¿Dolor en la base del pulgar? ¿Fuerza reducida al agarrar?, estos son algunos de los síntomas de la artrosis de pulgar o rizartrosis, que afectan las actividades cotidianas. La rizartrosis puede ser causada por años de tensión, excesivo uso del móvil, así como por lesiones del pulgar. En el siguiente artículo conseguirás importante información sobre esta enfermedad, así como los tratamientos disponibles para reducir el daño, el dolor y mantener la movilidad.
La primera descripción de esta enfermedad fue realizada por el médico radiólogo Paul Robert en 1936, quien en la publicación “Radiografía de la articulación trapeciometacarpiana: cambios degenerativos” describió de manera detallada la anatomía de la articulación afectada, así como los cambios degenerativos en la misma, como la presencia de esclerosis subcondral, formación de osteofitos y degradación articular. Además, habló sobre la eficacia del tratamiento de esa época que consistía en el uso de termoterapia local y radioterapia.
Fué descrita por primera vez por el médico radiólogo Paul Robert en 1936.
La palabra rizartrosis proviene del griego “rhiza” que significa raíz combinada con “artron” que significa articulación. Siendo así, la rizartrosis se refiere a la artrosis de la articulación del pulgar. Esta afección trata de la presencia de desgaste del cartílago en el área de la articulación del pulgar, que a menudo también afecta a otras articulaciones de la mano, lo que significa que otras articulaciones también pueden tener consecuencias debido a la artrosis.
La art. trapeciometacarpiana, conocida como silla de montar o art. carpo metacarpiana del pulgar, es la encargada de conectar el metacarpiano del primer dedo a los huesos del carpo (trapecio). Esta articulación fue descrita por primera vez de manera detallada en 1742 por Josias Weitbrecht, médico y profesor de anatomía y fisiología de la Academia de Ciencia de San Petersburgo, quien también hablo sobre la alta propensión que tiene la misma a sufrir de cambios degenerativos como la artrosis. En esta infografía podrás observar los componentes de esta articulación, así como también la diferencia de una articulación sana con una con artrosis de pulgar:
El interior de la cápsula articular segrega el líquido sinovial que es importante para la nutrición del cartílago. En el caso de esta afección, la cápsula articular puede presentar dolor e inflamación y aumento de temperatura, y la membrana sinovial inflamada ya no forma lubricación articular en la medida requerida, fomentando aún más la artrosis articular de la silla del pulgar.
La alta flexibilidad de la art. trapeciometacarpiana es posible por una cápsula articular bastante ancha y flácida. La misma cuenta con ligamentos y tendones fuertes y flexibles que sostienen la articulación, de modo que permanece en su posición anatómica incluso en posiciones extremas, especialmente cuando se extiende, se mueve hacia adentro o en oposición al pulgar. La oposición es de gran importancia para la función de agarre y sujeción manual.
La siguiente clasificación por etapas se basa fue propuesta por dos cirujanos de mano Richard Eaton y William Littler, quienes describieron cuatro etapas de evolución de esta enfermedad:
A corto, mediano o largo plazo esta enfermedad puede resultar altamente incapacitante, ya que afecta la movilidad y por ende la funcionalidad no sólo del pulgar, sino también de la mano, por lo que ciertas actividades cotidianas pueden resultar muy dolorosas o imposibles de realizar, tales como:
Las mujeres sufren de esta enfermedad más a menudo que los hombres, afectando al 7% de los hombres y al 15% de las mujeres. Sin embargo, su incidencia es mayor en ambos sexos a partir de los cuarenta años. La mayor incidencia en mujeres ha sido atribuida a causas hormonales, ya que estas contribuyen a la aparición de la enfermedad, así como la amplia laxitud de la art. trapecio-metacarpiana que poseen el género femenino.
