Cuando se habla de una fractura de hombro, no es en referencia a la articulación, sino a sus componentes óseos, en donde el húmero es el más frecuentemente afectado. Una fractura de la cabeza humeral es frecuente en adultos mayores con osteoporosis, sin embargo, también es frecuente en jóvenes deportistas. Dependiendo del tipo de fractura, el tratamiento puede ser conservador o quirúrgico. Obtenga más información sobre la fractura de hombro - húmero aquí.
Para comprender mejor esta lesión del hombro, es necesario aclarar algunos puntos importantes sobre el hueso afectado. El húmero es un hueso alargado que se une por su porción proximal a la articulación glenohumeral, este posee una cabeza relativamente grande, que es tres veces más grande que la zona con la cual hace contacto, o sea, la cavidad glenoidea (escápula/omóplato). Estas características le dan esta articulación mucha libertad de movimiento, además de conformar la articulación glenohumeral el húmero tiene como función brindar apoyo y contribuir a la realización de los movimientos del miembro superior, de igual forma por su parte distal forma la articulación del codo.
Las fracturas en el húmero, varían según la partes de la cabeza anatómica afectada, siendo las siguientes partes óseas las más afectadas:
La fractura de húmero proximal también llamada lesión de la cabeza humeral, es una lesión bastante común al caer sobre el brazo extendido, la mano, el codo o directamente sobre el hombro. Las personas de avanzada edad se ven particularmente más afectadas, ya que el riesgo de caídas aumenta y la densidad ósea disminuye en esta población. Sin embargo, las personas más jóvenes también sufren fracturas de la parte superior del brazo, principalmente en accidentes de tráfico o accidentes deportivos. Los corredores, ciclistas y motociclistas están particularmente en mayor riesgo debido a la alta exposición a accidentes.
El tipo o la clasificación de las fracturas en la cabeza humeral está determinado por el número de fragmentos o las divisiones a las que se ve expuesto el hueso.
Una fractura simple consta de dos pedazos, si estos están solo ligeramente desplazados y separados, la lesión puede tener una consolidación relativamente mejor. Sin embargo, esto no suele ocurrir en todos los casos, además que la zona de división ósea, también es un factor que influye en el proceso de curación.
Ahora bien, según Neer esta lesión puede estar clasificada seis grupos, siendo estos los siguientes:
En muchos casos, esta lesión ósea en la parte superior del brazo se consolida bien tanto con tratamiento conservador como con el quirúrgico. Por lo general, no hay restricción importante de movimiento. Sin embargo, en algunos casos pueden presentarse varias complicaciones. Por ejemplo, si el tratamiento fue quirúrgico, este procedimiento puede implicar los problemas habituales de una operación, tales como: infecciones, trombosis, sangrado, hematomas, alergias a la prótesis o al material de osteosíntesis, parálisis o trastornos nerviosos si hay lesiones en los nervios, en este caso el nervio que se lesiona en esta fractura de húmero es el nervio axilar.
El nervio que se lesiona en esta fractura de húmero es el nervio axilar.
Pero tanto en el tratamiento conservador como en el quirúrgico, puede haber complicaciones, por ejemplo, en el conservador la presión del vendaje puede dañar los nervios o los vasos, lo que llamamos síndrome compartimental, o los fragmentos óseos se pueden desplazar fuera de la posición de corrección y cicatrizar en una posición incorrecta. Adicionalmente otras posibles complicaciones son:
Suele suceder con frecuencia en este tipo de lesiones a tejidos óseos, si quieres conocer más acerca de esta complicación en la consolidación ósea, te invitamos a que le des un vistazo al siguiente vídeo, en donde encontrarás información detallada sobre la pseudoartrosis:
Las fracturas proximales de la parte superior del brazo representan aproximadamente el 4% de las fracturas más frecuentes en las extremidades de infantes. En cuanto a los adultos representa el 4-5% de las fracturas. El 85% de estas son no desplazadas.
La frecuencia de esta lesión aumenta significativamente con la edad, siendo una de las fracturas más comunes en ancianos.
