Una prótesis es un implante que se coloca en el lugar de una estructura dañada y suple la función de dicha estructura, permitiendo la movilidad de la articulación y eliminando el dolor. Las prótesis de rodilla son, actualmente, las que más frecuentemente se utilizan; entre otras cosas por la importancia de la artrosis de rodilla en nuestra sociedad, el desgaste de la articulación es la principal causa para colocar una prótesis.
¿Cuándo usamos la prótesis de rodilla? ¿Qué ventajas presentan?
La indicación más frecuente del implante de una prótesis de rodilla es la artrosis de rodilla o gonartrosis. Sin embargo, ciertas fracturas en las que hay un gran daño del hueso subcondral, al igual que ciertos tumores óseos articulares, también se tratan con un implante protésico.
Las principales ventajas de su uso son la disminución del dolor y el aumento de la movilidad articular, mientras que los inconvenientes son la susceptibilidad del material al desgaste, por lo que su durabilidad es limitada, y las posibles secuelas o complicaciones, tales como infecciones. Por ello, deben utilizarse sólo cuando sea estrictamente necesario.
Tipos de prótesis de rodilla
Tipos de prótesis según la cantidad de hueso eliminado:
- Totales o tricompartimentales: son las que se sustituye completamente la articulación enferma, incluyendo la rótula. Dentro de este grupo, podemos diferenciar estos tipos:
- Prótesis de eje rígido: sus dos componentes están unidos por una simple charnela por lo que únicamente se permitía la movilidad en un solo plano (flexoextensión). Estas prótesis presentaban desventajas como su corta durabilidad, y que olvidan los movimientos de rotación. Actualmente, estas prótesis están casi en desuso.
- Prótesis de sustitución de las superficies articulares: pretenden la resección aislada de la superficie articular dañada. Su indicación viene condicionada por la presencia de una buena estabilidad de la rodilla.
- Prótesis con componentes enlazados (linked units): estas prótesis proporcionan estabilidad gracias al enlace que existe entre sus dos elementos principales: tibial y femoral. Estos elementos de unión permiten de forma simultánea el movimiento de flexoextensión y del movimiento de rotación automática. Cayeron en desuso rápidamente por fallos de diseño que no permitían el efecto deseado de mantener los movimientos rotacionales.
- Prótesis autoestables: sustituyen las superficies dañadas y no precisan que la rodilla sea estable. Restituyen la estabilidad y función gracias a las características de su diseño. La más utilizada es la tipo “medial pivot”.
- Monocompartimentales: se aplican en lesiones bien delimitadas de la rodilla. Con discretas variantes entre ellas, poseen un componente femoral metálico, de forma convexa, que se implanta en el cóndilo femoral lesionado y de un componente tibial con superficie articular de polietileno.
Tipos de prótesis en función de la presencia del ligamento cruzado posterior:
Si se conserva, la prótesis será la habitual,es decir, se utilizará una de las prótesis indicadas anteriormente, en función de las necesidades del paciente; sin embargo, si no se mantiene el ligamento cruzado posterior habrá que utilizar una prótesis de tipo estabilizada posterior, este tipo de prótesis se encuentra indicada en casos de deformidad fija en el eje de la rodilla y ante dificultades para equilibrar las partes blandas.
Tipos de prótesis según la unión que se realiza entre la prótesis y el hueso:
- Prótesis cementadas: su fijación se realiza mediante un “cemento” que, a modo de pegamento fija la prótesis al hueso.
- Prótesis osteointegrables: estas prótesis están recubiertas por un material de hidroxiapatita, que hará que el hueso crezca y se integre con este material, al que quedará fijado sólidamente.
- Prótesis no cementadas.
Duración de una prótesis
La duración de una prótesis dependerá de diversos factores: la infección, por ejemplo, puede acortar la vida de una prótesis. Si la colocación de una prótesis no ha sido técnicamente correcta, a la larga puede aflojarse y su duración quedará limitada.
Otro factor que afecta a su duración es la enfermedad de las partículas que al desgastarse la prótesis a causa de la fuerza del rozamiento, el material de las prótesis se va desgastando, y se van a liberar fuerzas que van a aumentar el rozamiento y de esta manera también va a aumentar el desgaste.
El uso intensivo de la prótesis va en detrimento también de su duración. Por eso, las personas jóvenes y activas con una larga expectativa de vida, pueden sufrir aflojamientos de sus prótesis a largo plazo.
Por todas estas razones y los diferentes factores que influyen en el desgaste, el cirujano no va a poder determinar cuánto va a durar una prótesis, ya que hay casos en los que hay que reemplazarlas relativamente rápido, y otras ocasiones en las que duran más de 25 años. Por eso, el reemplazamiento de una prótesis conlleva el inconveniente de que supone acortan más aún el hueso existente ya que hace falta hueso de una mínima calidad para poder fijar la prótesis.