RIZARTROSIS, Tbn llamada artrosis del pulgar, afecta la articulación trapecio-metacarpiana, q une el pulgar con el hueso trapecio. Afecta, en gral después de los 65 años#vocabulario #patología #articulaciones
AuthorMaartenv pic.twitter.com/Xmc0Bp1CRb— Isabel Humbert (@Helvecia18) August 2, 2019
El síntoma más importante y destacable en la artrosis del pulgar es el dolor en el área de la art. del pulgar. El dolor a menudo no solo es selectivo en el área de la base del pulgar, sino que también se irradia a los dedos y la mano. Además del dolor, la inflamación es un síntoma clásico de esta enfermedad. Por lo tanto, la tensión y la presión de la cápsula a menudo causa dolor. Este dolor se ve particularmente pronunciado con movimientos circulares y rotativos del primer dedo y al realizar actividades que requieren un alto nivel de fuerza de ese dedo, tales movimientos son necesarios para:
Esta enfermedad restringe estas actividades de la vida diaria y reduce la efectividad y la destreza de la manual, así como también se ve comprometida la amplitud articular. En casos con la enfermedad más avanzada, el dolor persiste en reposo y algunas veces este se irradia a otras áreas. Además, se desarrolla una deformidad en forma de protuberancia en la base del pulgar porque el primer metacarpiano ya no está centrado sobre la art. de la silla de montar.
Una artrosis en el primer dedo a menudo se presenta cuando la persona afectada realiza movimientos repetitivos de la art. trapeciometacarpiana durante muchos años, ya sea por exigencias laborales, deportivas o actividades cotidianas (uso del teléfono móvil).
Debido al alto número de pacientes de sexo femenino que presentan esta enfermedad, suponemos que el débil tejido conectivo y la alta movilidad de la art. trapeciometacarpiana en las mujeres favorecen el desarrollo de artrosis en esta zona. Otros factores causales son asociados con el origen de esta enfermedad, entre los cuales destacamos:
Debido a que uno de los factores causales más importante son los movimientos repetitivos del pulgar, una manera de prevenirlos es reduciendo las actividades que sobre estresan al pulgar, tales como:
Sumado a esto es importante brindarle un adecuado acondicionamiento a la musculatura estabilizadora de los dedos de la mano, para ello es necesario involucrar ejercicios de fortalecimiento y estiramiento de la musculatura intrínseca y extrínseca de la mano.
Existen numerosas enfermedades que causan síntomas similares a la artrosis de la articulación del dedo del pie o del pulgar. El médico debe excluir estos por diagnóstico diferencial:
El diagnóstico se basa en los síntomas que refiera el paciente, sumado a una inspección visual, examen físico y estudios de imagenología como los rayos X. Inicialmente el médico o traumatólogo valora los signos y síntomas mencionados anteriormente en este artículos (dolor, inflamación, deformidad visible entre otros) y seguidamente procede a efectuar un examen físico con la finalidad no sólo de detectar esta patología, sino también de establecer la capacidad funcional y motora con la que cuenta la persona afecta, estos datos son de mucha ayuda para la elaboración del tratamiento adecuado para el paciente.
Una de las pruebas más utilizadas en el examen físico para confirmar el diagnóstico es la llamada “Test de Grind o de compresión axial-torsión:”, en esta prueba el especialista mueve ligeramente el primer dedo con la muñeca de la persona afectada fija. Si se escucha ruidos de molienda y crepitación, es probable que esté presente una artrosis de la art. trapeciometacarpiana.
Estas pruebas sirven como base para el diagnóstico, sin embargo, sólo un estudio de imagenología puede evidenciar la presencia de la degeneración del cartílago. Los signos típicos de desgaste de las articulaciones se pueden ver en un estudio de rayos X, los mismos incluyen un espacio articular estrecho y un engrosamiento del tejido óseo debajo del cartílago articular.
Si deseas saber más acerca de los signos radiológicos que confirman un diagnóstico positivo de esta enfermedad, te recomendamos ver el siguiente vídeo, en donde un experimentado fisioterapeuta te explicará de manera breve y detallada los signos observables en una radiografía de pulgar:
El tratamiento médico dependerá de la etapa en la que se encuentre la enfermedad, pero inicialmente esta enfermedad se trata con medidas conservadoras. Si eso no ayuda, la cirugía puede se convierte en una opción.
