La cirugía estética como la liposucción es cada vez más demandadas en la sociedad de hoy en día, debidos en gran medida al asombroso avance en las técnicas de salud disponibles y a la rigurosa formación que reciben los profesionales de la medicina estética. La búsqueda por alcanzar un cuerpo más bonito o aceptado socialmente lleva a mucha gente a someterse a procedimientos y cirugía como la liposucción corporal. Como toda cirugía quirúrgica no se encuentra exenta de riesgos, por ello se deben minimizar todos ellos en la fase pre-operatoria y post-operatoria. Aquí es donde la fisioterapia juega un papel tremendamente importante, en la fase previa y en la fase de rehabilitación, donde se tratan las complicaciones surgidas tras la cirugía y se ayuda a que las secuelas sean las mínimas en la salud del paciente.
La liposucción fue inventada en 1974 por el médico ginecólogo italiano Giorgio Fischer aunque él fue el inventor no fue el primero en utilizarlo con fines estéticos. Tres años después de que fuese inventada la liposucción fue el cirujano francés Gerard Yves quien conectando una cánula a un aspirador e introduciéndola bajo la piel con movimientos oscilatorios la aplico con estos fines.
Antes de inventarse esta técnica, el exceso de grasa se combatía extirpándola directamente junto con la piel, lo que ocasionaba enormes cicatrices y se traducía en graves problemas sanitarios.
Es una intervención quirúrgica que también es denominada como lipoescultura. Consiste en retirar selectivamente tejido adiposo o depósitos de grasa de diferentes zonas corporales, ya sea en el abdomen, en los muslos, en el trasero, etc. La liposucción siempre es realizada bajo anestesia por profesionales (médico cirujano) cualificados en centros equipados y preparados para llevar a cabo semejantes intervenciones. Como cualquier cirugía, la liposucción conlleva ciertos riesgos en la salud, los cuales son puestos en conocimiento del paciente y explicados detalladamente antes de proceder. En la liposucción básicamente se extrae la grasa corporal de la zona deseada mediante técnicas y maquinarias especializadas, es un proceso seguro y más hoy en día, gracias a los avances tecnológicos disponibles. Los resultados post-operatorios de la liposucción son muy diversos ya que al principio existen ciertas complicaciones o efectos secundarios que hay que paliar con rehabilitación. No es hasta pasado un cierto tiempo cuando se pueden ver los resultados definitivos de la liposucción. Existen varios tipos de abordaje de la liposucción que dependerán de las características del individuo a tratar y de los resultados que se quieran ganar:
- Liposucción asistida por succión tradicional: es la más tradicional liposucción, en ella el cirujano succiona la grasa a través de una cánula, que ayudará a disolver los depósitos de grasa con sus movimientos dentro de la piel.
- Liposucción asistida por ultrasonido: los depósitos grasos se diluyen gracias a determinadas ondas de sonidos que chocan contra ellos, introduciéndose por unas cánulas que llegan a través de algunas incisiones en la piel. Esto facilita la posterior succión de la grasa.
- Liposucción asistida por láser: a través de una incisión, el láser ayuda a deshacer la grasa antes de ser extraída. Esta técnica es una de las más populares en la actualidad.
- Liposucción por dispersión o chorro de agua: para este tipo de liposucción es un chorro de agua en forma de abanico el encargado de soltar las células grasas del tejido. A diferencia de las otras tres técnicas, la grasa no se disuelve ni se destruye, sino que se elimina en junto con el agua.
Al proceder a la extracción de grasa de la piel, se usa cánula o jeringuilla conectada a una máquina de vacío que absorbe y aspira dicha grasa. Esta técnica se puede considerar “agresiva”, ya que provoca una gran pérdida de líquido corporal: sangre, líquido intersticial, etc. Aquí reside un punto fundamental: durante la cirugía se destruyen numerosos capilares linfáticos y sanguíneos (además de otras estructuras), lo que provoca sangrado, hematomas e hinchazón en las zonas tratadas.
