Querer curarse o desear curarse

Querer curarse o desear curarse
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    Jonatan Díaz
    Fisioterapeuta / Fisioterapia neuro-músculo-esquética. Fisioterapia preventiva. Osteopatía estructural.

    La fisioterapia apareció en mi camino como una forma de mantener mis conexiones con el deporte. Mi vocación fue, por tanto, bastante clara: deporte y prevención de lesiones. El problema vino cuando me dí cuenta de que la formación académica en fisioterapia era muy limitada en sus técnicas y por supuesto en sus enfoques.

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Querer curarse o desear curarse

Uno de los objetivos de cualquier persona es desear mantenerse sano, sin enfermedad ni dolor. Los pacientes reclaman en todas las consultas médicas o fisioterapéuticas la desaparición del dolor. Desean a toda costa eliminar las molestias que sienten y que les incapacitan laboral o deportivamente afectando incluso el estado de ánimo .

Mi cometido principal como profesional de la salud está definido por los verbos: aliviar, curar, paliar. Para ello es imprescindible desarrollar la escucha, la observación, la capacidad de relación y por supuesto el conocimiento y la experiencia. Pues bien, mi experiencia me dice que hay que desear menos y querer más. Me explico: desear es abstracto, querer es concreto. Desear tiende a la idealización, querer a la concreción. Desear crea obstáculos porque siembra la duda, querer despeja el camino porque te concentras en la acción. En definitiva: desear se centra en conseguir el objetivo a toda costa y por tanto te aleja de él, mientras que querer se centra en la acción, lo que permite tomar decisiones oportunas para conseguirlo.

Suelo tratar de descubrir cuál es el objetivo principal de mis pacientes, y les expreso los pros y contras de cada enfoque. Pero sobre todo los dirijo más al proceso que a los síntomas puntuales. Les suelo decir que cada vez doy menos diagnósticos y explico más los procesos. Es la diferencia entre ver una foto y un vídeo. La foto es un instante congelado, el vídeo es el desarrollo del momento.

Entiendo que a ciertos niveles médicos, judiciales, periciales, etc… sea necesario hacer un diagnóstico específico, por necesidades de categorización, clasificación, valoración de indemnizaciones etc… pero a nivel del fisioterapeuta, lo importante es el proceso que ha llevado al paciente a sentir el dolor o padecer una disfunción, especialmente cuando se trata de trastornos no traumáticos (que son el 90 % de los casos en consulta).

Debemos hacer hincapié en el análisis de los hábitos diarios, las posturas habituales, las circunstancias emocionales que rodean las situaciones diarias, los movimientos repetitivos, y en el caso de deportistas, el tipo de deporte en relación a la características propias del paciente. Todo esto, bien analizado, provee de las pistas más importantes para enfocar el diagnóstico y por supuesto el tratamiento, ya que co-responsabiliza al paciente de su salud.

Tengo claro que nosotros los profesionales somos únicamente catalizadores de la salud, y que el paciente es el que realmente se cura. Pero entonces….¿Por qué unos lo hacen con más facilidad que otros?. Pues atendiendo al título de esta entrada, está claro. Los pacientes que se curan lo hacen porque “quieren” curarse. Los que no lo consiguen, es porque “desean” curarse. “Querer curarse” significa ser consciente de los diferentes aspectos que rodean al problema, por lo que es capaz de realizar las actuaciones necesarias, según las indicaciones del profesional. Además querer curarse implica un control emocional más equilibrado del proceso, que facilita la recuperación porque no hay dudas de dónde están los problemas, con lo cual sólo falta actuar y dar tiempo al proceso. Sin embargo “desear curarse” implica que lo más importante es, como se suele decir “eliminar al mensajero”, sin tener en cuenta los datos y las circunstancias, por lo cual el paciente se aleja de la recuperación porque no entiende cómo ha llegado ahí, y por tanto no puede realizar las acciones correctivas.

“Desear curarse” elimina la responsabilidad y convierte al paciente en víctima, lo que implica que el problema pasa a controlar la persona; y por supuesto se engendran dudas que, como decía D.Goleman, te secuestran emocionalmente.

Este tipo de pacientes desean eliminar a toda costa la molestia, lo que implica exceso de medicación, tratamientos cada vez más invasivos y por tanto cronificación de los procesos y alteraciones de toda índole (neurotransmisores, hormonales, posturales, emocionales…)

Nuestra misión es informar, esclarecer los procesos de morbilidad, y proveer de herramientas de cambio o modificación, el resto……… depende de que el paciente QUIERA curarse.

 

Referencias Bibliográficas

1- http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0253-570X2009000300006

2- https://books.google.es/books?hl=es&lr=&id=Y7SfGlolu8gC&oi=fnd&pg=PA9&dq=proceso+de+curacion+emocional&ots=G5iBLNq8Xe&sig=JkTMvBamyUkiJqpScci2uP49MOU

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