El médico o traumatólogo planificará las medidas terapéuticas según las características individuales del paciente, teniendo en cuenta características como: el grado de desgaste de las articulaciones y la gravedad de las molestias.
Inicialmente para estabilizar y aliviar la articulación enferma, algunos médicos suelen indicar el uso de una férula para el pulgar, con indicaciones de uso en la noche o durante actividades estresantes para la zona.
Esto suele estar acompañado de la indicación de analgésicos del grupo de medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINEs) como el diclofenaco, con la finalidad de disminuir el dolor de muñeca presente. No sólo se indica en forma de tabletas o grageas, también se indica para usarlo localmente (gel o ungüento).
En caso de que la irritación y los procesos inflamatorios presentes no se logren reducir con las medidas anteriormente mencionadas, el médico puede inyectar cortisona o plasma rico en plaquetas (PRP) directamente en la articulación, este fármaco tiene un fuerte efecto antiinflamatorio, el cual perdura poco tiempo.
Los métodos conservadores y la terapia del dolor no siempre son fructíferos. Siendo así, la cirugía se convierte en una opción de tratamiento cuando las limitaciones funcionales de la art. trapeciometacarpiana han avanzado demasiado y la persona ya no pueda realizar sus actividades de la vida diaria con normalidad. En este caso, la cirugía ambulatoria efectiva ayudará a restaurar el buen funcionamiento de la mano. Dependiendo de la etapa y del daño articular, son diversas las técnicas quirúrgicas que ofrecen los cirujanos, de las cuales destacamos las siguientes:
La trapezectomía es la operación más efectiva y usada para cualquier etapa de esta afección, esta consiste en la extirpación quirúrgica completa de uno de los huesos del carpo el trapecio. El procedimiento da inicio con una incisión en la piel longitudinal, en su mayoría de aproximadamente 3 cm de largo, por encima de la art. trapeciometacarpiana en el lado extensor del pulgar. Seguidamente, el hueso del trapecio se elimina por completo con una protección cuidadosa de las estructuras anatómicas circundantes (nervios, tendones, vasos sanguíneos).
La trapezectomía es la operación más efectiva y usada para cualquier etapa de esta afección.
En numerosos casos, tiene sentido estabilizar el primer hueso metacarpiano con un tendón que es la mitad de uno del entorno (tendón flexor de la muñeca). Para hacer esto, se perfora un orificio oblicuo en el extremo del primer metacarpiano cerca de la articulación, a través del cual se extrae el tendón dividido y se cose firmemente a sí mismo. La eliminación completa del trapecio con la posterior suspensión del tendón también se conoce como artroplastia de suspensión de resección.
Con este procedimiento se reemplaza la art. trapeciometacarpiana por una prótesis, por un lado, hay prótesis de una pieza hechas de silicona y, por otro lado, hay prótesis de dos partes hechas de titanio. La selección del mismo dependerá de las características del paciente.
Este procedimiento es particularmente adecuado para personas que necesitan una buena movilidad y coordinación del primer dedo después de la operación, pero que solo necesitan ejercer poca fuerza (por ejemplo, músicos u oficinistas).
Las ventajas de una prótesis (mejor movilidad y curación rápida) en ocasiones se ven opacadas por numerosas desventajas y posibles complicaciones del postoperatorio quirúrgico. Por ejemplo, las prótesis de silicona pueden romperse si se sobrecarga o si se produce fatiga del material, provocando cambios dolorosos e inflamatorios.
En el caso de prótesis de titanio, las complicaciones más comunes son el aflojamiento de la parte de la prótesis que está insertada en el hueso del trapecio, así como también la fractura del hueso del trapecio.
La osteotomía del primer hueso metacarpiano solo es útil en la etapa 1 de artrosis y solo en casos especiales. El efecto principal a conseguir con esta técnica quirúrgica es que se cambia la biomecánica del pulgar. Esto puede ayudar a reducir el dolor y retrasar la progresión de la afección. Dado que el tratamiento conservador, es muy efectivo en la primera etapa, la osteotomía del primer metacarpiano se usa en raras ocasiones.
