Es muy frecuente en nuestra consulta, que el primer día que llega un paciente al que se le ha diagnosticado una patología (generalmente traumatológica), acuda con la inquietud de si nuestro tratamiento evitará una intervención quirúrgica. Quizá usted o algún familiar o conocido en estos momentos se encuentran con alguna lesión y se lo está preguntando. El objetivo de este artículo es aclarar algunos aspectos importantes a tener en cuenta.
¿Evitar una operación con fisioterapia? ¿Cómo puede ser?
En primer lugar, debemos recordar que la fisioterapia posee un campo muy amplio de actuación. La gran mayoría de los profesionales nos dedicamos a la actividad asistencial y pueden encontrarnos en hospitales y centros de salud, clínicas, mutuas, residencias de ancianos y un largo etcétera. En algunos de estos centros, los pacientes pueden llegar derivados por diversos especialistas como el neurólogo, el traumatólogo y / o el médico especialista en geriatría entre otros.
Generalmente, independientemente de la edad y / o el estilo de vida de la persona, el principal síntoma por el que un paciente busca ayuda por parte de un profesional médico, es el dolor. Este hecho ha producido un gran interés sobre el tema dentro de la comunidad científica en distintas disciplinas, haciéndose imposible recoger aquí por su cantidad y complejidad.
De una manera muy simple, podríamos decir que en función de las características del dolor (localización, frecuencia, duración, intensidad…) el especialista localiza su origen, en busca de un diagnostico que permita su tratamiento tratando de evitar actuaciones mucho más violentas para el cuerpo como la cirugía.
En la actualidad, la opción conservadora suele ser la tendencia en el tratamiento de las afecciones de los diferentes aparatos y sistemas, dejando la cirugía como última opción. Dentro de la amplia variedad de especialidades quirúrgicas (cirugía plástica, pediátrica, cardiovascular, …), es posiblemente en las dolencias que afectan al aparato locomotor, en las que el fisioterapeuta determina un papel fundamental.
Fisioterapia. lesiones y dolor
Diagnósticos genéricos como “tendinitis del manguito rotador del hombro”, “hernias discales”, “meniscopatia”, “esguince de rodilla”, ó “artrosis” de articulaciones como la cadera, la rodilla y/ o el hombro, se derivan al servicio de fisioterapia para intentar evitar la cirugía.
Una de las mayores preocupaciones del paciente suele ser la búsqueda de resultados en corto período de tiempo. Recomendamos no considerar las opciones terapéuticas en función de las recomendaciones de conocidos que han pasado por un mismo proceso. Ya que pese a tener dos diagnósticos idénticos, sus características particulares hacen que solo el trabajo en equipo, basado en la fluida comunicación entre su fisioterapeuta y el especialista que le atiende logrará guiarle hacia el tratamiento más idóneo en su caso.
Incluso en aquellos casos, en los que la cirugía es inevitable, seguir un proceso de fisioterapia pre y post quirúrgico, disminuirá la aparición de secuelas quirúrgicas (tales como por ejemplo, alteraciones musculares y / o tensión en la cicatriz)