Muchos corredores, futbolistas y ciclistas son conocedores de la osteopatía de pubis - pubalgia, sin embargo, no es una patología exclusiva de los deportistas, ya que también puede afectar a personas no deportistas cómo las mujeres embarazadas. A continuación, podrás conocer todo lo relacionado a esta afección, su definición, síntomas, posibles causas, así como también los diversos tratamientos (fisioterapéuticos y médicos) para lograr superar el dolor en el pubis|.
Antes de hablar más a fondo sobre esta frecuente lesión en deportistas, es de suma importancia, conocer la anatomía que constituye la región pubiana.
Es un hueso que forma parte de la anatomía de la pelvis, y se encuentra por encima de la sínfisis púbica, es extenso, grueso y posee tres porciones, la primera está localizada por arriba del agujero isquiopubiano, la segunda en el mismo agujero que la anterior y la última está ubicada en la zona inferior de la rama descendente del pubis. Cumple dos funciones esenciales, la primera de tipo mecánica, ya que estabiliza la región pélvica permitiendo la realización de movimientos equilibrados y efectivos; y la segunda de contención y envoltura para la protección de los órganos y vísceras del abdomen y la pelvis. Por otra parte, esta estructura junto a los huesos sacros e ilíacos, constituyen la cintura pélvica, una unidad funcional que cumple no solo las funciones antes descritas, sino que es de suma importancia durante la marcha.
En la región ósea anteriormente descrita convergen las inserciones de varios músculos importantes, entre ellos encontramos al grupo abdominal (recto abdominal y oblicuos) y al grupo aductor de la pierna (aductor largo, aductor mayor, aductor menor, pectíneo y gracilis o grácil). Por un lado, los abdominales se encargan de flexionar el tronco y contener las vísceras que se encuentran en la caja abdominal, por otro lado, los abductores se encargan de llevar la pierna hacia el centro del cuerpo. De todos los músculos que se unen a la sínfisis púbica, el recto abdominal y los aductores largos son los más importantes para mantener la estabilidad en el plano sagital de la pelvis anterior La alteración de las fuerzas de contracción que ambos grupos musculares producen, se ve asociada a la aparición de dolor en la sínfisis púbica.
En 1980 esta lesión era conocida como ingle de Gilmore, en honor a la primera persona en describir esta afección: Jerry Gilmore. Sin embargo, en la actualidad son variados los nombres que se usan para hacer referencia a esta afección deportiva: entesitis pubiana, pubalgia atlética, hernia del deportista, hernia del deporte, osteopatía dinámica del pubis y pubalgia. Este último término está constituido por la palabra “pubus” que hace referencia a la zona inguinal y púbica del cuerpo y a la palabra “algos” que significa dolor, por lo que significa literalmente dolor en la región púbica.
En 1980 esta lesión era conocida como ingle de Gilmore, en honor a la primera persona en describir esta afección Jerry Gilmore.
La osteopatía de pubis o pubalgia se trata de un síndrome que reúne varias lesiones de origen musculoesquelético que afectan la zona pubiana e inguinal, manifestándose con dolor de pubis. Existe una amplia variedad de estructuras que convergen en la región pubiana, por lo que no es de extrañar que el dolor no sólo se concentre en la región del pubis, sino que se irradie a zonas cercanas como el abdomen, los muslos y el suelo pélvico. Esta patología que afecta la región pubiana del cuerpo es generada por fuertes movimientos reiterados que producen una sobre carga osteo-articular, y tendinosa de la sínfisis púbica. Es bastante frecuente en deportistas, sobre todo en aquellos que practican disciplinas como el fútbol; en pacientes que no practican deportes es una rareza, por lo que a menudo es un hallazgo accidental.
Podemos clasificar a este doloroso síndrome de dos maneras:
La mayoría de los estudios se refieren a esta afección como una lesión deportiva, debido a su alta prevalencia en deportistas que realizan movimientos de alto impacto, los cuales son sometidos a entrenamientos diarios, en donde deben realizar movimientos repetitivos, tales como: aceleración y desaceleración de forma violenta de las extremidades inferiores, cambios bruscos de dirección y movimientos de rotación de la columna y la cadera.
