Dolor de Cuello, los tres mejores ejercicios para tratarlo

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    Aibil Yglesias
    Fisioterapeuta / Ftp. Músculo-Esqueletica / Ftp. Respiratoria

    Soy Licenciada en Fisioterapia de la Universidad Central de Venezuela y Técnico en Órtesis y Prótesis. Además, me he formado en terapia manual ortopédica, rehabilitación de suelo pélvico, rehabilitación cardíaca, fisioterapia invasiva así como diferentes herramientas terapéuticas. 

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Rigidez del cuello, músculos tensos, dolor de hombros y brazos, casi todos los adultos han padecido estas molestias en algún momento de la vida. Después del dolor lumbar, es la segunda causa más común de problemas musculoesqueléticos hoy en día. Cuando los músculos del cuello están tensos, el cuello y, a veces, los hombros también duelen cuando se mueven. El dolor de cuello puede tener varias causas, conozca algunas a continuación.

Causas del dolor de cuello

La causa más común del dolor de cuello es la tensión por parte de los músculos cervicales. Por lo general, se desarrollan por una mala postura, generalmente ocasionada por el trabajo en oficina, situación que promueve la sobrecarga de los músculos cervicales. El estrés mental y emocional también pueden provocar el dolor de cuello y desencadenarlo por sí solo. Así como también puede aparecer como consecuencia de: 

  • Signos de desgaste en el sistema musculoesquelético: espondilosis, condrosis, discos intervertebrales y vértebras degeneradas, espondilartrosis o artrosis de la articulación del hombro.
  • Enfermedades reumáticas como artritis reumatoide, osteoporosis, raquitismo.
  • Lesiones o traumatismos como distensiones musculares, latigazo cervical, fractura de las vértebras cervicales, ligamentos desgarrados, daños discales, lesiones de la médula espinal, entre otros.
  • Infecciones, por ejemplo, en los cuerpos vertebrales (espondilitis infecciosa, espondilodiscitis infecciosa), en tejidos blandos como tejido conjuntivo o músculos, en las meninges (meningitis).
  • Enfermedades neurológicas, por ejemplo, parálisis nerviosa, tortícolis, distonía focal.
  • Fibromialgia.
  • Entre otras enfermedades que puedan reflejarse en el cuello.

¿Cómo saber si el dolor de cuello es muscular?

El dolor de cuello agudo debido a la tensión puede ser muy molesto e incómodo. Por lo general, se calman y desaparecen por sí solos en unos pocos días, a un máximo de tres semanas. Cuando hay tensión muscular en el área del cuello, el dolor puede irradiarse desde el cuello hacia la parte posterior de la cabeza, los hombros y los brazos. Otro indicativo de que la causa es de origen muscular es que la persona solo se puede mover de forma limitada (siente el cuello rígido o contracturado). 

El dolor de cuello muscular sin tratamiento puede volverse crónico, por ejemplo, debido a una mala postura constante. Estas cargas desiguales pueden dañar las vértebras o causar hernias discales a nivel cervical

¿Cómo saber si el dolor de cuello es por estrés?

Un punto importante que nos puede ayudar a entender por qué el dolor de cuello está asociado al estrés es la conexión estrecha de los músculos del cuello con las áreas del sistema nervioso que están asociadas con la valoración de nuestro entorno y nuestras emociones. Además, existe una conexión muy estrecha con todos los órganos con los que percibimos el entorno en el cuello. Hay conexiones rápidas en particular con los ojos, los oídos y la sensación corporal. Esta unión también desencadena la tensión directa de los músculos en situaciones de peligro.

Cada influencia externa que nuestro sistema nervioso autónomo inconscientemente evalúa como un peligro o que nos da una sensación de seguridad reducida conduce a una preactivación de los músculos del cuello, como un reflejo de protección. La tensión surge para que podamos reaccionar rápidamente y protegernos a nosotros mismos. Esto crea un círculo vicioso de dolor, actitud protectora y tensión que, dependiendo del estilo de vida y vivencias, puede afectar la calidad de vida de la persona. También puede ocurrir debido a la depresión, el miedo y el pánico. Si presenta dolor de cuello y mantiene un estilo de vida activo, sin malas posturas y sin situaciones que puedan sobrecargar la zona cervical, pero tiene un estilo de vida estresante es probable que el origen de la dolencia no sea mecánico, sino emocional y mental.

¿Qué hacer para aliviar el dolor de cervicales?

El movimiento es clave para combatir la tensión del cuello y los hombros que ocasiona dolor en cervicales, con ciertas acciones se puede lograr mucho, las que recomendamos son las siguientes:

  1. Automasaje de cervicales: para ello hacemos varias maniobras, la primera colocando la mano en el hombro contralateral, en la zona de los trapecios y tirando desde atrás hacia adelante con toda la palma de la mano unas 5 y 6 veces. Segunda maniobra, colocamos la mano sobre el cuello mientras se mueve la cabeza hacia el lado contrario del movimiento. Y la última maniobra se realiza colocando los dedos pulgares sobre la zona occipital, mientras se mantiene una presión sobre las apófisis mastoides hasta la base de la nuca, repetimos 10 o 20 veces.
  2. Automasaje de la musculatura anterior del cuello: con las yemas de los dedos se va a hacer un movimiento lento de arrastre desde la apófisis mastoides hasta la clavícula.
  3. Ejercicio respiratorio (jugar a morir): Se coge poco aire (inflando el vientre), se suelta fomentando la expiración relajada, y se vuelve a tomar aire una y otra vez y esa espiración puede sentirla como si tuviera un peso en el pecho.
  4. Como parte del tratamiento, se deben eliminar los factores desencadenantes. Además, la terapia de calor local puede ayudar a relajar los músculos tensos.

¿Porqué estos ejercicios?

La zona cervical es una zona muy reactiva a los estados emocionales, porque está muy relacionada también con la respiración. Esa tensión emocional tiende, entre otras cosas, a hacer que la cabeza esté en una antepulsión, esté adelantada, por tanto los músculos, las articulaciones, los discos, todo… está sufriendo más, así que el trabajo que vamos a proponer tiene que ver con reducir esa tensión emocional y en la medida de lo posible esa antepulsión con estos tres ejercicios para relajar los músculos en tensión y así mejorar la sintomatología presente.

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