Mi psoas del lado derecho se siente muy tenso y tengo un dolor en la parte lumbar de ese mismo lado. No sé si sea por el mismo psoas o el cuadrado lumbar o el dorsal ancho.
Practico yoga y me estiro bastante, pero aún así no logro quitar la molestia. Se aminora cuando práctico extensiones de columna y me duele más si me quedo dormida de lado. Además, tengo una retroversión de la pelvis, que no sé de donde venga porque un psoas tenso tiende a generar anteversión.
El músculo psoas ilíaco es un músculo que se inserta en las los cuerpos de las vértebras lumbares y en el trocánter menor del fémur. Su acción principal es la flexión de cadera cuando el tronco es el punto fijo y la inclinación del tronco cuando la pierna es el punto fijo. Pero también realiza una ligera rotación externa de cadera.
Al ser un músculo de la estática, el psoas es un músculo que tiende al aumento de tono o a la contractura, de tal manera que un aumento de tono de este músculo va a llevar asociado un aumento de la lordosis lumbar, de aquí debemos deducir ya que el psoas ilíaco toma especial importancia en las lordosis o lumbalgias, pudiendo llegar incluso a generar dorsalgia, si además existe síndrome piramidal hablaremos, en muchos casos erróneamente, de lumbociática.
La relajación de este músculo es indispensable en las hernias discales en la zona lumbar, que junto con la inhibición de la tensión de los ligamentos sacrotuberosos y ligamentos sacroilíacos va a disminuir mucho el dolor de espalda que sufren estas personas. Cuando ya tenemos la contractura muscular no nos queda más remedio que tratarla.
No es conveniente tratar una contractura muscular por nuestra cuenta con masajes inapropiados o fármacos aconsejados por algún conocido, lo mejor es ir al médico o fisioterapeuta para que realmente pueda evaluar si realmente el dolor es de tipo muscular ocasionado por una contractura muscular o no.
Lo primero que debes hacer es dejar descansar el área en el que tienes la contractura muscular, evitando cualquier forma de actividad física intensa de dos a tres días. Si la contractura no es severa, puedes empezar a aplicar calor y masajear el área para mantener el flujo de sangre hacia la zona. Además, recuerda comer sano y tomar tus vitaminas para ayudar a tu organismos a sanarse más rápido.
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