La artrosis lumbar es un diagnóstico frecuente en el adulto mayor, sin embargo, no son los únicos afectados por esta enfermedad crónica. Ya que las malas posturas y ciertos movimientos repetitivos, pueden conducir a la abrasión prematura del cartílago de las articulaciones de los cuerpos vertebrales lumbares. Conoce que otros factores promueven su aparición, cuáles son los tratamientos médicos y fisioterapéuticos disponibles para reducir sus efectos y muchas cosas más en el artículo a continuación:
El significado etimológico de esta enfermedad crónica radica en la unión de las palabras griegas “ἀρθρον - artro” que significa articulación y “σις - sis” que significa enfermedad, lo que indica que se trata de una patología articular. Sin embargo, en medicina este término enlazado con la palabra lumbar es usado para describir los procesos patológicos y degenerativos del tejido cartilaginoso de las articulaciones lumbares.
Aunque la artrosis es una enfermedad muy común desde la antigüedad, no se le brindo su categorización clínica hasta finales del siglo XVII, cuando el médico William Heberden describió el signo radiológico “digitorum nodi” conocido en la actualidad como ganglios de Heberden, este médico consideró que este signo indicaba la presencia de osteoartritis (artrosis) y no de gota. Seguidamente en 1886 el médico inglés John Kent Spender, acuño el término osteoartritis (artrosis) que usamos hoy en día para referirnos a la degeneración de los cartílagos artículares.
Las cinco vértebras que componen la columna lumbar, se ven unidas por varias estructuras compuestas de cartílago (los llamados disco intervertebrales), cuando este tejido por diversos factores se ve degenerado, se le llama artrosis lumbar.
Siendo así, podemos decir que la artrosis lumbar es una enfermedad crónica degenerativa, que afecta el tejido conjuntivo cartilaginoso que, recubre las superficies vertebrales lumbares, que además ocasiona alteración del hueso subcondral, una respuesta inflamatoria sinovial y un crecimiento anómalo de hueso (osteofitos, espolón o espuelas óseas).
Si bien esta patología no está asociada directamente a la aparición de dolor en la parte baja de la espalda, puede conducir a alteraciones biomecánicas que si ocasionen lumbalgia. Además, la aparición de espolones óseos y la pérdida de altura del disco intervertebral puede ocasionar el pinzamiento de algún nervio y consecuentemente la aparición de otras molestias.
El proceso de desgaste generado por esta patología es irreversible y el daño causado a los cartílagos es permanente. Sin embargo, el curso de la misma puede ser influenciado positivamente y la presencia de dolor puede ser suprimida con diversos métodos terapéuticos, de los cuales hablaré más adelante.
Esta afección conocida como osteoartritis o espondiloartrosis, puede ocasionar ciertos cambios patológicos en las vértebras lumbares., tales como:
Esta es una afección que aumenta con la edad, por lo que el 70% de los adultos mayores de 50 años pueden padecer de artrosis. Debido a que esta patología se toma más en cuenta cuando se desarrolla en las extremidades (mano, rodilla, cadera, etc.), la estimación de la prevalencia de la artrosis en los segmentos lumbares no está del todo clara. Sin embargo, se ha comprobado que se presenta con mayor frecuencia en mujeres que en hombres. En España, casi la cuarta parte del total de pacientes atendidos en las consultas de los reumatólogos presentan esta enfermedad y se ha estimado que el 10% de la población española la padece.
Según el estudio #EPISER2016, realizado por la @SEReumatologia, más de 5,5 millones de personas en España padecen artrosis lumbar, casi 300.000 tienen artritis reumatoide y en torno a 215.000 artritis psoriásica.https://t.co/driVTyHMAH
— HHP Spain Andulación (@HHP_Spain) January 24, 2019
Todo el ser humano está constituido por tejido biológico, que está sujeto al desgaste natural que se da a lo largo de los años. Por lo que tarde o temprano, todos están propensos a sufrir de esta patología articular. Ahora bien, aunque el envejecimiento influye en la degeneración de tejidos, no es la causa real de esta enfermedad, sino un factor de riesgo crucial para su desarrollo. La razón de esto es el hecho de que tanto la elasticidad como la resistencia del tejido cartilaginoso articular pueden disminuir significativamente por diversos factores en el transcurso del envejecimiento. Por lo que los adultos mayores no son los únicos afectado, sino también personas jóvenes.
Aunque las causas exactas que conducen al desarrollo de esta patología aún se desconocen, se cree que la combinación de varios factores causales promueve los cambios degenerativos que constituye esta enfermedad, de los cuáles destacamos los siguientes:
Los signos de desgaste articular a veces se exteriorizan en forma de dolor de espalda baja en la mañana, que mejora con el movimiento y disminuye totalmente con el reposo absoluto o al estar acostado. A menudo es un dolor que permanece localizado en la región baja de la espalda y generalmente ocurre durante el movimiento y con el esfuerzo, ya que son los momentos en los que las articulaciones vertebrales lumbares están particularmente estresadas. El grado de abrasión a los cartílagos no está relacionado con la intensidad del dolor o las molestias presentes, debido a que la degeneración de los cartílagos como tal no es la causa de dolor, por lo que una persona con una artrosis poco avanzada puede sufrir más dolor que una persona con artrosis más avanzada y viceversa.