Aún con todo ello, es una técnica segura, que no cunda el pánico. Lo primero que hay que recalcar y dejar claro: no todos los pacientes sufren los mismos efectos secundarios a la liposucción, cada persona es única y su cuerpo reacciona de diferente manera a los diversos estímulos a los que es sometido. Una vez aclarado este punto, a continuación se muestran un listado con los efectos secundarios más comunes y que más se repiten entre aquellas personas que deciden realizarse una liposucción:
- Sangrado y hematomas
- Hinchazón de las zonas/edemas
- Dolor
- Fibrosis en la piel y cicatrices
- Cambios de pigmentación y sensibilización de la piel
- Estrés postraumático
- Infecciones
- Aumentos de tono muscular
- Asimetrías en zonas corporales
La fisioterapia es indicada para una óptima recuperación tras una cirugía estética, y la liposucción no escapa de ésta, ya que es fundamental un tratamiento completo que abarque todos los ámbitos disciplinarios. Uno de ellos es la Fisioterapia, la cual desempeña un papel fundamental en el tratamiento pre y postoperatorio de la liposucción actuando en la prevención, el mantenimiento y la recuperación de posibles afecciones metabólicas, linfáticas, endocrinas, dermatológicas, neurológicos, etc .
Según los síntomas que presente el paciente y siempre con la supervisión del médico cirujano al cargo en la cirugía estética, se podrá realizar un plan de tratamiento que abarque todos los problemas que el individuo presenta; y conseguir así un éxito terapéutico total. Realmente no debe de sonar extraño que alguien necesite fisioterapia tras una liposucción, ya que este procedimiento es como otro quirúrgico cualquiera e implica a diversos tejidos y zonas del cuerpo humano, de los cuales los/as fisioterapeutas son reconocidos expertos anatómicos. Ya sea por una cicatriz en la piel, hematoma, hinchazón o cualquier otro efecto secundario; la fisioterapia puede ayudar a resolverlo de manera eficaz.
Una de las últimas investigaciones acerca del papel que juega la fisioterapia en el tratamiento pre y postquirúrgico de una liposucción, mostró que la fisioterapia es eficaz a la hora de preparar los diversos tejidos de la piel antes de la operación, optimiza la recuperación física funcional, mejora la circulación local, previene, normaliza y minimiza las consecuencias de la cirugía. Aparte de la fisioterapia, se establece un protocolo médico consistente en recetar al paciente diversos fármacos que atenúen su malestar y equilibren posibles déficits metabólicos. También es recomendable seguir una dieta específica que ayude al propio cuerpo a regularse (cada dieta será individual para cada paciente). Se utilizarán medias de compresión, fajas o vendajes en la zona corporal que ha sido intervenida con el fin de adaptar la piel y evitar la aparición de edemas. También se darán consejos para ponerlos en práctica en la vida diaria, tales como: posiciones a evitar, cuándo y cómo comenzar a hacer ejercicio, vuelta al trabajo, etc.
Si se quiere una pronta recuperación de las complicaciones producto de la liposucción, es necesario comenzar enseguida con el tratamiento de fisioterapia. Se ha de analizar el estado del participante, las complicaciones que ha tenido, cómo ha reaccionado el procedimiento su cuerpo y su nivel de tolerancia a la liposuccion. Con todo ello se programará un plan de tratamiento que cubra todas las necesidades tras la liposucción. Según CátedraVallés et al, se recomienda realizar sesiones de 40-60 minutos al menos 3 veces por semana durante un mínimo de 3-4 semanas. Dicho plan de tratamiento se hace de forma individual con cada paciente observando su estado, evolución y necesidades. Las técnicas que pueden ser empleadas para abordar cada una de las complicaciones tras la liposucción son:
- Drenaje linfático manual. Es la técnica más importante y más usada, ya que estimula el sistema linfático favoreciendo la eliminación por vía linfática del líquido acumulado en la zona, los restos de células y tejidos lesionados; mejorando la reparación y curación del organismo, así como disminuyendo el dolor. También se ha demostrado en diversos estudios que es más efectivo que el uso de electroterapia a la hora de disminuir el dolor y el edema. Consiste en masajear la zona cercana y directa a donde ha tenido lugar la intervención, ya sea con el objetivo de relajar la musculatura que pueda encontrarse con un aumento de tono (“dura, contracturada”), simplemente relajar la zona o tratar la cicatriz. El estudio de Boey GE et al muestra que es un método seguro y eficaz que además reduce la grasa subcutánea tras 2-4 meses de tratamiento en comparación a aquellos tratamientos que no incluyen la masoterapia como técnica .