Los movimientos antes descritos generalmente se realizan con frecuencia en determinadas disciplinas deportivas, es por ello que su prevalencia es mayor en deportistas que practiquen fútbol, rugby y ciclismo.
La incidencia anual de los jugadores de fútbol es del 10% al 18%, mientras que en otras disciplinas como las carreras es del 3,3% al 11,5%. Afecta mayormente al sexo masculino, y no tiene nada que ver a diferencias morfológicas con el sexo femenino, sino a la ejecución de deportes generalmente asociados a este género en donde se realicen movimientos de alto impacto como los antes descritos y que generan un sobreuso la zona de la sínfisis púbica.
Es conocido que la PUBALGIA es más frecuente en Hombres debido a:
Diferencias anatómicas de la pelvis.
Las Mujeres tienen una pelvis más ancha y ligera con un ángulo subpúbico mayor, esto ayuda a transferir las cargas fuera del pubis hacia las extremidades inferiores.— Dr. Sergio Hortelano (@DrSergiohorte) June 29, 2020
Cuando se trata de una pubalgia crónica esta suele iniciar de forma silenciosa e indolora, por lo que no es percibida inicialmente por la persona que la padece. De manera progresiva va apareciendo el dolor en la zona del pubis, el cual en deportistas no es relacionado a la patología sino a molestias musculares propias del entrenamiento realizado, permitiendo que la patología siga progresando. En casos agudos, el dolor en la región pubiana aparece inmediatamente posterior a un movimiento brusco o a un traumatismo.
El dolor difuso en la sínfisis púbica es el síntoma característico de la osteopatía de pubis o pubalgia.
El dolor difuso en la sínfisis púbica es el síntoma característico de esta lesión deportiva y este se desarrolla de distintas maneras, variando dependiendo del origen del dolor:
Además de lo antes mencionado encontramos otros síntomas, como lo son:
Existe una variedad de causas que generan esta patología, en donde se ven afectados los movimientos simétricos de la región de la sínfisis púbica, dentro de estas causas encontramos:
La sínfisis púbica es la unión anterior de los huesos coxales (ilíacos), dichas estructuras óseas se movilizan (hacia adelante y hacia atrás) de manera armoniosa junto con el sacro cuando caminamos. Sin embargo, si uno de los coxales va hacia adelante mientras el otro se mueve hacia atrás, va a originar un conflicto en la sínfisis púbica que produce dolor. Además, la mal posición del sacro (muy vertical o muy horizontal) puede ocasionar estrés en la región anterior de la pelvis. Por otro lado, la sínfisis púbica actúa como un punto de apoyo anterior para la pelvis, y tiene una estrecha conexión con las estructuras musculares (abdominales y aductores) implicadas en el desarrollo de esta afección. Una alteración en uno de los puntos de inserción tendinosos de esta musculatura (acortamiento, debilidad), predispone al tendón opuesto a la lesión, lo que altera la biomecánica y a su vez conduce a la inestabilidad de la sínfisis púbica. Por lo general, esto se debe a contracciones musculares intensas crónicas o agudas por parte de la persona afectada (frecuentemente atletas o deportistas).
Las cuales pueden motivarse por lesiones de la zona lumbar, de cadera o del hueso sacro. Así como también puede originarse por disfunciones viscerales (vejiga, riñón o hígado), ya que estas pueden causar el desequilibrio de la posición y biomecánica de la pelvis.
Los cuales pueden estar asociados a patologías previas en donde la pelvis no se encuentra alineada, sino que toma una postura en retroversión, observándose con frecuencia en los futbolistas. Esta alteración postural favorecida por la contracción sostenida de los isquiotibiales, mantendrá a la musculatura aductora en constante estiramiento mientras que a los rectos abdominales en constante contracción y tracción. Además, la pubalgia puede verse favorecida por las siguientes alteraciones posicionales tales como:
Sobre todo, aquellas en donde se realizan movimientos repetitivos que sobrecargan la zona pubiana, dentro de estas disciplinas encontramos en primera instancia el fútbol, aunque también es común en deportes como el rugby, el ciclismo y el atletismo. Además, una inadecuada preparación física puede conducir a un mal movimiento de la zona y por ende la pubalgia.
