Una de cada cuatro mujeres españolas sufre incontinencia urinaria y el 80% nunca lo ha consultado con un especialista, bien por considerarlo una consecuencia inevitable de la edad o bien por vergüenza. Pero la incontinencia no sólo afecta a personas de edad avanzada, también una de cada cuatro mujeres embarazadas tiene pérdidas de orina, especialmente durante el último trimestre. Dejemos atrás los tabús y pensemos en positivo: la incontinencia urinaria es un problema que se puede tratar y prevenir en la mayoría de los casos.
¿Qué es la incontinencia urinaria?
Cualquier pérdida involuntaria de orina, que se puede medir de manera objetiva, y supone un problema social o de higiene. Así se define la incontinencia urinaria, que clasificamos en distintos tipos, los más frecuentes: incontinencia urinaria de esfuerzo, incontinencia urinaria de urgencia o incontinencia urinaria mixta. Hablamos de incontinencia urinaria de esfuerzo cuando la pérdida de orina se produce durante las actividades físicas, como la tos o el estornudo. Su forma pura y clásica se observa principalmente en el postparto y en el periodo perimenopáusico. La incontinencia urinaria de urgencia sucede por hiperactividad vesical y es una fuga urinaria involuntaria precedida o acompañada de urgencia miccional. Por último, nos referimos a incontinencia urinaria mixta cuando tiene lugar una asociación de las anteriores en proporción variable.
Tratamiento fisioterapéutico de la incontinencia urinaria
Investigaciones recientes han demostrado la eficacia de la fisioterapia uroginecológica en el tratamiento de los síntomas de la incontinencia urinaria. El entrenamiento de los músculos del suelo pélvico, junto con el entrenamiento de la vejiga, resuelven la incontinencia urinaria en mujeres. Por lo tanto, las medidas preventivas adecuadas junto con un examen y tratamiento adecuado por parte de un fisioterapeuta especializado puede ayudar a los pacientes a controlar, si no aliviar, esta condición a menudo debilitante.