En esta intervención se fijan con material de osteosíntesis el primer metacarpiano y el trapecio, eliminando también en el procedimiento las superficies articulares degeneradas por la artrosis. Después de esta operación, el primer dedo ya no se puede colocarse en su posición anterior y queda en una misma su posición anatómica permanentemente.
El daño y la degeneración que produce esta enfermedad no se puede detener por completo con medidas fisioterapéuticas. El objetivo del tratamiento fisioterapéutico es mantener la fuerza y la flexibilidad de la mano, así como también el de aliviar el dolor presente. Permitiendo en la medida de lo posible una recuperación funcional, que permita que la persona afectada use lo más normalmente posible la mano en las actividades de la vida diaria.
El daño y la degeneración que produce esta enfermedad no se puede detener por completo con medidas fisioterapéuticas.
El uso de órtesis es bien controlado y sólo se indica su uso en la noche, ya que el uso prolongado podría conducir a restricciones adicionales. Para cuando no haga uso de la órtesis, se le enseña a los afectados técnicas y posturas para activar el primer dedo primer dedo enfermo lo menos posible, reduciendo el riesgo de la pérdida permanente de la capacidad funcional de la mano.
El diseño del plan de tratamiento está basado en las características individuales de cada paciente, siendo las técnicas y herramientas más frecuentemente usadas las siguientes:
Cada día publicamos nuevos vídeos en nuestro canal de YouTube FisioOnline, todos realizados por profesionales de la salud expertos en distintas áreas, con la finalidad de ofrecerte los mejores consejos terapéuticos para tratar variedad de enfermedades, tal como la artrosis del pulgar:
Primeramente, obtén la información de salud que necesitas sobre cuáles son los factores causales que contribuyen a esta enfermedad, de esta manera podrás conocer cuáles son los objetivos a tratar mediante técnicas fisioterapéuticas y o8tros remedios para cuidarse la uno mismo.
La musculatura de la eminencia tenar se ve bastante comprometida por la artrosis, una manera efectiva de reducir el dolor es la técnica de automasaje. Obtén la información que necesitas para realizar de manera adecuada esta técnica de automasaje en el siguiente vídeo:
Una de las medidas terapéuticas más usadas para evitar que avance esta enfermedad, es la órtesis o férula de pulgar, con ello se evita que siga progresando el desgaste en el cartílago articular. Aprende cómo colocarla y en qué momentos en el siguiente vídeo:
No es posible la cura de esta enfermedad, en el sentido de que no es posible recuperar la superficie lisa y saludable del cartílago. Sin embargo, existen muchos métodos para tratar la esta enfermedad, principalmente el tratamiento conservador. Si la degeneración no ha progresado mucho, el uso de órtesis, medicamentos analgésicos y ejercicios fisioterapéuticos se lleva a cabo para aliviar y disminuir el dolor. Además, con estas medidas también es posible ralentizar la degeneración, sin embargo, estas medidas no curan la enfermedad.
No es posible la cura de esta enfermedad, en el sentido de que no es posible recuperar la superficie lisa y saludable del cartílago.
El pronóstico de tratamiento quirúrgico depende de la técnica seleccionada y ciertas características individuales, diferentes en los pacientes afectado. Dentro de unas circunstancias normales una trapezectomía con o sin suspensión del tendón, requiere alrededor de 8 a 10 semanas después de la operación, para lograr la recuperación funcional de la zona intervenida. Con la artroplastia (colocación de prótesis) la recuperación funcional es posible después de 6 a 8 semanas. A diferencia de la artroplastia, la trapezectomía tiene mayores riesgos de sufrir complicaciones de salud después de la operación.
La recuperación funcional es posible después de 6 a 8 semanas.
En cuanto a la capacidad de retornar a la actividad deportiva con las manos (por ejemplo, tenis) generalmente en muchos pacientes se restablece después de aproximadamente 8 a 10 semanas, tanto después de la trapezectomía como después de la inserción de una prótesis. En caso de deportes que no involucren el uso de la mano (por ejemplo, trotar) es posible en menor tiempo, o sea, después de aproximadamente 3 o 6 semanas.