Cualquier lesión previa, golpes o impactos que choquen con la zona de la pelvis o en la sínfisis púbica, los cuales generan el dolor en la zona.
Recordemos que esta patología es muy característica en deportistas, por lo que se considera de suma importancia la realización de ciertas modificaciones durante el entrenamiento, para prevenir no sólo la aparición de esta afección, sino también para reducir el riesgo de una recaída de la misma:
Siendo los aductores los principalmente generadores de tensión anómala en la sínfisis púbica, te recomendamos mantenerlos flexibles mediante ejercicios de estiramiento. Aprende a cómo realizarlos correctamente con las directrices que te brindará un experimentado fisioterapeuta en el vídeo a continuación:
Teniendo en cuenta que existe una amplia variedad de estructuras anatómicas que se ven relacionadas con la región púbica, precisar que se trata de esta afección podría resultar difícil en un primer momento, es por ello que es importante a la hora de la valoración tener presente los diagnósticos diferenciales propios del caso:
Para llegar al origen de la dolencia (estructura lesionada) y consecuentemente a la causa del dolor (factor causal que conllevó a la lesión), el médico o fisioterapeuta generalmente tomará primero una radiografía de la pelvis después de un historial médico (anamnesis) y un examen físico completo. En la anamnesis se registran los posibles desencadenantes de dicha afección (por ejemplo, actitud laboral o deportiva), en cuanto al examen físico, es llevado a cabo mediante la efectuación de pruebas musculares y funcionales.
El profesional en salud inspecciona inicialmente la zona dolorosa mediante la palpación, una vez detectados los puntos más álgidos y la musculatura en tensión procede a la realización de las siguientes pruebas:
Las técnicas de imagen ayudan a obtener un diagnóstico exacto. Además, es muy útil para realizar identificar la estructura que origina la molestia, ya que las imágenes obtenidas con estos estudios permiten valorar el estado de las estructuras que convergen en pubis. Los estudios más usados son los siguientes:
Un diagnóstico certero sólo puede ser obtenido mediante los estudios de imagen. Si deseas conocer más acerca de cómo se diagnóstica esta lesión deportiva, te recomendamos ver el siguiente vídeo, en donde encontrarás información importante sobre el diagnóstico por imágenes de esta afección:
El reposo deportivo y el uso de medicamentos orales son las primeras medidas que se indica en el abordaje médico conservador, frecuentemente los más indicados son los inhibidores del dolor y la inflamación, como el diclofenaco o el ibuprofeno; los ungüentos o cremas rara vez alcanzan las estructuras para las que están destinados, ya que son absorbidos y metabolizados por la piel rápidamente, por lo que no son indicados en esta afección. Si los síntomas no se alivian con los analgésicos antiinflamatorios orales, algunos médicos aplican inyecciones de cortisona en las adyacencias de la sínfisis púbica, así como también usan plasma rico en plaquetas (PRC).
Cuando se suspende el medicamento, si los síntomas reaparecen, se hace evidente que la verdadera causa no ha sido remediada.
Aunque estas medidas conservadoras, si bien mantienen a raya los síntomas, no solucionan la causa real de esta patología y paralizan un importante sistema de alarma en nuestro cuerpo. Cuando se suspende el medicamento, si los síntomas reaparecen, rápidamente se hace evidente que la verdadera causa no ha sido remediada. La dolencia y el malestar a menudo es aún peor en esta etapa que antes de los medicamentos, ya que los patrones de movimiento anómalos que originaron la afección persistieron durante la duración del efecto del medicamento. Además, muchos pacientes no lo saben, pero los medicamentos antiinflamatorios siempre tienen efectos secundarios y bloquean el proceso de reparación natural de su cuerpo.
En la mayoría de los casos la cirugía no se considera una primera opción terapéutica, la excepción a esta regla son los deportistas de alto rendimiento que están en temporada de competición y aún con el tratamiento conservador se encuentran sintomáticos, así como también aquellos pacientes que padezcan de molestias después de 3 meses de tratamientos conservadores.
