Sin duda alguna, las alteraciones estéticas ocupan una gran preocupación en la sociedad y es muy habitual en pacientes que acuden a consulta nos pregunten acerca del ¿por qué se producen alteraciones dermatofuncionales como la celulitis?, y si algunas técnicas que se ofrecen en el mercado para su mejoría, como la radiofrecuencia, son realmente efectivas.
En el siguiente artículo se expondrá en qué consiste la mal llamada “celulitis”, los tipos que existen y cómo podemos abordar dicha patología con terapias físicas no invasivas, como la radiofrecuencia. Así mismo, se abordará, en qué consiste esta terapia, las indicaciones y contraindicaciones de la misma y el modo de uso para obtener los resultados esperados y no crear falsas expectativas a nuestros pacientes.
Introducción
Tradicionalmente se ha considerado la “celulitis” como un problema de salud estético, pero dado que suele tener una evolución desfavorable y suele ir asociado a edemas, toxinas, fibrosis, incluso dolor y limitación, se debe considerar como una entidad patológica, donde el fisioterapeuta, es una figura muy importante para su entendimiento y abordaje.
Socialmente, está aceptado el término “celulitis”, pero realmente, no es adecuado, dado que dicha patología, en realidad, no consiste en una inflamación de las células, si no, en una alteración del tejido adiposo subcutáneo.
A continuación, definiremos, en qué consiste dicha patología, la clasificación más aceptada por la comunidad científica, las causas que la provocan, cómo puede evolucionar y de qué manera se puede prevenir.
Definición de celulitis
La celulitis es un trastorno complejo y multifactorial de gran incidencia en el sexo femenino, afectando entre el 95-98% de todas las mujeres, y que se suele manifestar a partir de la adolescencia, con el inicio del período menstrual.
Consiste en una alteración cutánea, debido a una lipodistrofia, donde se observa una cambio morfológico en el tejido adiposo subcutáneo y suele ir asociada a un compromiso en la circulación cutánea, con aparición de edema en el espacio extracelular subdérmico, hipertrofia e hiperplasia fibrosa y nódulos de grasa superficial.
Las zonas más comunes donde se localiza dicha patología son la zona glútea, miembros inferiores, abdomen y brazos, y está altamente relacionado con cambios hormonales.
Dicho fenómeno, puede ir ligado a otra sintomatología donde destaca: la insuficiencia venosa crónica, la presencia de teleangiectasias y microhemorragias, sensación de pesadez en miembros inferiores, calambres, dolor local a la palpación o disminución de la temperatura en las áreas afectas.
Es por ello que la mal llamada “celulitis” no es un proceso inflamatorio de las células subdérmicas, como da entender el término, sino que lo correcto, sería denominarlo paniculopatía edemato-fibroesclerótica, aunque en este artículo nos referiremos a ella como celulitis, por la popularidad del término.
Por todo lo anteriormente expuesto, la celulitis, no debe de considerarse como un problema de salud estético aislado, sino como una patología global, donde los fisioterapeutas, como profesionales sanitarios, tenemos un papel muy importante para abordarla y tratarla.
Patogénesis de la celulitis
No se sabe con exactitud el motivo por el cual aparece esta entidad patológica pero existen varias aceptaciones por la comunidad científica, que podrían explicar el origen de la misma y la razón por la que afecta más a mujeres que a hombres.
El motivo principal es una alteración de la grasa corporal y de los tabiques fibrosos; se determina que las mujeres de manera natural tienen un 27% más de grasa corporal que lo hombres y además tienen unos adipocitos 5 veces más grandes, provocando la retención de más líquidos intersticiales y dificultando la microcirculación de la zona.
Las células adiposas o adipocitos, se localizan en la hipodermis, donde se agrupan y localizan entre los septos fibrosos (formados principalmente por colágeno). Se ha observado que existen diferencias estructurales en los septos fibrosos entre hombres y mujeres. En los varones, la disposición de esas fibras suele ser en dirección diagonal, mientras que en las mujeres suele ser vertical (facilitando y favoreciendo la acumulación de grasa subcutánea), motivo por el cual, la celulitis, afecta más al sexo femenino.
Cuando existen alteraciones en el colágeno que confiere los septos fibrosos, éstos se endurecen y contraen y traccionan hacia abajo, provocando los típicos hoyuelos, característicos de esta patología.