- Kinesiotaping. Vendaje neuromuscular elástico donde se aplican las técnicas linfáticas sobre la zona afectada y se intenta disminuir la inflamación del edema y el hematoma.
- Técnicas miofasciales. Dentro de las terapias manuales existe un grupo de técnicas a las cuales pertenece ésta. Su objetivo es ayudar a mantener a la fascia en las mejores condiciones posibles, liberando posibles restricciones de movilidad y devolviendo un óptimo deslizamiento entre tejidos; que tras la operación pueden haberse visto comprometidos o disminuidos.
- Electroterapia: US, máquina vibratoria y TENS. El ultrasonido ayuda gracias a su vibración y calor, mientras que la máquina vibratoria es vibración pura. Ayudan a movilizar sustancias de desecho y a aumentar el metabolismo de la zona. El TENS se ha visto que es efectivo en el manejo del dolor y disminución del edema; aunque ninguno de estos aparatos supera al drenaje linfático manual en resultados.
- Ejercicio terapéutico. Siempre que el médico cirujano dé el visto bueno, se comenzará a realizar ejercicio terapéutico pautado e individualizado donde el objetivo principal será acondicionar físicamente al paciente tras la intervención y conseguir así una mejora en su calidad de vida y mayor desempeño en las actividades de la vida diaria: andar, vuelta al trabajo, coger peso, realizar diversas posiciones, vuelta a la vida deportiva, etc.
- Presoterapia. Terapia física que aplica presión positiva en diferentes partes del cuerpo consiguiendo favorecer la circulación del flujo sanguíneo y linfático, ayudando a la eliminación del edema. Es una técnica que se asemeja al drenaje linfático manual.
- Medias/vendaje de compresión. Han de llevarse 24 horas al día durante las primeras tres - cuatro semanas, luego se irán retirando paulatinamente según el criterio médico y la evolución del paciente. Dichas medias compresivas son parecidas a un traje de buceo y actúan a forma de faja, ayudando a adaptar la piel al nuevo contorno tras la eliminación de la grasa. No existe un tratamiento que sea el mejor donde sólo se use por ejemplo drenaje linfático manual, ultrasonido y medias de compresión. Lo que parece ser más efectivo es una combinación de todas las técnicas, ya que cada una ayuda a resolver de forma específica algunas de las complicaciones secundarias. Por ello, se ha de confiar en el plan de tratamiento propuesto por el equipo médico y fisioterápeutico.
La cirugía estética es cada vez más común y dentro de ella destacan la liposucción: procedimientos que eliminan grasa corporal de zonas específicas. Es una cirugía segura si es realizada por personal cualificado (médico cirujano) en centros especializados, aunque siempre existen riesgos o complicaciones como: sangrado, hematomas, inflamación, dolor, etc. Dependerán de cada paciente y cómo reaccionen al tratamiento. Para ayudar a disminuir esos efectos secundarios post-quirúrgicos de la liposucción se recetan fármacos, una dieta específica, consejos para la vida diaria y además, fisioterapia; la cual es de gran ayuda, ya que tiene a su alcance numerosas herramientas terapéuticas que pueden ayudar en gran medida al paciente: drenaje linfático, vendajes, ejercicio terapéutico, etc.
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