La cirugía para la pubalgia mayormente se realiza bajo anestesia general. Son varias las técnicas quirúrgicas que se usan en la actualidad, la selección dependerá de la causa asociada. De las técnicas usadas destacan: la reparación del oblicuo externo, el transverso del abdomen, la fascia transversal, las reparaciones con refuerzo de malla abdominal, las reparaciones laparoscópicas, las reparaciones mínimamente invasivas y las reparaciones abiertas del suelo pélvico con o sin liberaciones de aductores y las neurectomías. En casos raros, se realiza una artrodesis de la sínfisis, mediante el uso de un fragmento de hueso propio del cuerpo, que se fija con una placa.
La fisioterapia es considerada una parte importante del tratamiento de esta afección, ya que constituye el mayor porcentaje del tratamiento conservador. La intervención fisioterapéutica está enfocada en las causas, por lo cual se lleva a cabo una previa valoración exhaustiva del paciente para detectarla. Ya que, si el origen de la inflamación y el dolor no se reconocen como tal y el tratamiento se enfoca en los síntomas, la causa no podrá eliminarse, por lo que el dolor reaparecerá después de un corto periodo de tiempo.
Una vez detectado el factor causal, el objetivo de la fisioterapia es corregir el origen del desequilibrio de los estabilizadores de la cadera y la pelvis. Para ello el abordaje fisioterapéutico se enfoca en la estabilización postural y en la normalización de la relación dinámica de los músculos y articulaciones de la cadera y la pelvis, mediante la dosificación del ejercicio terapéutico.
La fisioterapia es considerada una parte importante del tratamiento de esta afección, ya que constituye el mayor porcentaje del tratamiento conservador.
Para lograr estos objetivos el fisioterapeuta inicialmente alivia los síntomas y las molestias que el paciente refiera, mediante el uso de variedad de técnicas y herramientas terapéuticas, que pueden variar según la experiencia del fisioterapeuta y las características del paciente. El abordaje de esta afección podemos dividirlos en dos fases, con objetivos y abordajes distintos en cada una.
En esta fase el objetivo principal es la analgesia de los síntomas, especialmente de la inflamación y el dolor, es por ello que inicialmente se le indica al paciente reposo deportivo, seguidamente se procede a realizar las siguientes intervenciones:
Una vez aliviado los síntomas, ampliado el rango de movimiento e incentivado la contracción muscular sin dolor. El fisioterapeuta planifica y dosifica un plan de entrenamiento terapéutico enfocado en la flexibilidad, fuerza y estabilización de la musculatura estabilizadora del tronco (Core y paravertebrales), así como también la de la pelvis y los muslos (rotadores de cadera, los aductores y los isquiotibiales) que variarán según sea el caso.
El abordaje terapéutico de esta enfermedad normalmente no se suele tener en cuenta todos los factores causales y es por ello que muchos de las intervenciones enfocadas en su tratamiento suelen resultan infructuosas. Esto no suele ocurrir solamente en esta patologías, sino en muchas más, siendo así, para brindarle una solución óptima al malestar que te aqueja, hemos diseñado el tratamiento Fiit Concept – Fisioterapia Integrativa, el cual es una visión terapéutica basada en los estudios realizados desde la Medicina Tradicional China (Medicina Oriental), esta medicina establece que el desarrollo de una alteración de algún órgano o víscera en es producto de una emoción en concreto, la presencia de esta alteración podrá repercutir negativamente en el tono muscular y en la biomecánica de algunos segmentos intervertebrales, debido a la relación establecida por el sistema simpático y parasimpático. Además, otros factores causales muy importantes, pero poco tomados en cuenta como la nutrición y el mal manejo del estrés también contribuyen a la instauración de una disfunción visceral que finalmente genere alteraciones en el sistema musculoesquelético.