Los factores de esta alteración, pueden ser varios, entre los que destacan:
- Factores hormonales: el almacenaje de grasa en el tejido subdérmico, está favorecido por las hormonas (estrógenos), las cuales son más numerosas también en el sexo femenino y son las encargadas de determinar la disposición de grasa corporal durante la fase de la pubertad de la mujer. A lo largo de la vida, pueden existir fluctuaciones de dicha hormona, que favorezca la aparición o exacerbación de la celulitis, como la fase premenstrual, el embarazo o la administración de anticonceptivos.
- Factores neurovegetativos: aún en estudio, pero se ha observado que aquellas mujeres con tendencia a una mayor labilidad emocional y que presentan frecuentemente crisis de angustia y depresión, la incidencia de la celulitis es mayor que en aquellas con más estabilidad emocional.
- Factores genéticos y étnicos: se observa que la celulitis es más frecuente en pacientes caucásicas que asiáticas, habiendo una mayor incidencia en mujeres latinas que nórdicas.
- Hábitos alimenticios: se determina que existen hábitos alimenticios que favorecen la aparición de la celulitis como, la poca ingesta de líquidos, la ingesta excesiva de sal (favoreciendo la retención hídrica) o déficit de fibra consumida.
- Hábitos de vida: determinadas conductas en la vida diaria favorecen la aparición de la celulitis como son el sedentarismo, la falta de ejercicio físico, el uso de prendas ajustadas, el uso de tacones (dificultan el retorno linfático), posiciones mantenidas (bipedestación o sedestación prolongada) o incluso tratamientos no adecuados, realizados por personal no especializado (por destrucción de tejido o zonas capilares).
Tipos de celulitis
Existen diferentes formas clínicas de celulitis entre las que destacan:
Celulitis adiposa
Se caracteriza por presentar una topografía regional, sobre todo en muslos y glúteos.
El exceso de grasa se reparte de manera homogénea, aunque de mayor incidencia en la zona del trocánter mayor. La lipodistrofia es profunda y voluminosa, aunque no es frecuente el dolor asociado. Suele ser común desde los 15 años en adelante, aunque de mayor incidencia a partir de los 30 años.
Celulitis infíltrativa o edematosa
Destaca porque las irregularidades que se observan no son profundas y suelen ser alargadas y poco numerosas, además de tener un volumen moderado. La piel suele ser brillante y delgada.
Es frecuente que vaya asociado a otras patologías, tales como varices, teleangiectasias y linfedema, además de dolores espontáneos y miembros inferiores edematizados.
Así mismo, también es de topografía regional, afectando a la totalidad de la pierna, desde muslos, rodillas hasta tobillos, destacando una imagen en “columna”, siendo igual el volumen en el muslo que en la zona de la pantorrilla. Esta forma clínica, suele aparecer en la tercera década de la vida en adelante.
Celulitis fibrosa o dura
Suele presentarse de los 20 a los 30 años de edad. Destaca por una lipodistrofia localizada en la zona trocánterea alta y glúteos, con irregularidades profundas y numerosas, pero con poco volumen y con episodios inconstantes de dolor a la presión. Es típico en mujeres delgadas y jóvenes, con buen tono muscular. La piel de naranja no se suele observar a primera vista, pero sí cuando se realiza el “test del pellizco”. Suele producirse por una mala oxigenación y nutrición de la capa epidérmica, por eso su aspecto suele ser seco y rugoso y va asociado a estrías por la ruptura de las fibras elásticas de la piel.
Celulitis hipotónica o flácida/blanda
suele aparecer entre los 35-45 años. Presenta una topografía en la zona trocánterea baja y ocasionalmente glúteos, provocando una imagen de glúteos caídos y pesados y zona de la cadera aumentada y caída. Las irregularidades son poco profundas y poco numerosas; suele ir asociado a estrías y no es frecuente el dolor. Es muy habitual en mujeres sedentarias y en aquellas que suelen perder y aumentar peso rápidamente, debido al escaso tono muscular. La presencia de piel de naranja es evidente y se modifica según el movimiento y además suele ir acompañada de varices y edemas blandos con retención de líquidos. Otros síntomas de este tipo de celulitis son: fatiga permanente, hipotensión, debilidad general, nerviosismo e insomnio.
Celulitis mixta
Es una mezcla de dos de las otras formas clínicas y que están en diferentes proporciones. La única combinación que no es posible es la fibrosa-hipotónica.
Fases evolutivas de la celulitis
Como se ha venido mencionando anteriormente, la celulitis es una entidad patológica y como tal, también tiene unas fases evolutivas, por lo que si no se trata a tiempo ni se previene con cambios de hábito de vida y salud, lo natural es que tenga un desarrollo negativo. Entre las distintas fases de la celulitis destaca:
- Estadio 0: se observa que la piel del paciente permanece lisa tanto en bipedestación como con los cambios de posición y a pesar de hacer el “test del pellizco” (pellizcar en zonas predisponentes como en la zona de trocánteres), no aparece piel de naranja, sólo se observan pliegues y surcos, típicos de la piel. Esta condición es típica de mujeres jóvenes y delgadas, con buen tono muscular, así como en hombres con condiciones de normalidad.
- Estadio I: se observa que la piel del paciente permanece lisa tanto en bipedestación como en decúbito, y tan sólo aparecen los hoyuelos típicos de la patología, cuando se le hace “el test del pellizco” (pellizcar en zonas predisponentes como en la zona de trocánteres). Este es el estado normal femenino, mientras que en hombres ya se consideraría un signo de déficit de andrógeno. En esta fase es típica una dilatación circulatoria y linfática que da lugar a la aparición de edemas incipientes, dando lugar a una piel menos elástica y fría y favoreciendo la aparición de teleangiectasias y varices. En algunas ocasiones, puede observarse dolor a la palpación. También favorece la hiperplasia e hipertrofia de fibras reticulares que da lugar a un progreso de la celulitis. Esta fase es reversible.
- Estadio II: la piel de muslos y glúteos permanece lisa en decúbito pero, aparece piel de naranja en bipedestación o de manera espontánea. Es típico en mujeres de entre 35-45 años o en aquellas con hipotono muscular y sobrepeso, así como en hombres con un importante déficit andrógino. En esta fase existe una proliferación de fibras de la dermis e hipodermis y una degeneración del colágeno, por lo que existe una alteración del metabolismo celular que da lugar a la aparición de nódulos. La piel está fría, seca y con hoyuelos. También se puede observar alteraciones vasculares como varices, estrías y artropatías dolorosas. En esta fase es necesario métodos exhaustivos y mantenidos en el tiempo para conseguir reversibilidad de los síntomas.
- Estadio III: la piel de naranja aparece en cualquier postura. Es típico en mujeres post-menopáusicas y con obesidad, así como en hombres con un gran déficit andrógino. Se caracteriza por existir una fibrosis cicatrizal de los septos dérmicos que da lugar a la compresión de vasos y nervios locales, facilitando una alteración nutricional del tejido conjuntivo. Los nódulos son de mayor tamaño y dureza y la piel tiene un aspecto de ser acolchada. Esta fase es irreversible, pero sí que puede mejorar su aspecto con técnicas locales.
Radiofrecuencia en celulitis
La radiofrecuencia se define como una técnica de electroterapia de alta frecuencia (0,3 y 100 MHz) que provoca un incremento térmico interno en el organismo.
La generación de energía térmica, produce grandes cambios a nivel dérmico, entre los cuales destaca, el aumento de la fibras de colágeno y el grosos de las fibras elásticas, mejora de las características de las fibras de colágeno ya existentes, aumento de la vasodilatación de la zona, provocando una mejora circulatoria y una reabsorción de líquidos intercelulares excesivos y por consiguiente una mejor oxigenación y eliminación de toxinas, además de acelerar los procesos reparadores celulares.
Una de las grandes ventajas de dicha terapia, es la de que permite tratar selectivamente tanto las capas dérmicas profundas como las superficiales, sin producir ninguna lesión y con una recuperación muy rápida, además de poder aplicarse en todo tipo de pieles.
Es por lo anteriormente descrito, que la radiofrecuencia, se considera una técnica muy eficaz en el procedimiento de mejoría para la celulitis, dado que corrije las características del tejido conjuntivo (mejorando la flacidez), y una homeostasis dérmica, ayudando a rejuvenecer la zona tratada. Además, ayuda a eliminar los depósitos de grasa sin producir una necrosis en la misma y de manera inmediata.
