Tengo falta de movilidad y dolor al intentarlo en la parte interna del muslo izquierdo. Sentada en el suelo con las piernas estiradas y abiertas: el rango de apertura de las piernas es muy pequeño (50cm medido en los pies) y si intento acercar el cuerpo a las piernas no es posible. El dolor es intenso, la sensación es como si mi pierna tuviera algo de piedra dentro que me impide el movimiento y produce dolor. Cada vez el movimiento es más restringido y con más dolor.
Soy una persona físicamente activa, voy con frecuencia al gimnasio (2-3 veces por semana) y principalmente hago pilates y yoga, y una sesión de bodypump (peso) a la semana.
Soy flexible en los isquios y siempre he sido menos flexible abriéndome de piernas sentada en el suelo.
Estoy acostumbrada a estirar por el tipo de ejercicio que hago (pilates y yoga) pero el dolor que siento en el muslo interno no es el mismo que cuando llegas al límite de la flexibilidad.
Una fractura, una operación o una contusión grave provocan un daño en el tejido interno que hace que se acumule mucha sangre en la zona, una cirugía causa una herida, un corte, en el tejido. Esta acumulación de sangre desencadena un aumento de colágeno, una proteína que forma fibras y actúa como una especie de “pegamento natural”, imprescindible para regenerar los tejidos y que haya una buena cicatrización. Cuando la producción de colágeno es excesiva, puede acumularse en los diferentes planos de los tejidos, formando lo que se conoce como “adherencias”.
A veces el aumento de colágeno es tan grande que recuperar una buena movilidad cuesta mucho. Suele hablarse entonces de fibrosis o, lo que es lo mismo, una gran cantidad de tejido fibroso acumulado en la zona.
¿Qué solución tienen este tipo de pacientes? “En algunos casos operar es la mejor opción posible, aunque siempre debe ser el paciente, bien informado por su médico, quien decida si hacerlo o no”.
La artrolisis es la intervención más frecuente. En ella el cirujano “limpia” la zona del exceso de bandas fibrosas. En ocasiones puede hacerse mediante artroscopia.
Es importante tener en cuenta que, para impedir que las adherencias se vuelvan a formar, después de operar habrá que ponerse, de nuevo, en manos del fisioterapeuta.
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