Se ha instalado en nuestra sociedad una línea de pensamiento tan peligrosa como falta de rigor y sin embargo al abrigo de los más altos avances médicos y métodos de diagnóstico por imagen y con el apoyo y connivencia de todos los estamentos sanitarios.
Es la idea del tanto tienes (en las radiografías o resonancias) = tanto sufres.
Los fisioterapeutas, que vemos a los pacientes durante mucho más tiempo que los médicos y por lo tanto podemos observar y profundizar en cada caso, observamos con frecuencia que los diagnósticos radiológicos no se corresponden, sin embargo, si no nunca, sí en pocas ocasiones, con la sintomatología y la historia del paciente.
Cuando las pruebas diagnósticas por imagen se utilizan de manera apropiada, pueden ser poderosas herramientas para diagnosticar ciertas patologías, sin embargo, su mal uso no produce ningún beneficio al paciente ya que puede resultar en evaluaciones adicionales más invasivas que aumentan el riesgo de daños o lesiones.
Artrosis y hernias discales
Si centramos nuestra atención en los problemas lumbares de artrosis y hernias discales, tan frecuentes en el mundo actual, veremos que esta discordancia es aún más exagerada. Veremos así pacientes con varios patrones, que voy a pintar un tanto extremos, pero que se repiten y repiten:
- Una persona con una sintomatología intensa, fuertes dolores en las lumbares o incluso bajando por su pierna, que lleva padeciendo estos dolores meses e incluso años con intermitencias y que trae una resonancia en la que dice que no tiene nada reseñable. Son pacientes que están sanos como robles y no tienen motivo para quejarse.
- Un paciente que lleva con un pequeño dolor lumbar dos semanas y que no ha tenido mayores problemas en su espalda (este dolor le sobrevino sacando cebollas en la huerta) pero que nos trae una radiografía que asusta, plagada de signos artrósicos, discos aplastados y deshidratados, osteofitos y calcificaciones que sin embargo no le provocan mayor problema.
En estos dos casos, no hay tanto problema, más allá del ingente gasto en pruebas diagnósticas. El hombre del segundo caso, no se va a preocupar porque seguirá sacando cebollas, cavando y levantando pesos sin ningún problema con su envejecida espalda, por más que diga la resonancia. El primero no tendrá más remedio si lo consigue, que buscar y encontrar la verdadera causa de sus dolores, ya que si no hay diagnóstico no hay culpable... no hay coartada.
He aquí la tragedia
Pero existe un clásico, típico y terrible tercer supuesto, que se verá inmerso y encerrado en un callejón sin salida, formado como todos los callejones por tres paredes. A saber:
- Pared de la derecha - Él mismo, su inconsciencia de las causas verdaderas de su dolor, y su miedo a enfrentarse a ellas de verdad y asumir que es el responsable primero y último de todo lo que le sucede.
- Pared de la izquierda - Su médico o traumatólogo, su desconocimiento de todo lo que no tenga nombre y apellidos y se vea en una placa, su entrega a un sistema médico vendido a las farmacéuticas y su miedo a aceptar que por muy médico que sea y lo importante que le hayan hecho sentir, no sabe, como todos los demás, una mierda del inmenso, infinito y complejo como el universo ser humano y sus dolores.
- Pared del fondo (la que cierra el paso a cualquier camino a, cualquier evolución) - Constituida por una prueba diagnóstica, una resonancia magnética que da a la persona y a su médico una coartada, un culpable, alguien con cara de malo a quien responsabilizar para no tener que mirar nada más allá... ¡una hernia discal!
Nadie mirará si ese hombre no anda más de 200 metros, si no hace deporte o casi no se mueve, si pesa 85 kg y está intoxicado de residuos proteicos, colorantes, conservantes, ácidos de todos los tipos y productos metabólicos de toda clase que su cuerpo cansado no ha sido capaz de eliminar...
Nadie se preguntará ya, si su hígado está inflamado, intoxicado y agotado de tanto trabajar, de tanto intentar deshacerse de toda la porquería precocinada, procesada e industrializada que ese hombre se mete a la boca. Si su intestino está inflamado, acidificado y con la flora destruida y perdida en este hábitat ácido y hostil para ella que es su intestino. Ni si sus riñones, glándulas suprarrenales y vejiga, funcionan al límite, eliminando como pueden… lo que puede, infectados sorda, asintomática y crónicamente.
Nadie querrá saber, si no duerme más que 4 horas, si vive angustiado o hastiado por su vida, si quiere a su mujer o vive con ella por conveniencia, si se quiere, si le quieren. Nadie planteará nunca, si todas estas cosas pueden dar lugar a su dolor de espalda… no, el dolor es por la hernia discal… eso es todo. Eso y tres dosis diarias de Voltaren, Lyrica y por supuesto, un analgésico.
¿Tanto tienes tanto sufres? Diagnósticos radiológicos
En este vídeo os hablo sobre el hiper-diagnóstico, sobre el exceso de resonancias magnéticas, radiografías, tomografías y demás pruebas diagnósticas realizadas de forma indiscriminada y que dan lugar a diagnósticos "ciertos" pero muchas veces irrelevantes en relación a tu sintomatología: