Existe actualmente una gran presencia y diversidad de métodos de entrenamiento para la faja abdominal. La faja abdominal y el suelo pélvico tienen un porcentaje elevado de tejido conjuntivo y fibras musculares tónicas (tipo I y IIa). Esta composición es adecuada para que estas fibras puedan estar activas sin necesidad de control voluntario y durante mucho tiempo, sin fatiga, pudiendo así cumplir eficientemente sus funciones de sostén visceral, postural y respiratorio (pues también son músculos espiratorios).
A la hora de mejorar las funciones de cualquier músculo, el tipo de ejercicio aplicado debe tener en consideración su histología, su neurología y las funciones principales de los mismos, para determinar el objetivo a lograr (aumento de la fuerza, o del trofismo o del tono muscular).
No obstante, el tipo de fortalecimiento abdominal más utilizado en el campo del fitness e incluso de la rehabilitación actualmente sigue consistiendo en los clásicos ejercicios de flexión de tronco o elevación de miembros inferiores. Durante la ejecución de esta modalidad de ejercicios, son principalmente los flexores de cadera (psoas ilíaco y recto anterior del cuádriceps) los que se activan de manera fásica y concéntrica, generando el movimiento.
El suelo pélvico asume las consecuencias...
Durante los esfuerzos hiperpresivos, el organismo debe gestionar esa presión intraabdominal que conllevaría un riesgo importante para nuestras vísceras entre otros. Es el suelo pélvico quien asume una disminución de su tono para aumentar la capacidad (volumen) de la cavidad abdominal y así disminuir la presión intraabdominal generada, manteniéndola en unos niveles aptos.
La carga repetida sobre la musculatura perineal, asociada a los aumentos frecuentes de presión que suponen los ejercicios abdominales, tiende a producir alteraciones en la composición de algunos músculos tal como la reducción del número de fibras tipo I observada en el músculo elevador del ano (fibras responsables del tono del suelo pélvico, tensando las fascias pélvicas de sostén) (Juninger et al, 2010). En línea con esta evidencia, un estudio revela que la práctica regular de ejercicios abdominales que generan un aumento de la presión intraabdominal, provoca una reducción significativa del tono del suelo pélvico a corto y largo plazo (Caufriez et al, 2007), hecho también objetivado en la práctica clínica.
Conviene mencionar la función esfinteriana y de sostén de vísceras pélvicas del periné, ambas imprescindibles para la continencia urinaria y fecal. Y continuar citando que “entre los factores etiológicos que provocan la incontinencia urinaria en las mujeres, se considera como el más importante el aumento de presión intraabdominal por la mala práctica deportiva o el ejercicio abusivo de abdominales, situación que va a incidir sobre el suelo pélvico, provocando la degradación progresiva del mismo y haciéndolo incompetente para la continencia” (Amostegui, 1999)
Ejercicios abdominales hipopresivos
La protección y el fortalecimiento del suelo pélvico merecen un lugar importante en la salud de la mujer. Muchas son las mujeres que a día de hoy se benefician de la práctica de los ejercicios hipopresivos con estos fines.
La gimnasia abdominal hipopresiva, teoría y técnica desarrollada por Marcel Caufriez a lo largo de las últimas décadas, postula entre sus beneficios el aumento del tono del suelo pélvico. A día de hoy es una metodología ampliamente utilizada tanto en el tratamiento de disfunciones del suelo pélvico, como en su prevención. Por tanto cualquier mujer puede beneficiarse de estos ejercicios, siendo especialmente recomendados para mujeres deportistas y para la recuperación postparto.
Pese a sus efectos positivos demostrados en la práctica clínica, a día de hoy no existe suficiente evidencia con rigor científico que los respalde, y la existente es controvertida (Caufriez 2007, Resende 2011). En este sentido conviene destacar la importancia, tanto a nivel clínico como investigador, de pautar correctamente los ejercicios hipopresivos para lograr los efectos deseados sobre el suelo pélvico.
Investigación: "Comparación del efecto de dos métodos de entrenamiento abdominal sobre el suelo pélvico, en mujeres deportistas"
Con el objetivo de aportar mayor evidencia a esta técnica fisioterapéutica, Rocío Fortún (suscriptora de estas líneas), fisioterapeuta especializada en salud de la mujer e investigadora del grupo iPhysio de la Universidad San Jorge, indagó en sus efectos sobre el suelo pélvico en una muestra de 24 mujeres deportistas.
En el estudio que se presenta se comparan los efectos de dos métodos de entrenamiento abdominal, opuestos respecto a la variación de la presión intraabdominal (hipopresivos frente a hiperpresivos -ejercicios abdominales clásicos de elevación del tronco, añadiendo la contracción voluntaria del suelo pélvico), valorando su repercusión sobre el suelo pélvico con una metodología científica rigurosa.
Sus resultados apoyan la práctica de los hipopresivos frente a otros ejercicios que incluyen el fortalecimiento abdominal y de suelo pélvico, y se presentan a continuación en un formato póster muy visual que acompaña a este texto.
Conclusiones
Las conclusiones que se extraen implican que:
- Ambos métodos de entrenamiento abdominal consiguen un aumento de la fuerza máxima del suelo pélvico. Fuerza que nos será necesaria para amortiguar el descenso visceral durante una hiperpresión abdominal repentina (derivada de un estornudo, por ejemplo).
- El trabajo abdominal basado en las flexiones de tronco repetidas (contracción no fisiológica para la faja abdominal, y generando hiperpresión), disminuyen el tono del suelo pélvico tras 2 meses de entrenamiento a razón de 3 sesiones semanales de 30 minutos.
- El programa de ejercicios hipopresivos propuestos (realizados en cuadrupedia, de rodillas y bipedestación, con una pauta de tiempo similar al grupo anteriormente descrito), consigue aumentar el tono del suelo pélvico significativamente.
Por tanto, en mujeres deportistas y en concreto que practican running, no estaría recomendada la práctica de ejercicios abdominales clásicos hiperpresivos, mientras que los ejercicios hipopresivos adecuadamente pautados serían de elección.
Este trabajo pretende ayudarnos, como profesionales de la salud a plantear tratamientos con respaldo científico, y como mujeres a conocer mejor nuestro cuerpo femenino y la manera de cuidarlo.