Muchos son los fisioterapeutas que se dedican y trabajan con la postura corporal y muchas las técnicas o métodos que ofrecen una filosofía de abordaje a la hora de corregir esta postura, pero muy pocas personas y métodos dan espacio a un elemento que nos resulta fundamental. La influencia del carácter y los estados emocionales.
El cuerpo es el filtro que da color a lo que vemos, oímos y aquello que nos sucede. Es por eso que la postura está tan ligada con nuestra "forma de ser"
Nuestra postura en muchas ocasiones se encuentra dictada por nuestro estado de ánimo. Por ejemplo, si observamos a una persona con una postura retraída en donde los hombros se encuentren hacia adelante, la cabeza baja y espalda encorvada, automáticamente la asociamos con una persona que se encuentra triste o abatida. Caso contrario ocurre con aquellas personas que presentan una postura erguida, que es más asociada a una persona segura y feliz.
Nuestros estados de ánimo siempre van a tener consecuentemente una respuesta corporal, ya que mente y cuerpo trabajan en conjunto. Lo mismo sucede al enfadarnos, automáticamente se refleja en nuestro rostro, así como también las alegrías y las tristezas.
Es por esto que el entendimiento de la postura corporal de una persona va más allá de solo el sistema musculoesquelético, es necesario comprender que situaciones de la vida han marcado pauta en la postura de las personas y trabajar desde un punto de vista global, incluso de ser necesario en conjunto con un equipo multidisciplinario que atienda aquellas necesidades del paciente en donde como fisioterapeutas no podemos llegar.
Sin embargo, existen distintas dinámicas y métodos de trabajo en donde podemos atender la postura del paciente trabajando no solo el aspecto físico sino abordando indirectamente el estado emocional de la persona y contribuyendo a mejorar su actitud.
Por otra parte, nuestro estilo de vida también influye directamente en la postura corporal que adquirimos durante nuestra vida, ya que ciertos desequilibrios musculares que aparecen como consecuencia del sedentarismo, la falta de actividad física, lugar de trabajo, etc favorecen a ciertas posturas inadecuadas y que con el paso del tiempo repercuten en nuestra salud.
Es por esto que existe la denominada “higiene postural” que tiene como objetivo orientar a las personas en cuanto a la manera correcta de realizar movimientos cotidianos como alzar un peso, barrer, colocarnos el calzado, etc, hasta la manera en la que nos desenvolvemos en nuestra área de trabajo.
Es importante tomar conciencia sobre como lo que hacemos y sentimos repercute en gran medida sobre nuestra postura corporal y esto a su vez, genera gran influencia en nuestra salud y bienestar. Por lo que resulta conveniente mantener un estilo de vida saludable en donde se ponga en práctica el positivismo y la buena actitud acompañado del ejercicio físico frecuente que le permita a nuestro cuerpo liberar las tensiones de la vida cotidiana y además nos mantenga en forma y saludables.
Os comparto aquí cuatro vídeos donde se exponen una serie de bases fundamentales a la hora de entender esta relación entre la postura corporal y los estados emocionales.
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