavias.
Estos puntos anatómicos son los van a sufrir la compresión en este síndrome: las ramificaciones del plexo braquial y de la vena y arteria subclavias, las cuales además de dolor también pueden desencadenar trastornos circulatorios, así como alteraciones en la sensibilidad y parálisis o entumecimiento en el brazo que inervan o irrigan.
Debido a que son varias las estructuras que atraviesan el desfiladero interescalénico, la compresión puede afectar a uno o varios de ellos. Entonces, los tipos de compresión van a variar según la estructura comprometida, siendo estos los siguientes:
La incidencia de esta patología es relativamente baja, entre un 0,3 y un 0,7 %, alcanzando hasta el 2 %, llegando a representar el 40% de los casos en una unidad especializada en disfunciones nerviosas periféricas. De estos casos un 80% presenta un trauma cervical previo.
Con respeto a su origen, se ve mayormente relacionado a ocupaciones o actividades que involucren posturas prolongadas del cuello, en especial en trabajos involucrados con la elevación de la cabeza (peluqueras, carpintero, pintor).
Las mujeres entre 20 y 50 años son las mayormente diagnosticadas por esta afección, a diferencia de los hombres con una relación de 9:1, existen otros reportes que hablan de una relación de 4:1. De los hombres afectados por sindromes constrictivos destacamos al jugador de baloncesto profesional estadounidense Markelle Fultz, el cual en 2018 fue diagnosticado con el Síndrome de la Salida Torácica.
Duras noticias sobre el estado de Markelle Fultz.
El que fue número 1 del Draft 2017 ha sido diagnosticado de Síndrome de la Salida Torácica. Una enfermedad que afecta nervios y vasos sanguíneos de cuello y hombro y dificulta la movilidad y sensibilidad. https://t.co/mh1DyebMCj— Siete 24 - NBA (@Siete24NBA) December 4, 2018
Con respecto a la prevalencia de este síndrome, se habla de 5 por 100.000 personas cada año, sin embargo, esta cifra no es bien definida debido a que, en la mayoría de los casos este síndrome en mal diagnosticado por lo que se pasa por alto, especialmente cuando se presenta como emergencia.
Teniendo en cuenta que el plexo braquial y los vasos sanguíneos que pasan por los escalenos inerva e irrigan a los músculos del hombro, el pecho, el brazo y la mano. Los pacientes con esta patología sufren típicamente de dolor, debilidad muscular y otros síntomas en estas áreas, que se manifiestan principalmente en el área media anterior del antebrazo que aumentan durante el movimiento o ejercicio físico.
Dado que la inervación sensitiva de la mano se ve alterada debido a la compresión del nervio, se produce producir hiperestesia (sensibilidad a los estímulos externos) o parestesia (entumecimiento y hormigueo) en el área de la mano. En algunos casos, cuando la arteria subclavia está comprimida, la persona afectada presenta edema o hinchazón intermitente de los dedos de la mano afectada.
En casos graves, además del dolor de hombro antebrazo se puede presentar parálisis de los músculos del pecho y el brazo, ya que los músculos de esta área están inervados por el plexo braquial comprimido. Un estrechamiento en el sistema vascular de la subclavia también puede produce coágulos sanguíneos (trombosis) que pueden cerrar los vasos de los dedos y, por lo tanto, provocar la decoloración y el enfriamiento de los dedos de las manos.
La causa de esta afección en la zona anterior del cuello, es la compresión muscular de la red de vasos y nervios, provocada por malformaciones o disfunciones que afectan al sistema musculoesquelético a nivel cervical, tales como:
Desde la visión Fiit Concept – Fisioterapia Integrativa, concebimos como unos de los factores causales de esta enfermedad a la inadecuada alimentación y al mal manejo de emociones (estrés, enfado, crispación, exceso de responsabilidad en el trabajo), ya que estos contribuyen a la aparición de disfunciones en el hígado, que repercuten negativamente en la región del cuello, fomentando la aparición de contracturas musculares cervicales así como el bloqueo de la primera costilla, que ocasiona compresión de las ramificaciones nerviosas y vasculares a nivel cervical, especialmente en el caso de síndromes del desfiladero de los escalenos en el lado derecho.