Con respecto al género afecta mayormente a las mujeres que a los hombres con una relación 3:2. Estos es debido a que los cambios hormonales en las mujeres relacionados con la edad, provocan que el hueso pierde fuerza, se vuelva poroso y se rompa más fácilmente.
Su incidencia (frecuencia de casos nuevos) es de 70 fracturas por cada 100.000 personas por año. Para las mujeres mayores de 70 años, la incidencia es de alrededor de 400 por 100,000 habitantes por año.
De los famosos afectados por este tipo de lesión destacamos al piloto de motociclismo británico Sam Lowes que corre en la categoría de Moto2, quien recientemente sufrió esta lesión. Sam Lowes es duda para Qatar por varias lesiones: rotura de todos los ligamentos escapulohumerales, fractura-luxación del hombro derecho y una del troquíter del húmero.
Sam Lowes es duda para Qatar por varias lesiones: rotura de todos los ligamentos escapulohumerales, fractura-luxación del hombro derecho y una fractura del troquíter del húmero. #Moto2 ( @Abrilgmzcs) pic.twitter.com/f7r11NY3b3
— MOTOSAN.ES (@Motosan_es) February 13, 2020
Si hay un intenso dolor en el área del hombro que no disminuye después de un golpe o accidente, esto puede ser una indicación de fractura de la cabeza humeral. Otro signo de esta lesión es la incapacidad de mover el brazo o el hombro. El área generalmente está hinchada y sensible. Además, como resultado se forma un extenso hematoma, es decir, un moretón, que puede esparcirse hasta el codo después de un día o dos y causar una decoloración de la piel (morada o verdosa).
Sin embargo, en la mayoría de los casos este tipo de lesión no suele ser visible y solo se presenta un agudo dolor en la parte superior del brazo que no disminuye de ninguna manera. Otros signos comunes de esta lesión incluyen:
Cabe destacar que no todos estos signos y síntomas están presentes al mismo tiempo, ya que las fracturas proximales del húmero pueden tener diferentes características sintomatológicas que variarán dependiendo de la gravedad y el nivel en que se encuentre la pérdida de la continuidad ósea.
Las causas que pueden conducir a la pérdida de continuidad ósea de la parte superior del húmero son numerosas. En primer plano hay lesiones, que están asociadas con una fuerte fuerza o impacto en la parte superior del húmero. También la luxación de la parte superior del brazo puede conducir a fracturas de los huesos. Generalmente, estas lesiones ocurren durante deportes o accidentes de tránsito.
Además de estas razones obvias que causan esta lesión en la parte superior del brazo, las enfermedades también pueden contribuir a una mayor probabilidad de sufrir esta lesión. La estabilidad y resistencia de los huesos está limitada, particularmente cuando hay osteoporosis, y las fracturas ocurren incluso cuando los huesos están sometidos a un estrés relativamente pequeño.
La estabilidad y resistencia de los huesos está limitada, particularmente cuando hay osteoporosis, lo que aumenta el riesgo de sufrir una fractura.
Por esta razón, en el caso de fracturas que ocurren después de ejercer una pequeña cantidad de fuerza, se debe realizar un diagnóstico exacto para que se puedan descubrir y tratar si es necesario enfermedades sistémicas, además de la fractura.
En raros casos, las metástasis o tumores del hueso en sí mismos pueden ser responsables del hecho de que el húmero se fracture. En este caso, el tejido tumoral se extiende en el hueso y debilita su estabilidad, por lo que promueve esta lesión.
Estas frecuentes lesiones generalmente resultan de considerables fuerzas o impactos asociados a accidentes o durante deportes. Siendo estas situaciones poco prevenibles, en estos casos, para reducir el riesgo de este tipo de lesión se recomienda el manejo cuidadoso de los deportes y las situaciones de riesgo, mediante el uso de equipos de protección para los miembros superiores. De igual manera las enfermedades que conducen a la reducción de la densidad ósea (metástasis óseas u osteoporosis) deben tratarse, si es posible, para evitar la aparición de fracturas en la parte superior del húmero.