Toda esta relación en la que se basa nuestro abordaje terapéutico la podrás ver ejemplificada en el siguiente diagrama:
Ya aclaradas las bases de nuestra visión terapéutica podemos afirmar que la osteopatía de pubis o pubalgia no sólo se produce por factores físicos o mecánicos (trabajos repetitivos, exceso de ejercicio, errores en el entrenamiento) mencionados anteriormente en el artículo, sino que además puede verse influida por la presencia de estrés, alteraciones nutricionales y emocionales pueden ser los causantes.
Desde el punto de vista Fiit Concept – Fisioterapia Integrativa la osteopatía de pubis o pubalgia se origina como consecuencia de una disfunción visceral del riñón, la vejiga, los órganos sexuales (útero-ovarios y próstata) y del intestino
Desde el punto de vista Fiit Concept – Fisioterapia Integrativa la osteopatía de pubis o pubalgia se origina como consecuencia de una disfunción visceral del riñón, la vejiga, los órganos sexuales (útero-ovarios y próstata) y del intestino, sobre todo en aquellas pubalgias crónicas que están presentes durante mucho tiempo y que son muy difíciles de tratar con los tratamientos fisioterapéuticos convencionales.
La disfunción de estos órganos origina el aumento involuntario del tono de la musculatura lumbar y pélvica, los cuales pueden ser consecuencia de la presencia de una disfunción visceral de varios órganos como el riñón, la vejiga, los órganos sexuales (útero-ovarios y próstata), del intestino delgado y el colon irritable. Los factores mecánicos y físicos mencionados anteriormente pueden verse reforzados por el aumento de tono, ocasionando desbalances musculares de la zona lumbar y pélvica que cambian la biomecánica durante el movimiento y favorece la aparición de una pubalgia. Estas disfunciones pueden originarse por variados factores que a continuación te explicaré:
Todos estos factores influyen negativamente en el sistema musculoesquelético, originando tensión en la musculatura dorsal de la parte baja y lumbares, que favorezcan esta afección.
En el canal FisioOnline de YouTube podrás encontrar variedad de vídeos con consejos terapéuticos, realizados por profesionales fisioterapeutas expertos en distintas áreas. Estos vídeos no se comparan con el abordaje personalizado llevado a cabo por un fisioterapeuta, es por ello que te recomendamos asistir a tu fisioterapeuta de confianza si presentas este diagnóstico.
Antes de iniciar cualquier acción para tratar esta afección de salud, te queremos aclarar en el siguiente vídeo siete cosas que no debes cometer en el abordaje terapéutico de dicha lesión:
Complementa tu proceso de rehabilitación con los ejercicios, automasajes y estiramientos terapéuticos que te brindamos en el vídeo a continuación:
Una vez obtenido la analgesia del dolor, puedes fortalecer los resultados obtenidos con la fisioterapeuta, mediante los ejercicios y consejos terapéuticos que te brindaremos en el vídeo a continuación:
Este problema de salud si es detectado tempranamente es posible tratarlo mediante un abordaje terapéutico conservador, si por el contrario el diagnóstico es tardío, es probable que requieras de un procedimiento quirúrgico para solucionarlo. Si deseas saber más acerca de ambos abordajes terapéuticos, te recomendamos ver el siguiente vídeo, en donde un experto traumatólogo te brindara la información que estás buscando de la manera más sencilla y didáctica posible:
En algunos casos, esta afección de salud se cura espontáneamente, a veces incluso después de un largo período con síntomas (semanas o meses). Sin embargo, en otros casos esta afección podría tomar un curso largo y extremadamente doloroso con constantes interrupciones deportivas a largo plazo. La cura de esta lesión requiere mucha perseverancia del atleta afectado, pero también del equipo multidisciplinario: traumatólogo, entrenador, y fisioterapeuta.
Es importante destacar que en ambos casos la terapia conservadora suele ofrecer analgesia de las molestias en 1 - 2 días y resultados óptimos posterior a 8 semanas de tratamiento, sin embargo, esto no asegura que vuelva a reaparecer en un futuro. Después del tratamiento, cuando se ha logrado una completa liberación del dolor, el ejercicio se puede realizar de la manera constante, cuidando que los factores causales que promovieron su aparición no reincidan en un futuro.