En un sentido estricto no es prevenible, ya que en ocasiones surge debido a factores causales de tipo congénito. Por ejemplo, la formación de una costilla cervical no se puede evitar con cambios externos. Sin embargo, las contracturas musculares en el cuello pueden prevenirse evitando el estrés y las malas posturas que las generan. Entonces las opciones y medidas de prevención disponibles son:
Al presentar una amplia distribución de los síntomas, suele ser confundido con otras afecciones vasculares y nerviosas tales como:
Inicialmente el diagnóstico trata de la exclusión de la sintomatología referida por el paciente, sobre la base de estos síntomas, generalmente se puede hacer un primer diagnóstico. Posteriormente se procede a un examen físico que implica pruebas de provocación, en el caso del Síndrome del desfiladero de los escalenos se hace uso de la prueba de Adson.
En esta prueba se indica al paciente que mantenga una inspiración profunda, que gire y lleve hacia atrás la cabeza en la dirección del brazo afectado hasta su límite de movimiento o hasta la aparición de dolor. Al mismo tiempo, se toma el pulso radial que se siente en la muñeca. Si hay un estrechamiento patológico, el pulso disminuye con la prueba.
La prueba de Adson es la opción predilecta para diagnosticar el síndrome del desfiladero de los escalenos.
Otra prueba que es útil para el diagnóstico de esta patología es la prueba de Halsted, la cual es similar a la anterior, pero se diferencia porque se indica al paciente una extensión de cuello, si hay un estrechamiento patológico en el triángulo interescalénico, el pulso disminuye con la prueba.
Las pruebas de imagenología como resonancias magnéticas de tórax y cuello también pueden ser necesarias, con ellas es posible diferenciar esta afección de otros síndromes de la salida torácica, ya que mediante ella son observables la presencia de alteraciones óseas y cambios en los tejidos blandos que pueden causar constricción nerviosa y vascular.
De ser necesario se complementarán con otros estudios como la angiografía para detectar agrandamientos, constricciones y otros cambios vasculares. Así como también se puede medir la conducción de los nervios cubital y medianos (frecuentemente afectados en este síndrome) mediante un estudio de electromiografía.
En un primer momento en casos leves el tratamiento se centra principalmente en aliviar los síntomas del dolor, con tratamiento farmacológico con medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINES) tales como diclofenaco o ibuprofeno. Los relajantes musculares también son indicados si se sospecha que la causa se una posible tensión o contractura muscular.
En el caso de dolores pronunciados, el dolor generalmente se reduce con terapia neural, que consiste en la infiltración local del músculo afectado con un anestésico local.
También existe una opción más invasiva para solventar el dolor con fármacos, la cual consiste en la implantación de dispositivo que libera regularmente anestésicos locales en el músculo en el cuello. En los casos que estas medidas sean insuficientes para aliviar el dolor y otras molestias como déficits neurológicos, la intervención quirúrgica puede estar indicada para evitar cualquier daño permanente a la red nerviosa y vascular comprimida eliminando la causa principal de la compresión.
La cirugía está indicada si los métodos de tratamiento conservador fallan. A menudo la cirugía implica la eliminación de la costilla cervical y la primera costilla o la estructura de constricción. Otras intervenciones implican la resección del segmento muscular escaleno que comprime. El dolor persistente, así como los cambios en la arteria de la clavícula o las oclusiones vasculares requieren soluciones quirúrgicas. Además, si existe daño a los nervios también debe tratarse quirúrgicamente para remediar esto.
El tratamiento más indicado para este síndrome es el tratamiento fisioterapéutico, el cual ofrece óptimos resultados en cuanto al alivio del dolor, normalización de las funciones sensitivas y restauración de la funcionalidad del miembro afectado.
Los objetivos a conseguir son la flexibilización y relajación de cada escaleno, la descompresión nerviosa y vascular del triángulo interescalénico y aumentar la movilización y el desplazamiento de los nervios comprimidos.
