Comentario
muy buen articulo,felicitaciones!!!
El deporte y la actividad física son muy importantes en el ser humano, puesto que van a afectar a todas las esferas de la persona: van a mejorar la función del organismo, pero también van a tener efectos sobre la autoestima, la capacidad de relación y otras áreas psicológicas de la persona.
Esto ocurre de igual manera en las personas con discapacidad, pero además el ejercicio físico va a jugar un importante papel en el proceso de rehabilitación. A continuación, hablaremos sobre las fases que se llevan a cabo en la rehabilitación de una persona con discapacidad y los beneficios que tiene la realización de deporte tanto a nivel competición como amateur.
A grandes rasgos podemos decir que dentro de la recuperación de una persona que tiene una discapacidad, sea cual sea su origen, se distinguen cuatro períodos de adaptación al deporte.
En una primera fase nos encontraríamos la rehabilitación. La fase de rehabilitación consiste en recuperar el máximo de capacidades posibles, centrándonos principalmente en la movilidad que el sujeto posee y entrenando las capacidades que el paciente mantiene con el objetivo de conseguir la máxima autonomía posible.
El deporte terapéutico entraría dentro de una segunda fase, constituye un complemento a la fase de rehabilitación. Consiste en la adaptación de la actividad física a las características de la persona, buscando la mejora de las habilidades físicas mantenidas.
Siempre buscando una mejora en los ejercicios que se realizan en la rehabilitación. Se aplicarán juegos y ejercicios que den un carácter lúdico a las sesiones rehabilitadoras y, a su vez, que vayan desarrollando la autoestima de la persona con discapacidad, algo que favorecerá su rehabilitación psicológica y le motivará para seguir trabajando y alcanzando objetivos de mejoría.
La tercera fase sería en la que la persona comienza a realizar deporte con un fin recreativo, fuera del ámbito de la rehabilitación. La persona con discapacidad necesita los mismos estímulos personales que el resto de la población, por lo que el ocio ocupará un puesto importante en su desarrollo personal, ya que parte de la integración social sienta sus bases en la relación con el entorno y la mejor forma de conseguir esa relación es mediante actividades de tipo recreativo.
La cuarta fase sería el deporte de competición, puesto que la importancia de la competición en el deportista con discapacidad radica en su traslado a la vida real. Una vez que la persona con discapacidad va mejorando su motivación y relación con el entorno el deporte toma importancia en la lucha contra sí mismo y contra los problemas y las barreras sociales.
No todas las personas con discapacidad van a alcanzar esta fase, esto puede ser por la limitación física o psicológica, o por la falta de interés de la persona en la competición, prefiriendo reservar la actividad física para un fin lúdico.
Los logros y la progresión conseguidos que, a su vez, incrementan su autonomía personal, colaboran en su desarrollo global como persona, lo que lleva a la práctica normalización. Claro que no todas las personas que tienen discapacidad tienen las mismas aspiraciones, por lo que dentro del deporte de competición podrían darse diferentes subgrupos:
muy buen articulo,felicitaciones!!!
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