Además, se recomienda mantener un estilo de vida saludable con una alimentación balanceada acompañada de la ingesta de productos que contengan calcio. Adicionalmente para reducir el riesgo de sufrir este tipo de lesión se recomienda mantener una vida activa e incorporar actividad física a su rutina diaria.
Siendo los más afectados las personas mayores, te dejamos el siguiente vídeo en donde encontrarás 6 simples y sencillos ejercicios para brazos para personas mayores:
Si ante un accidente o trauma sospecha de una lesión ósea en la cabeza del húmero, debe consultar a un médico de cirugía ortopédica y traumatología, de ser posible especialista de hombro. Este primero le preguntará exactamente sobre el curso del accidente o trauma y su historial clínico. Posteriormente procederá al realizar un examen físico al paciente para detectar la presencia de anomalías estructurales o del movimiento de la articulación.
Para confirmar el diagnóstico, generalmente se toman radiografías (rayos X) de todos los lados de la articulación glenohumeral.
Las radiografías tridimensionales también muestran los fragmentos del húmero desplazados y si otras estructuras óseas están rotas.
La tomografía computarizada (TC), puede ser útil para ver la relación exacta de los fragmentos individuales, la imagen y la información obtenida es aún más precisa. En cuanto a la resonancia magnética (RM) la misma se puede utilizar para descartar daños en los tejidos blandos, como las lesiones de los tendones y músculos. Además, la angiografía se utiliza para detectar la ubicación de una posible lesión vascular y la electromiografía (EMG) ayuda a determinar si los nervios del brazo todavía están intactos.
El tratamiento médico depende básicamente del tipo de lesión presente. Si hay una fractura del húmero en donde los dos fragmentos todavía están uno encima del otro y no están desplazados, el tratamiento conservador de la lesión puede ser suficiente. Es particularmente importante inmovilizar el brazo, lo que generalmente se logra mediante la aplicación de un molde de yeso, el uso de una órtesis según el principio del vendaje Gilchrist o un inmovilizador universal con abductor en rotación externa.
Dependiendo de la edad de la persona afectada y el tipo de lesión, la inmovilización debe durar de 4 a 6 semanas.
Siendo usada hasta que el hueso haya consolidado o soldado y se pueda quitar la inmovilización. En los casos de fragmentos óseos desplazados y fracturas que se acompañan de una lesión considerable de tejidos blandos, generalmente es necesaria un tratamiento quirúrgico para poder tratar adecuadamente la lesión. La posición anatómica correcta de los fragmentos óseos es esencial para un proceso de curación óptimo y la posterior liberación de molestias en la parte superior del brazo.
Hay diferentes formas quirúrgicas para reparar una fractura. Los fragmentos óseos se pueden alinear con placas y tornillos, así como con clavos y alambres.
El método se usa individualmente dependiendo de la situación de salud del paciente y el alcance de la lesión ósea.
El objetivo común de las diferentes técnicas es fijar los fragmentos en su posición original, para mantener la mayor movilidad posible en la articulación glenohumeral, el proceso consiste en lo siguiente:
Para complementar la información anteriormente suministrada, te dejamos el siguiente vídeo, en donde podrás ver con detalle de que trata el tratamiento médico conservador y quirúrgico para este tipo de lesión. Además, obtendrás importante información de la mano del traumatólogo Dr. Gonzalo Samitier, que te ayudará a comprender el proceso de curación de las fracturas de húmero proximal.
Las medidas fisioterapéuticas para la rehabilitación son necesarias incluso después de la alineación de la fractura, especialmente después de la cirugía. El proceso de curación lleva de seis a doce semanas y se requiere fisioterapia para prevenir la rigidez glenohumeral, la atrofia muscular y la pérdida de funcionalidad.
Inicialmente en el período de inmovilización se realizarán frecuentes intervenciones enfocadas en la reducción del dolor y la estimulación del drenaje linfático para reducir el edema y la inflamación, para lograr estos objetivos se hacen uso de técnicas como drenaje linfático manual (DLM), Electroanalgesia, crioterapia y relajación miofascial.