Para lograrlo son varias las técnicas y métodos disponibles desde la Fisioterapia, de los cuales destacamos:
Ahora bien, desde la visión Fiit Concept – Fisioterapia Integrativa, tenemos presente dentro de los factores causales que dan origen a la tensión cervical y al bloqueo de la primera costilla, a las disfunciones viscerales inducidas por una inadecuada alimentación y al mal manejo de las emociones. Por lo cual también proponemos tratamientos enfocados en solventar estas causas, tales como:
Antes de hablar sobre el tratamiento propuesto de esta visión es necesario esclarecer un poco de que trata. Siendo así, la Fisioterapia Integrativa – Fiit Concept está basada en la filosofía de la Medicina Tradicional China (Medicina Oriental, este tipo de medicina establece que cada emoción concreta contribuye al desarrollo de una alteración de algún órgano o víscera en concreto, la presencia de esta alteración podrá repercutir negativamente en el tono muscular y sobre la biomecánica intervertebral, debido a la relación establecida por el sistema simpático y parasimpático. Adicionalmente otros factores causales muy importantes, pero poco tomados en cuenta como la nutrición y el mal manejo del estrés también contribuyen a la instauración de una disfunción visceral que finalmente genere alteraciones en el sistema musculoesquelético.
Toda esta relación la podrás ver ejemplificada en el siguiente diagrama:
Teniendo esto en claro, podemos afirmar que no sólo los factores causales provenientes del ámbito físico o mecánico (malas posturas, malformaciones cervicales, desalineaciones óseas) nombrados en este artículo, conllevan a la aparición del Síndrome del desfiladero de los escalenos, sino que también la presencia de estrés, alteraciones nutricionales y emocionales pueden ser los causantes.
Desde nuestra visión Fiit Concept – Fisioterapia Integrativa, este síndrome se origina como consecuencia de una disfunción visceral del hígado, estómago y la vesícula biliar.
Estos órganos cuando están en disfunción pueden ocasionar trastornos en la contracción de determinados músculos del cuello, ocasionando un aumento de la tensión del tono muscular de los músculos del cuello, la alteración de la simetría muscular cervical y craneal, ocasiona la pérdida de la biomecánica corporal.
Ahora bien, la aparición de una de esta patología en el lado derecho es promovida específicamente por disfunciones en el hígado. Mientras que si se orientan hacia el lado izquierdo son asociadas a disfunciones en el estómago y la vesícula biliar. En caso de que la vesícula biliar sea la afectada el paciente incluso puede notar dolor hasta la nuca o presencia mareos. Estos órganos pueden originar en un principio rigidez articular intervertebral a nivel cervical que consecuentemente repercute en la musculatura de cuello, ocasionando esta compresión nerviosa y vascular. El hígado y la vesícula biliar puede entrar en disfunción por el estrés, la inadecuada alimentación, así como ciertos estados emocionales que a continuación te explicaré:
Al fin y al cabo, todos estos factores influyen negativamente en la tensión de los músculos y articulaciones cervicales, lo que por ende ocasiona la instauración de este síndrome compresivo vascular y nervioso como respuesta refleja del sistema nervioso.
Nuestro portal de YouTube FisioOnline está provisto de variedad de vídeos realizados por profesionales fisioterapeutas que de manera amena y cómoda te explican cómo realizar ejercicios, automasajes y estiramientos que contribuyen a reducción del dolor y molestias generadas por este síndrome.
Siendo los músculos escalenos los principales causantes de la aparición de molestias y síntomas en este síndrome, te mostramos en el siguiente vídeo como puedes reducir la tensión de los mismos mediante automasajes:
Dentro de las técnicas fisioterapéuticas más efectivas para reducir el dolor nervioso tenemos los ejercicios neurodinámicos o movilizaciones neurales. En el primer vídeo el fisioterapeuta Mikel Junquera te mostrará cómo realizar una movilización global del sistema nervioso de los brazos (plexo braquial), el cual se ve notablemente afectado por esta enfermedad:
Con el segundo vídeo aprenderás distintas maneras de estirar y movilizar al nervio mediano, afectado frecuentemente en esta enfermedad:
Y en el último vídeo podrás conseguir información sobre cómo realizar auto movilizaciones del nervio mediano que reduzcan el dolor de origen nervioso:
Con un tratamiento conservador mediante fisioterapia, el pronóstico del síndrome del desfiladero de los escalenos suele ser muy bueno. Si este tratamiento no tiene éxito, el paciente tiene como opción el tratamiento quirúrgico, con el cual alrededor del 40 al 80% de los pacientes operados logran una mejora en la sintomatología posterior al proceso de rehabilitación y recuperación.
En algunos pacientes operados los síntomas pueden persistir.