Te has preguntado alguna vez… ¿Por qué la “inflamación” de mi tobillo no cesa? O bien ¿Por qué la “inflamación” del tobillo de mi paciente sigue ahí?
Muchas veces la respuesta correcta a esa pregunta es, que no es en realidad inflamación sino un edema. En este artículo te daré una visión más clara sobre las diferencias entre inflamación y edema, y la importancia de conocer sobre esto, ya que es muy frecuente que en ocasiones exista el error de pensar que es lo mismo, y este error trae consigo una serie de problemas que más adelante, nos hace sacar humo de la cabeza.
Y no es mas que la respuesta automática normal que tiene nuestro organismo al daño o lesión sufrida(1), ya sea que el daño se produzca por un agente físico, químico o biológico, como puede ser un traumatismo, una quemadura, una cortada etc. En resumen la inflamación es el mecanismo que entra en acción cuando nuestro cuerpo ha sufrido una lesión, es el encargado de la reparación y es sumamente normal.
Comienza cuando cualquier lesión o enfermedad produce una interrupción de la fisiología de un tejido provocando una serie de respuestas: vascular, hemostática, celular e inmune.
Debemos tomar en cuenta que en el proceso de inflamación existen dos fases una inflamación aguda y otra crónica, la inflamación aguda es la respuesta inmediata que se produce frente al agente lesivo, la respuesta vascular es la primera en actuar, se produce una vasoconstricción de las arteriolas que dura unos minutos, y durante este tiempo, la pared de los capilares se alinea con leucocitos, este proceso se denomina marginación, se activan también importantes sustancias químicas cada una con función específica.
La histamina que será la encargada de la dilatación de los vasos sanguíneos y el aumento de la permeabilidad que es la capacidad de una pared del vaso sanguíneo para permitir el flujo de moléculas pequeñas o incluso células enteras sin alterar su estructura, la serotonina será la encargada de la vasoconstricción y la bradicinina que aumenta también la permeabilidad y producirá calor. Al ocurrir este proceso que cabe decir se da de manera rápida y en un tiempo “simultaneo” permite que exista una mayor acumulación sanguínea en la zona afectada.
Ahora bien cuando hablamos de inflamación crónica, entenderemos una inflamación que perdura por más tiempo, y que sigue ahí en este caso causando daño a los tejidos. Es importante mencionar que la función específica de la inflamación es la protección, pero hay que tomar en cuenta también que en algún momento puede que esta misma protección sea descontrolada llegando a causar una respuesta dañina.
La inflamación presenta 5 características muy específicas, estas será una de las herramientas para un diagnóstico diferencial:
- Rubor
- Tumor
- Calor
- Dolor
- Perdida funcional
Durante la lesión ocurrirán cambios en el organismo, tales como la liberación y salida de líquidos en ayuda a la zona lesionada, estos líquidos, proteínas, y células sanguíneas, que viajan hacia el espacio intersticial al cual llamamos exudado, tendrán cada uno la función de aportar una característica específica para la reparación tisular.
El exceso de o aumento anormal del líquidos en el espacio intersticial será el edema, que a diferencia de la inflamación no será una respuesta normal sino anormal, ya que existe un atascamiento celular y proteico, por alguna razón.
Algunas razones pueden ser…
- Mala alimentación.
- Consumo elevado de sal.
- Muchas horas de pie o sentado.
- Cambios hormonales.
- Sedentarismo.
- Consumo de medicamentos.
- Fármacos.
- Enfermedades cardiacas.
- Problemas renales.
- Desnutrición.
- Alteración en la tiroides.
- Piel estirada.
- Piel brillante.
- Signo de fóvea.
¿Signo de fóvea?
- Para realizar la inspección de un edema, nos apoyaremos de la prueba del signo de fóvea, será positiva cuando, presionemos la zona afectada con un dedo durante 5 segundos, y se forme una abolladura en la piel que se llenara de nuevo lentamente.
Recuerda que siempre es muy importante realizar un buen diagnóstico y saber si lo que presentamos es una acumulación anormal de líquidos (edema) o si se trata de una inflamación que aún continúa realizando su función normal de reparación y protección… esto para que nuestro tratamiento sea el adecuado.
No es lo mismo tratar una inflamación que un edema en el cual podemos utilizar técnicas de drenaje así como también echar mano de algunos consejos alimenticios que podemos incluir en nuestra dieta.
Hay alimentos que van a favorecer la aparición de los edemas y otros que van a prevenirlas.
- Calabacín
- Plátano
- Menos sal
- Piña
- Champiñones
En el caso de los edemas, la fisioterapia tendrá como principal objetivo reducir el edema, evitar posibles complicación y además preservar la capacidad funcional de la zona afectada por el edema. Para esto, el fisioterapeuta puede emplear diversas técnica o herramientas como:
- vendajes neuromusculares.
- drenajes linfáticos.
- movilizaciones articulares.
- ejercicios específicos.
- ejercicios de respiración diafragmática profunda, etc.
Posterior a una minuciosa evaluación, el fisioterapeuta discernirá cuales serán los pasos a seguir más convenientes para la aplicación del tratamiento con la finalidad de conseguir efectos beneficiosos sobre el paciente.
- Recuerda el consumo de agua diaria, aunque si bien se podría pensar que es algo contradictorio por la existencia de acumulación de líquidos, no será así al contrario ayudara a la depuración y restablecerá el equilibrio hídrico.
- Mantener una vida activa nunca estará demás.
Te invito a que mejor te preguntes ahora… ¿es edema o inflamación?
(1)https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0945053X1730375X?via%3Dihub