En los casos que el tratamiento médico haya sido conservador, se implementa el uso de agentes físicos que promuevan la consolidación del tejido óseo, tales como magnetoterapia y ultrasonido. Los cuales además de ayudar en el proceso de regeneración, brindan analgesia frente al dolor.
Cuando se retiran las suturas de los portales quirúrgicos, se procede a la movilización de la cicatriz y se integran movilizaciones pasivas de la articulación, con la finalidad de aumentar el rango articular y evitar la presencia de restricciones capsulares. En esta fase también se pueden implementar ejercicios pendulares, ya que los mismos contribuyen a la ganancia de amplitud articular glenohumeral.
Una vez retirado el vendaje o la inmovilización se procede a activar progresivamente la musculatura glenohumeral, a través de ejercicios específicos los cuáles están enfocados en: fortalecimiento, flexibilización, coordinación y estabilización.
Y finalmente una vez obtenido un callo óseo estable se procede conseguir toda la capacidad funcional, mediante intervenciones enfocadas en el arco articular completo, potenciar la musculatura y el trabajo propioceptivo.
Somos especialistas en fisioterapia y rehabilitación, y queremos ayudarte en tu proceso de recuperación. Es por ello que te dejamos los siguientes vídeos de nuestro canal en YouTube FisioOnline, en los cuales podrás encontrar valiosa información para mejorar tu proceso de consolidación ósea. Ten en cuenta que cada caso es distinto, por lo que antes de continuar con las siguientes recomendaciones, consulta con tu médico o fisioterapeuta.
Muchos se preguntan ¿Qué hacer durante el tiempo que tienes una escayola puesta? Si este es tu caso, el siguiente vídeo es ideal para ti, con él aprenderás qué acciones puedes todas durante el tiempo de inmovilización que te ayudará a acelerar el proceso de recuperación:
Como habíamos señalado anteriormente, en las primeras etapas de recuperación pueden resultar altamente útiles los ejercicios pendulares, en el siguiente vídeo obtendrás detalladas instrucciones de cómo realizarlos adecuadamente:
En ocasiones una vez culminado el proceso de reparación de fracturas de húmero se presentan limitaciones en la amplitud articular, por lo cual te indicamos ver el siguiente vídeo en donde aprenderás como realizar sencillos ejercicios para mejorar la movilidad del hombro:
Finalmente te dejamos el siguiente vídeo, que te ayudará a aumentar a potenciar los grupos musculares en desventaja durante la recuperación de este tipo de lesiones de hombro:
La gran mayoría de las fracturas de este tipo sanan bien y se puede restaurar la función completamente. Por lo general, el hueso se siente un poco más grueso en el área de la fractura, sin embargo, esto mejorará con el tiempo. Algunas fracturas no sanan exactamente en la misma posición que antes de la fractura, y pueden producirse ligeros desalineamientos acompañados de una movilidad ligeramente reducida.
Por lo general, el hueso se siente un poco más grueso en el área de la fractura, sin embargo, esto mejorará con el tiempo.
En el caso de fracturas proximales en la cabeza humeral alineadas adecuadamente, el tratamiento de rehabilitación desde la fisioterapia, generalmente puede restaurar por completo la función de la articulación glenohumeral afectada. Con este tipo de fracturas cercanas al hombro, existe el riesgo de endurecer la cápsula articular glenohumeral. Por lo tanto, se recomienda, si es posible, comenzar la movilización de la articulación glenohumeral antes de que la lesión se haya curado por completo.
Los huesos son tejidos que sanan muy lentamente, por esta razón, el tiempo de curación es relativamente largo.
Sin embargo, el pronóstico de una fractura proximal de húmero depende de la gravedad de la lesión, el tipo de lesión y los factores individuales de la persona afectada (edad, enfermedades asociadas, estilo de vida). Dependiendo del tipo de tratamiento, después de cuatro a seis semanas es posible realizar ciertas tareas de la vida diarias, como alcanzar objetos sin peso. Pero una consolidación completa puede durar de 3 a 4 meses en adultos sanos, en cuanto a los niños, los tiempos de curación de un hueso pueden acortarse de un 20 a un 40% en la mayoría de los casos.