No siempre el dolor agudo e intenso en el pecho tiene que estar relacionado con problemas cardiacos, es probable que usted esté padeciendo Síndrome de Tietze, una enfermedad benigna que se produce por el endurecimiento e inflamación de los cartílagos que unen a las costillas con el esternón. En el siguiente artículo le explicamos todo lo que debe saber sobre esta enfermedad, cómo sus causas, síntomas, así como su tratamiento médico y fisioterapéutico.
Llamado así en honor a Alexander Tiezte, médico alemán que describió por primera vez esta afección en 1921, la Enfermedad de Tietze o Síndrome de Tietze es una enfermedad producida por la inflamación de tipo benigna y dolorosa de la unión costocondral, es decir, de los cartílagos que conectan cada costilla con el esternón, además de los tejidos circundantes a la lesión.
Los cartílagos costales contribuyen a la movilidad de las costillas y se encuentran en sus extremos anteriores enlazándose con el hueso esternón. El cuadro inflamatorio en los cartílagos costales que desarrolla el síndrome suele tener un inicio agudo, localizado y por lo general unilateral, pero también puede presentarse de forma gradual y progresiva o repentina. Por lo general se manifiesta en horas de la mañana y puede mejorar a medida que transcurre el día, algunas personas consiguen alivio con el movimiento y el ejercicio.
La enfermedad de Tietze es comúnmente llamada costocondritis (inflamación del cartílago costocondral), sin embargo, a diferencia de la costocondritis pura, el síndrome de Tietze además ocasiona edema, eritema y dolor en otras articulaciones, y el dolor suele irradiarse, por lo que tiende a confundirse con una afección cardiovascular.
Otros nombres con los que se le conoce esta afección:
Condropatía tuberosa.
Síndrome costo-condral.
Condrodinia.
Costocondritis aguda.
Condritis costal.
Cartílagos costales insuflados o prominentes.
Ensanchamiento doloroso de la región costocondral.
Esta alteración de la salud es de baja gravedad y poco común (menos de 5:100.000) pero con alto nivel de recurrencia una vez padecida. Se puede presentar en niños de 10 años hasta en adultos de 30-40 años de edad, las mujeres tienden a padecerlo el doble de veces que los hombres. Además, esta afección tiene la particularidad de presentarse en adultos en el cartílago costal, de las segundas, terceras y cuartas costillas, sin embargo, en personas más jóvenes y niños suelen afectase los últimos cartílagos costales.
Las lesiones son unilaterales en más del 80% de los casos.
El síntoma predominante es el dolor de pecho y el aumento de la sensibilidad en el pecho. No obstante, puede haber otros síntomas notables como enrojecimiento en el pecho (eritema) y sensibilidad al calor en esa zona. El dolor característico en la parte frontal del tórax se describe por los afectados como un dolor agudo y punzante, que a menudo puede llegar a ser tan intenso, como incapacitante para la persona afectada, el cuál incrementa al respirar profundo o al toser, estornudar o girar el tronco, y disminuye cuando se respira lentamente sin ensanchar mucho el tórax. Esto es debido a que la zona inflamada se estira en el momento de la inspiración, por lo que al ensancharse la caja torácica se presenta el dolor.
El cartílago y la zona inflamada puede ser palpable a través de la piel del pecho, por lo que, si se ejerce presión en el sitio de la molestia, tiende a incrementar el dolor.
En algunos casos se puede llegar a palpar el engrosamiento e hinchazón en los cartílagos esternocostales en forma de nódulos, los cuales son igualmente dolorosos. Como ya se ha destacado estos síntomas se presentan unilateralmente, siendo más frecuente en el lado izquierdo. El dolor y la inflamación que afecta a uno o varios cartílagos (2do, 3ro y 4to) puede ocasionar dolor irradiado hacia la zona de los hombros y frecuentemente compromete la movilidad de la región superior del cuerpo, por lo que afecta las capacidades funcionales de quien la padece, especialmente aquellas que requieran la movilidad del tórax, como: planchar ropa, cepillarse el cabello, levantar algo de peso por encima de la cabeza, entre otras.
El síndrome de Tietze, a diferencia de la costocondritis pura, es que en éste además hay edema, eritema y dolor en otras articulaciones.#TuitMédico #RepasoMD pic.twitter.com/pwdzfZigOc
— Marco Gómez (@MarcoGomezMD) July 5, 2019
Esta enfermedad es de causas idiopáticas, es decir, se desconocen, sin embargo, se sabe que existen factores causales que pueden predisponer a su aparición. En primer lugar, se cree que tiende a aparecer luego de haber padecido infecciones respiratorias o traumas directos en la zona, también se le suele atribuir el origen del síndrome a la frecuente realización de movimientos repetitivos y exagerados, ya que estos están asociados a microtraumas en la región costocondral. Puede estar relacionado a enfermedades con componente autoinmune como la artritis reumatoide, artritis psoriásica, artritis infecciosa o el lupus eritematoso sistémico.