Contraindicaciones y efectos adversos
Como se ha mencionado anteriormente, no se describen lesiones a largo plazo con la utilización de esta técnica, los efectos adversos que se describen en la bibliografía, son de escasa relevancia ya que suelen desaparecer en un plazo de 24h, entre los cuales destacan:
- Sensación de calor: el paciente puede sentir calor durante la aplicación de la técnica, pero este fenómeno, desaparece a los pocos minutos de haberse aplicado.
- Edema: suelen ser insignificantes, en cuanto a tamaño y suelen reabsorberse en corto espacio de tiempo.
- Equimosis: existen algunos casos que se puede dar por una mala aplicación del cabezal sobre la piel del paciente, pero en ese caso, desaparece en breve espacio de tiempo
- Dolor: hay algunos pacientes que refieren dolor tras la aplicación del tratamiento, pero éste, desaparece en unas 48h, tras la sesión.
- Sensación de estiramiento de la piel: puede ocurrir en las primeras 12h tras la aplicación de la técnica y dicha sensación desaparece también, en unas 48h. Durante ese tiempo, está indicado el uso de crema hidratante o aloe vera.
Por otra parte, es importante mencionar que como toda técnica de electroterapia, existen contraindicaciones para su uso, entre las cuales destacan:
- Embarazo.
- Presencia de marcapasos, desfibriladores, válvulas cardíacas, o cualquier otro implante electrónico.
- Prótesis metálicas.
- Lesiones neoplásicas o tumores malignos
- Infecciones víricas o bacterianas
- Epilepsia
- Parkinson
Aplicación de radiofrecuencia
La técnica de aplicación de la radiofrecuencia es variable, en función del área a tratar y de las características de los pacientes, pero según la bibliografía, se considera que para un tratamiento adecuado de la celulitis se deben de tener en cuenta los siguientes aspectos:
- La duración de la aplicación oscilará entre los 20-50 minutos, por cada extremidad, en función de la dimensión de la zona y del grado de afectación.
- El número de sesiones recomendadas varía entre 8-20 sesiones, pudiéndose ampliar si el paciente lo requiriese.
- La frecuencia de aplicación de radiofrecuencia será de una vez por semana, dejando una semana de descanso en periodos iniciales y aumentando el descanso en 15 días, conforme vaya evolucionando el tratamiento.
- Se recomienda ingerir medio litro de agua antes de la sesión y medio litros tras la misma, para favorecer los resultados.
- Se utilizará un gel conductor o aceite, como mecanismo conductor y evitar la fricción con la piel.
- Se deberán colocar los electrodos de manera plana sobre la superficie de la piel. Así mismo, se desplazará el mismo por toda la superficie de manera continua, con un ritmo uniforme y con una presión suficiente para mantener siempre contacto con la piel, pero que no sea molesta al paciente. Todo ello, con el fin de no producir quemaduras.
- Es recomendable el uso de frecuencias bajas (0,3- 0,5 MHz), para conseguir mayor profundidad. En zonas donde no exista excesivo tejido adiposo, se deberá de aumentar la frecuencia aplicada.
- Es aconsejable el uso de un termómetro infrarrojo para controlar la temperatura superficial; se considera que ésta debe de estar entre los 40-42º C.
- El aumento de la temperatura a un ritmo más lento es mejor para la efectividad del tratamiento, ya que se le da más tiempo a los adipocitos para la liberación de grasas.
- Al terminar la sesión deberemos de refrescar la zona con gel aloe vera o crema hidratante.
- Los resultados definitivos se observan aproximadamente a los 3 meses y suelen durar hasta dos años si se mantienen hábitos de vida saludables, aunque es conveniente hacer sesiones de “recuerdo” anuales.
Conclusiones
- La celulitis es una alteración del tejido adiposo de mayor incidencia en el sexo femenino y de origen multifactorial.
- Existen diversos tipos de celulitis y de grado de afectación.
- Una buena exploración física, nos permitirá definir el tipo y el grado de la afectación patológica, para proponernos objetivos reales para el tratamiento a aplicar.
- La fisioterapia, es una disciplina que puede aportar grandes resultados en la mejora de dicha patología.
- Entre las técnicas a aplicar por los fisioterapeutas, destaca la radiofrecuencia.
- La radiofrecuencia se caracteriza por el aumento de la temperatura local, provocando grandes beneficios tisulares en la zona aplicada y una gran mejora de la patología de la celulitis.
- Cada vez es más frecuente su uso, sin embargo no existe una vasta bibliografía en lo referente a su uso, por lo que se deberá seguir investigando al respecto.
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