La alimentación complementaria (AC) se considera un proceso por el cual se ofrecen al lactante alimentos sólidos o líquidos distintos de la leche materna o de una fórmula infantil como complemento y no como sustitución de esta.
¿Cuánto tiempo se recomienda mantener la lactancia materna de forma exclusiva?
Se recomienda mantener la lactancia materna (LM) de forma exclusiva durante los 6 primeros meses de edad y a partir de ese momento, añadir de forma paulatina el resto de los alimentos, manteniendo la lactancia materna a demanda todo el tiempo que madre e hijo deseen.
¿Y si se ofrece comida demasiado pronto?
Una introducción muy precoz de la alimentación complementaria puede conllevar riesgos a corto y largo plazo. Si no hay disponibilidad de lactancia materna antes de los 4 meses, se deberá utilizar únicamente fórmula de inicio como sustituto. Entre los 4 y 6 meses no se han encontrado beneficios de la introducción de la alimentación en niños amamantados y sí se ha visto un aumento de las infecciones, tanto en países en desarrollo como en países desarrollados. Por tanto, la recomendación actual es esperar a los 6 meses para comenzar con alimentación complementaria en los niños con lactancia materna. En los lactados artificialmente, la recomendación es menos unánime, aunque en todo caso nunca comenzar antes del cuarto mes.
Riesgos de la introducción precoz de la alimentación complementaria
A corto plazo:
- Posibilidad de atragantamiento.
- Aumento de gastroenteritis agudas e infecciones del tracto respiratorio superior.
- Interferencia con la biodisponibilidad de hierro y zinc de la leche materna.
- Sustitución de tomas de leche por otros alimentos menos nutritivos.
A largo plazo:
- Mayor riesgo de obesidad.
- Mayor riesgo de Dermatitis atópica.
- Mayor riesgo de diabetes mellitus tipo 1.
¿Por qué no se debe retrasar más allá del séptimo mes?
En nuestro medio, es excepcional que más allá de los 6 meses de edad todavía no se hayan comenzado a ofrecer otros alimentos distintos de la leche. Aunque en ocasiones puede ocurrir en niños que toman leche materna y que no han mostrado aún un interés activo por la comida, esta práctica es inadecuada. Se desaconseja demorar el inicio de la alimentación complementaria por encima de las 26 semanas de edad, ya que esto también puede aumentar el riesgo de problemas nutricionales, como el déficit de hierro.
Riesgos de la introducción tardía de la alimentación complementaria
- Carencias nutricionales, sobre todo de hierro y zinc.
- Aumento del riesgo de alergias e intolerancias alimentarias.
- Peor aceptación de nuevas texturas y sabores.
- Mayor posibilidad de alteración de las habilidades motoras orales.
¿Está preparado mi bebé para la AC?
Para saber si tú bebé está preparado para la alimentación complementaria, debes estar atenta y/o atento a los siguiente:
- Sostiene la cabeza erguida. Aunque algunos bebés pueden levantar su cabeza como muestra de su fuerza desde el día en que nacen, no suele ser sino hasta los tres o cuatro meses de edad que se tiene la capacidad de mantener la cabeza erguida por períodos prolongados.
- Boca abierta. A medida que los bebés perciben más el mundo a su alrededor también tienden a interesarse más en los alimentos. Suelen observar la comida con atención y abrir la boca con ansiosa anticipación cuando ven que alguien se las acerca.
- Perder el Reflejo de extrusión. Este reflejo permite a los pequeños expulsar de su boca cualquier alimento que no sea líquido o de la textura de la mama, o del sabor y olor de la leche.
¿Qué alimentos utilizar y con qué secuencia?
Las pautas varían mucho entre regiones y culturas. No se deben dar “instrucciones” rígidas. No hay alimentos mejores que otros para empezar, aunque se recomienda ofrecer de manera prioritaria alimentos ricos en hierro y zinc. Asimismo, se recomienda introducir los alimentos de uno en uno, con intervalos de unos días, para observar la tolerancia y la aceptación y no añadirles sal, azúcar, ni edulcorantes para que el bebé se acostumbre a los sabores naturales de los alimentos.