Adicionalmente, uno de los factores comúnmente asociados son el estrés y todas aquellas situaciones repetitivas en las que se genere ansiedad, sobresaltos, actividad física exhaustiva, puesto que hacen que la persona somatice la enfermedad. Se cree también que las infecciones víricas o las infecciones tras procedimientos quirúrgicos, y el uso de fármacos endovenosos pueden promover su aparición.
Finalmente conviene mencionar una de las hipótesis relacionadas al factor microtraumatismos por las tracciones musculares del pectoral mayor y las distracciones que provocan sobre las costillas y los ligamentos interarticulares, situación que ocurre en la actualidad en personas con oficios que exigen mucho esfuerzo de prensión, sostén y agarre de esta región (gimnastas, pooldancers, herreros, etc.).
Desde el punto de vista médico y fisioterapéutico lo que se sugiere es evitar las situaciones de estrés prolongadas (tanto físicas como emocionales). Todas las actividades que conllevan movimientos bruscos y extenuantes deben ser dosificadas para evitar las retracciones pectorales.
Se han reportado casos que presentan este problema de salud, que han encontrado alivio en la práctica de deporte, lo que pudiera ser perfectamente una herramienta de prevención. La realización de ejercicios de estiramiento previos al inicio de cualquier rutina deportiva o cualquier labor física, evita las retracciones musculares, que más tarde pudieran desencadenar inflamación en las uniones costoesternales.
Los ejercicios respiratorios favorecen la mecánica ventilatoria fisiológica, lo que normaliza las tensiones musculoesqueléticas de la caja torácica por lo que también se puede tomar como una medida preventiva.
La clínica de esta enfermedad puede ser confundida por otras patologías que comprometan la región anterior del tórax, por lo cual es importante tener los siguientes diagnósticos diferenciales:
Uno de los diagnósticos que más les preocupa a los pacientes y a los médicos, son las enfermedades cardíacas. En función de esto, es importante hacer un diagnóstico diferencial en un primer momento a través del uso de estudios complementarios como electrocardiogramas.
En la actualidad no existe ninguna prueba específica que confirme la presencia del Síndrome de Tietze. Fundamentalmente una evaluación clínica completa y el historial detallado del paciente van a permitir la identificación de los signos y síntomas propios de esta enfermedad, a la vez que va a permitir diferenciarlo de otras causas.
La valoración clínica debe ser tan exhaustiva, como si de un problema cardiaco se tratara. Durante el examen físico, la palpación exhaustiva y la prueba de Schepelmann pueden ayudar a identificar el origen del dolor y diferenciarlo del visceral o de tipo neurálgico. El examen físico apoyado en las pruebas paraclínicas permite complementar el proceso diagnóstico. Inicialmente las pruebas complementarias están enfocadas en descartar la presencia de otras enfermedades, por ejemplo, las pruebas electrocardiográficas sirven para descartar causas cardiovasculares.
Los estudios imagenológicos como la radiografía de tórax no ofrecen mayor información sobre el síndrome, pero suelen ser indicados para detectar la presencia de lesiones como fracturas de costillas, sin embargo, en etapas más avanzadas del síndrome con este estudio se pueden apreciar focos de calcificación en las uniones condroesternales. La resonancia magnética puede servir para detallar el estado del cartílago afectado, evidenciado el agrandamiento y deterioro del mismo. Por último, existen otras pruebas como tomografía axial computarizada, la ecografía y en casos particulares mamografías, que pueden aportar información valiosa en el diagnóstico.
En función de que el dolor torácico es la primordial causa de consulta, lo primero que se hace para solventarlo es el tratamiento farmacológico compuesto de medicamentos antiinflamatorios y analgésicos. El dolor tiende a remitir tras unas semanas o meses con el tratamiento farmacológico, pero, si persiste, algunos médicos pueden recurrir a inyecciones de cortisona o lidocaína, directamente en el foco doloroso.
Otra línea de fármacos que algunos médicos suelen indicar son los tranquilizantes para casos en los que el dolor sea muy intenso, antidepresivos para casos especialmente crónicos y en los cuáles presenten alteraciones del sueño por el dolor, y anticonvulsivos para casos crónicos, ya que estos tienen un efecto positivo en los síntomas.
La última opción médica es la opción quirúrgica y se trata de la extirpación del foco lesional, lo que conduce a la resolución de los síntomas, sin recurrencia de los mismos. Aunque pudiera haber como secuela la formación de queloides cicatrízales y dolor crónico.
