Hombro congelado: fisiopatología del dolor y ejercicios para disminuirlo

Hombro congelado: fisiopatología del dolor y ejercicios para disminuirlo
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    Eduardo García Oliva
    Fisioterapeuta / Terapia Manual y ATM

    Me he graduado de Fisioterapia en la Universidad de Castilla la Mancha, Toledo. Además me especialicé en Terapia Manual y ATM por la Universidad de Castilla la Mancha, Toledo.

    Apuesto por la terapia manual para la recuperación de casi todas las patologías ya que soy especialista en Terapia Manual y ATM por la Universidad de Castilla la Mancha, Toledo. 

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El hombro es la articulación con mayor movilidad del cuerpo humano, por ende es una estructura con relativa facilidad a sufrir algún tipo de patología que altere su funcionamiento normal. Una de esas patologías es el hombro congelado o capsulitis adhesiva, una lesión que suscita muchos interrogantes ya que su causa de aparición es en la mayoría de los casos desconocida, y su diagnóstico es cuanto menos complejo. Para su tratamiento se recurre a la farmacología, al ejercicio y a la fisioterapia, con gran índice de éxito.

Hombro congelado/capsulitis adhesiva: aspectos generales

Este tipo de patología tiene muchos nombres, pero eso no es importante. Lo que es esencial es conocer qué tipo de lesión es, cómo sucede o se origina y cuál es su posible tratamiento. Comencemos por el principio, ¿qué es un hombro congelado? Es simplemente una condición que se caracteriza por la presencia de limitación en el recorrido funcional del movimiento del hombro, tanto éste sea activo o pasivo; normalmente las pruebas de imagen no presentan alteraciones estructurales, solo puntualmente hay casos de tendinopatía calcificada u osteopenia (1).

Como se puede imaginar, el diagnóstico de este tipo de lesión resulta complejo debido a la cantidad de estructuras que hay y rodean a esta articulación; pudiendo estar afectada una o varias y produciendo un sesgo a la hora de elaborar un correcto diagnóstico. La prevalencia de esta lesión afecta en torno a un 2-6% de la población en general a lo largo de su vida, y dentro de las lesiones de hombro representa únicamente un 5-7% del total; mención especial para aquellas personas que sufren de diabetes, puesto que entre el 10-46% suelen padecer esta patología. Es una lesión en la cual no existe consenso a la hora de afirmar por qué suele afectar más al sexo femenino. Comprende edades de población adulta de entre 40-60 años (1, 2, 3, 4).

Fisiopatología del dolor

Las últimas investigaciones científicas sugieren que el proceso fisiopatológico del hombro congelado está estrechamente relacionado con la inflamación de la bolsa sinovial y la fibrosis de la cápsula articular. Gracias al estudio elaborado por Tlatoa et al (1) se descubrieron en muestras de laboratorio, la presencia de fibrosis capsular, hiperplasia sinovial, neovascularización e incremento de miofibroblastos-fibroblastos, entrecruzamiento de fibras de colágeno, incremento de citoquinas como factor de necrosis tumoral beta y factor de crecimiento derivado de plaquetas. Todo ello produce el caldo de cultivo perfecto para la aparición de este tipo de lesión.

Según un estudio de 2017 (5) la explicación definitiva de esta lesión no se encuentra probada científicamente todavía, se sospecha que es una patología iniciada cuando el hombro ha sido sometido a un proceso de inmovilización y/o tras un traumatismo. Únicamente se tiene constancia de que una serie de factores aglutinados son los causantes de ésta: la inflamación, la tensión muscular, la fibrosis de la cápsula glenohumeral y un incremento en la liberación de citoquinas y neuropéptidos. Algo llamativo y alarmante es la estrecha relación que se ha encontrado entre aquellos pacientes que sufren hombro congelado acompañado de diabetes y/o enfermedades cardiovasculares; ambos comparten un aspecto en común el Síndrome  Metabólico (problema del organismo para manejar los niveles de azúcar y grasas en sangre, acompañado de una inflamación crónica de bajo grado en todo el cuerpo); todavía no hay evidencia suficiente que apoye esta línea de investigación, aunque es interesante tenerla en cuenta en estudios futuros.

Según el estudio de Bunker et al (2), concluyeron que la gran mayoría de hombros congelados idiopáticos son una condición auto-limitante en la cual la desaparición de los síntomas iniciales y el restablecimiento completo del movimiento del hombro, se consiguen tras un periodo máximo de 2 años. Durante ese período de tiempo el paciente experimentará mayores o menores síntomas, aumentados o disminuidos gracias a su propia condición física, interacción social y relación con el medio.

Clasificación de Zuckerman

Esta clasificación ayuda a establecer un listado del tipo de hombro congelado existente teniendo en cuenta la causa que lo ha provocado; lo divide en dos (1):

  1. Primario. Se desconoce la causa que ha provocado el hombro congelado, es idiopática y se achaca a desequilibrios hormonales, biomecánicos o inmunológicos.
  2. Secundario. El motivo causante de esta lesión es conocido y dependiendo de éste, existen tres tipos de hombro congelado:
  • Sistémico. Debido a diabetes, anemia, hiper o hipotiroidismo, etc.
  • Intrínseco. Debido a tendinopatías de estructuras relacionadas con el hombro.
  • Extrínseco. Debido a lesiones en estructuras remotas del hombro; por ejemplo: fracturas, artritis, artrosis, etc.

