El fémur es un hueso largo que habitualmente se rompe como consecuencia de dos mecanismos principales que varían mucho con la edad: por un lado, en personas jóvenes son más comunes las fracturas producidad por grandes traumatismos y destacan las fracturas en competiciones deportivas y accidentes de tráfico. Por otro lado, en personas mayores las fracturas son más de origen reumático, generalmente secundarios a alguna enfermedad como es la osteoporosis.
FRACTURAS DE CUELLO DE FÉMUR
Fracturas intracapsulares
Las fracturas del cuello del fémur presentan todos los problemas de consolidación asociados a cualquier fractura intracapsular (dentro de la cápsula articular) del organismo:
- Como no existe periostio se reduce la capacidad de formar hueso en la zona .
- La presencia de líquido sinovial puede contribuir a la rotura del hematoma de fractura, dificultando el proceso de reparación.
- Si la fractura es desplazada se va a dificultar la vascularización.
En consecuencia, estas fracturas presentan básicamente dos complicaciones: alteraciones del proceso de consolidación y necrosis isquemia (con muerte posterior del hueso) de la cabeza femoral.
Fracturas extracapsulares
Son fracturas que espontáneamente tienden a la consolidación en mala posición, lo cual es debido tanto a la dificultad que plantean para la reducción las fuerzas ejercidas por los poderosos músculos de la región.
MANIFESTACIONES CLÍNICAS Y DIAGNÓSTICO
- Fracturas no Desplazadas y por Estrés: Son las que no se asocian a ningún traumatismo. Se manifiestan en forma de dolor moderado en la región inguinal o en la cara anterior del tercio inferior del muslo, acompañado de un grado variable de claudicación de la marcha. En la exploración clínica la movilización tanto activa como pasiva de la cadera despierta un dolor moderado aunque habitualmente un cierto grado de contractura muscular limita los grados extremos de movimiento. Los estudios radiológicos iniciales pueden relevar o no el trazo de fractura, la gammagrafía si va a revelar la fractura o nuevas radiografías, en ocasione puede ser necesario el empleo del TAC.
- Fracturas desplazadas: Se manifiestan en forma de dolor intenso en toda la región de la cadera e importante impotencia funcional. La exploración releva una actitud del miembro inferior en rotación externa, abducción y discreto acortamiento y los intentos de movilización de la cadera son claramente dolorosos. El diagnóstico se confirma mediante una radiología simple.
TRATAMIENTO
El objetivo es conseguir una movilizaron precoz del paciente para evitar la aparición de complicaciones sistémicas y prevenir el desarrollo de complicaciones locales como: necrosis isquemia y alteraciones del proceso de consolidación. Se puede realizar tratamiento conservador o quirúrgico.
El tratamiento conservador esté indicado en pacientes de edad avanzada con la capacidad de caminar limitada. Se administran analgésicos con la finalidad de conseguir la movilización precoz. También, se opta por mantener al paciente en descarga hasta la consolidación de la fractura.
El tratamiento quirúrgico puede realizarse mediante la colocación de una prótesis o con fijadores como clavos o placas. La elección depende del profesional y van a entrar en juego muchos factores como la edad, el desplazamiento, la calidad del hueso...
COMPLICACIONES DE LAS FRACTURAS DEL TERCIO PROXIMAL DEL FÉMUR
Las principales complicaciones son la ausencia de consolidación, la necrosis avascular, la trombosis venosa profunda y la infección.
Un tercio de los pacientes con necrosis isquemica y la mayor parte de pacientes con ausencia de consolidación requieren reintervención para la colocación de una prótesis.
OTRAS FRACTURAS DEL TERCIO PROXIMAL DEL FÉMUR
También, vamos a encontrar fracturas del macizo trocantérico y fracturas subtrocantéricas, que van a tender al desplazamiento a causa de las fuerzas ejercidas por los fuertes músculos que hay en la zona. En los casos en los que se presentan estas fracturas se debe comprobar el estado de los vasos sanguíneos y los nervios de la zona. Una vez más, el tratamiento puede ser tanto quirúrgico como conservador, la decisión de cual es más adecuado la va a tomar el profesional sanitario encargado del tratamiento, para ello va a tener en cuenta diferentes aspectos como la edad del paciente, su estado funcional, la calidad del hueso...
ESTRATEGIA DE PREVENCIÓN
Las fracturas del tercio proximal del fémur son típicos en personas de edad avanzada, rara vez sufren estas lesiones personas más jóvenes. Estas fracturas suponen un gasto importante para la sanidad pública y dado que se producen, en un importante porcentaje de los casos como consecuencia de alguno de los denominados síndromes geriátricos: pérdida de fuerza, alteración del equilibrio por ejemplo como efecto secundario de alguna medicación, problemas de visión, miedo a una nueva caída (esto forma parte del síndrome postcaída)...
Es necesario el empleo de medidas tan dispares como la mejora de la medicación neurotropa, la eliminación de obstáculos domésticos, la mejora de la visón, fisioterapia, el ejercicio físico y el empleo de suelos, y almohadillas de protección trocánteres entre otras medidas, que van a traducirse en un menor número de fracturas del tercio proximal del fémur y un menor gasto sanitario.