Inicialmente es conveniente el cese de actividades estresantes, y reposo físico parcial, poniendo especial énfasis en la reducción de movimientos de la región superior que produzcan dolor, o que sean forzados. Con la fisioterapia la persona afectada puede experimentar gran alivio en los primeros días, pudiendo lograr la curación aproximadamente en las primeras dos semanas de tratamiento. Teniendo en cuenta que el origen del síndrome puede ser incierto en muchos casos, la construcción del tratamiento fisioterapéutico depende en gran medida de las características y los síntomas que esté padeciendo el paciente. En base a esa información el fisioterapeuta podrá efectuar alguna de las siguientes intervenciones:
Desde nuestra visión Fiit Concept – Fisioterapia Integrativa te proponemos un tratamiento diferente que busca tratar las causas que comúnmente no se tienen en cuenta, por lo que en ocasiones los tratamientos a los problemas de mandíbula resultan infructuosos. Nuestra visión está basada en los estudios realizados desde la Medicina Tradicional China (Medicina Oriental), la cuál considera que la presencia de una disfunción visceral puede ocasionar alteraciones en el sistema articular y musculoesquelético por la relación establecida por el sistema simpático y parasimpático. Siendo estas disfunciones viscerales desarrolladas por la influencia de factores emocionales, nutricionales y por la presencia de estrés.
Toda esta relación en la que se encuentra basada nuestra visión terapéutica la podrás ver ejemplificada en el siguiente diagrama:
Una vez aclarado esto, podemos afirmar que el síndrome de Tietze o costocondritis no sólo se origina por factores físicos o mecánicos (las malas posturas, trabajos repetitivos, exceso de ejercicio y sedentarismo) nombrados en este artículo, sino que también pueden ocasionarlo la presencia de una disfunción visceral relacionada al estrés, alteraciones nutricionales y emocionales.
Desde nuestra visión Fiit Concept – Fisioterapia Integrativa, el síndrome de Tietze o costocondritis se origina como consecuencia de una disfunción visceral del estómago e hígado.
Desde nuestra visión Fiit Concept – Fisioterapia Integrativa, el síndrome de Tietze o costocondritis se origina como consecuencia de una disfunción visceral del estómago e hígado, estos órganos pueden ocasionar cambios en la biomecánica de la región dorsal, la cual afecta directamente las articulaciones costovertebrales (la unión de la costilla con la vértebra dorsal) lo que repercute en la movilidad anterior de la costilla, ocasionando de esta manera la irritación del cartílago costal.
Ahora bien, cuando la clínica del síndrome se orienta al lado derecho es promovida específicamente por disfunciones hepatobiliares, mientras que si la clínica se orienta hacia el lado izquierdo es asociada a disfunciones en el estómago. Ambas disfunciones conducen a bloqueos vertebrales a nivel dorsal que producen dolor y rigidez, además estos órganos pueden tensar la musculatura de la región dorsal, promoviendo el bloqueo de las articulaciones costovertebrales. Estas disfunciones pueden originarse por variados factores que a continuación te explicaré:
Estos factores cada uno por su lado o en conjunto ocasionan alteraciones en el sistema musculoesquelético de la región dorsal que repercute en la unión de cada costilla con el esternón, originando irritación del cartílago articular, o sea el síndrome de Tietze.
Este síndrome afecta la región torácica del tronco, por lo que puede alterar el correcto funcionamiento y la movilidad de la región superior del cuerpo. Para recuperar tus habilidades funcionales te recomendamos ver los siguientes vídeos de nuestro canal FisioOnline en YouTube, allí podrás encontrar variedad de vídeos informativos que te ayudarán a sobrellevar y superar variedad de lesiones musculoesqueléticas como esta afección.
Uno de los síntomas que refieren los pacientes con esta afección en la sensación de crujidos en la región media anterior del tórax. Por ello en el presente vídeo te explicamos con ayuda de modelos anatómicos las causas fisiológicas del crujido en el pecho o del esternón:
En el siguiente video se explican todo lo relacionado al Síndrome de Tietze, además te damos algunas pautas para el tratamiento natural de las disfunciones viscerales que conllevan a la aparición de este malestar, así como algunas medidas para evitarlo y reducir los síntomas del mismo:
Una vez reducidos los síntomas, es importante mantener flexible y móvil la región torácica, es por ello que te recomendamos ver el siguiente vídeo en donde te enseñaremos algunos ejercicios orientados a flexibilizar el tórax, con elementos que podemos conseguir en casa, fácil de hacer y sumamente beneficioso para el tratamiento de esta afección:
El pronóstico es favorable, ya que suele ser bastante alto el porcentaje de personas que obtienen la curación absoluta en pocos días de tratamiento, sin embargo, esto va a depender en gran medida del cómo vaya respondiendo la persona al tratamiento. El tiempo estimado de alivio de los síntomas comienza en los primeros 7 días de tratamiento, sin embargo, puede prolongarse hasta 6 meses en casos crónicos.
Es bien sabido que el tratamiento fisioterapéutico tiende a acortar bastante el tiempo de resolución de la enfermedad.
No están descritas, ni han sido comprobadas complicaciones graves o incapacitantes relativas a esta enfermedad, pero es importante que la misma sea diagnosticada a tiempo y el tratamiento se lleve a cabo lo más pronto posible, controlando efectivamente los factores de riesgo, ya que de ello depende que no haya una recidiva de los síntomas.