Tratamientos disponibles

Farmacológico

Recetado y prescrito por el médico, puede variar según la persona el tipo y la dosis. Existen dos opciones de tratamiento como norma general: a base de corticoides (se ha demostrado poco efectivo y además incrementa el riesgo de padecer necrosis y/o rotura de tendón) e infiltración de metilprednisolona y lidocaína (6).

Fisioterapia

Considerada una de las partes fundamentales del tratamiento multidisciplinar, ya que ayuda a disminuir el dolor, mejorar el rango de movimiento, aumentar la fuerza y resistencia muscular, dar consejos, educar al paciente y conseguir una mejor calidad de vida. Diversas son las técnicas que tiene a su alcance para obtener todos estos objetivos; se pueden destacar algunas de ellas:

  • Terapia manual.
  • Electroterapia.
  • Termoterapia y crioterapia.
  • Masoterapia.
  • Punción seca.
  • Vendajes funcionales y neuromusculares.
  • Educación y explicación al paciente del curso normal de la lesión.
  • Ejercicio terapéutico.

Ejercicio terapéutico

Ya ha sido mencionado como una de las herramientas que tiene la fisioterapia a la hora de hacer frente a un tipo de lesión como es el hombro congelado. El fisioterapeuta es el profesional sanitario cualificado y encargado de pautar los ejercicios, la intensidad y su frecuencia. Para ello es fundamental conocer al paciente y el estado en el que se encuentran las estructuras que conforman el hombro. Es vital también obtener la adherencia del paciente a este tratamiento, ya que se ha demostrado científicamente que el ejercicio terapéutico es una de las mejores terapias (si no la mejor) cuando se trata de afrontar un proceso de recuperación ante una lesión. El fisioterapeuta enseñará e instruirá al paciente en cada ejercicio, explicando cómo ha de realizarse la técnica y cómo no.

Quirúrgico

Cuando todos los anteriores no han conseguido mejorar ni el rango de movimiento, ni la percepción del dolor, ni la mejora en la calidad de vida; es la última opción como tratamiento. A veces es necesario recurrir a él, aunque muchas veces se considera un fracaso terapéutico, puesto que el tratamiento conservador obtiene grandes resultados.

Consejos y ejercicios recomendados para hacer en casa

Todo lo que el fisioterapeuta, u otro profesional sanitario, dice al paciente ha de ser tenido en cuenta, debido a que siempre se quiere ayudar al paciente a resolver sus problemas lo antes posible y de la mejor manera. Por ello, siempre que se aconseje sobre cómo dormir, o cómo realizar correctamente un movimiento o ejercicio, ha de ser escuchado con atención. Esto mismo es esencial a la hora de recibir consejos para el día a día o bien poner en práctica los ejercicios que han mandado hacer en casa.

El hombro es la articulación más móvil del cuerpo humano, como tal necesita y urge movimiento constante en todos los ejes y planos del espacio. Por ende, en la lesión de hombro congelado, es primordial mantener un mínimo rango de movimiento y motivar al paciente para llevarlo a cabo (aún a sabiendas de la molestia o dolor que causa éste). Mantenerse activo en todo momento, no usar cabestrillos o férulas que inmovilicen el hombro, evitar dormir sobre el lado afectado, realizar ejercicio físico regularmente, comer saludable, evitar tabaco, alcohol u otras drogas; dormir suficientes horas, entender y aceptar el proceso natural y alcance de esta lesión, afrontarlo con optimismo, mantener una salud mental y social aceptable o seguir realizando una vida normal son consejos que pueden ayudar a que todo sea más llevadero con esta patología.

A continuación se van a mostrar diversos ejercicios terapéuticos que el paciente puede realizar perfectamente sólo en casa, previamente habiendo sido instruido por su fisioterapeuta en la realización de la técnica, qué materiales usar, cómo hacerlo, con qué frecuencia y cuánta intensidad. Algunos de ellos aparecen en las siguientes imágenes:

Conclusiones

Es difícil esclarecer la causa que provoca un hombro congelado, más bien hay que tener diversos factores en cuenta para ello: inflamación, tensión muscular, presencia de sustancias proinflamatorias, etc. Debido a ello su diagnóstico se antoja ambiguo y difícil. Existen diversos tratamientos disponibles como el farmacológico, el fisioterapéutico y el quirúrgico, resulta fundamental conseguir que el paciente se adhiera al tratamiento y realice todos los consejos y ejercicios que los profesionales sanitarios le muestran; así como que lleve una vida normal hasta conseguir una calidad de vida óptima.

 

Bibliografía

  1. Tlatoa H.M, Morales F.J, Ocaña H.L. Actualización en traumatología deportiva: hombro congelado. Revista de Medicina e Investigación. Elsevier: 2014; 2(2): 132-137
  2. Bunker T.D, Anthony P.P. The patology of frozen shoulder: a dupuytren-like disease. University of Exeter. Princess Elisabeth Orthopedic Hospital and the Postgraduate Medical School: J Bone Joint Surg 1995; 77-B: 677-683.
  3. Neviaser A.S, Hannafin J.A. Adhesive capsulitis: a review of current treatment. Am J Sports Med: 2010 Nov; 38(11): 2346-56.
  4. Bunker T. Time for a new name for frozen shoulder: contracture of the shoulder. Princess Elizabeth Orthopedic Centre, Exeter. 2009: V1; (p): 4-9.
  5. Cucchi D, Marmottu A, De Giorgi S, Costa A, Conca M, Russo A. Risk factors for shoulder stiffness: current concepts. University of Bonn. JCC BY-NC-ND 4.0. Joints 2017; 05(04): 217-223
  6. Ewald A. Adhesive capsulitis: a review. Am Fam Physician. 2011;83(4):417-22
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