Si los cambios degenerativos continúan aumentando, además del daño cartilaginoso, la artrosis puede afectar las fibras nerviosas lumbares. Por lo tanto, se pueden presentar síntomas adicionales, como:
La medida preventiva más importante para mantener la salud de la columna lumbar, es el ejercicio. El ejercicio es indispensable para una nutrición e hidratación óptima de los discos intervertebrales y las superficies cartilaginosas en la columna. Por lo cual los métodos de ejercicio moderados mantienen la salud de la columna y previenen la aparición de lumbalgias o lumbagos.
El movimiento y la actividad física enfocada en los músculos centrales del tronco, estabiliza la columna y brinda más soporte a los segmentos vertebrales de la parte baja de la espalda. Además, otra medida preventiva es mantener una adecuada postura durante la realización de las actividades de la vida diaria. Para ello te recomendamos usar muebles y equipos de oficina ajustados correctamente a las proporciones de tu cuerpo.
Ahora bien, teniendo en cuenta que sentarse por largos períodos de tiempo (durante largos viajes en coche, interminables conferencias o reuniones, o durante horas en un restaurante) puede promover el estrés y la degeneración de la columna vertebral. Siempre que sea posible, debe aprovechar todas las oportunidades para levantarse y movilizar la espalda.
Teniendo en cuenta que esta patología no sólo se desarrolla en la columna vertebral, te recomendamos que veas el siguiente vídeo en donde obtendrás importante información sobre cómo prevenir la degeneración y el desgaste articular que constituye esta enfermedad:
Esta afección puede confundirse con otras enfermedades que causen dolor en los lumbares, tales como:
La artrosis puede contribuir a la formación de muchas de ellas, sin embargo, la diferenciación entre ellas es posible mediante estudios de imagenología.
El diagnóstico consiste inicialmente en la elaboración de un historial clínico que permita establecer los factores que promueven la degeneración vertebral y un examen físico que permita valorar la movilidad de la columna vertebral y el estado de la funciones motoras, nerviosas y sensitivas.
Estos pasos son importantes en el diagnóstico, sin embargo, la única prueba que permite evidenciar la presencia de esta afección y diferenciarlas de otras, son las pruebas de imagenología. Incluso en las primeras etapas de la artrosis, se puede observar signos radiológicos de esta enfermedad con la radiografía (Rx): el espacio articular de la articulación afectada se ve reducido, se evidencia una estructura ósea densificada (aparece más blanca en la imagen de rayos X) debajo del cartílago articular (daño subcondral) y los osteofitos y espolones óseos suelen ser tan blancos (radiopaco) como los mismos huesos.
Para obtener información específica sobre el estado de una estructura blanda (por ejemplo, si se ve afectado un disco intervertebral o un nervio), será necesario tomar imágenes de tomografía computarizada (TC) o resonancia magnética (RM). Cómo ya hemos destacado, la magnitud de los signos de degeneración encontrados con los estudios imagenológicos no necesariamente tienen relación con las molestias que aquejan al paciente.
La valoración diagnóstica además servir para detectar la presencia de esta enfermedad, provee de importante información que permite al médico y fisioterapeuta elaborar un plan terapéutico adecuado.
Los procesos degenerativos que se desarrollan en esta enfermedad y que afectan a las vértebras lumbares pueden verse mediante estudios radiográficos. A continuación, te explicaremos cuáles son los signos radiológicos que permiten el diagnóstico de esta patología:
El abordaje terapéutico médico está enfocado en la reducción de los síntomas y la ralentización de la degeneración del cartílago, para ello el especialista suele indicar el uso de medidas ortopédicas como fajas lumbares (por poco tiempo) y medicamentos enfocados en aliviar las molestias presentes: antiinflamatorios, analgésicos (grageas, ungüentos, cremas o geles para aliviar el dolor) y relajantes musculares.
Cuando en la evaluación se detectan signos de compresión nerviosa o radicular, algunos médicos indican el uso de pregabalina o gabapentina para aliviar los síntomas y molestias.
En algunos casos, el especialista puede indicar glucocorticoides, que son inyectados por él mismo dentro o alrededor de la articulación afectada para combatir el dolor y la inflamación presente. Además de estos medicamentos, se suelen indicar fármacos como condrotín sulfato o sulfato de glucosamina, para reducir el dolor y aumentar la capacidad funcional del paciente con artrosis.
Generalmente, la cirugía no se tiene como primera opción terapéutica, sólo se considera en los casos que exista una importante restricción motora o funcional, o en los casos que se evidencien trastornos neurológicos importantes como pérdida movilidad o control de esfínteres. Si ninguno es el caso, el abordaje quirúrgico no es considerado cómo opción terapéutica, ya que no existen estudios que destaquen su eficacia por encima del abordaje conservador y fisioterapéutico. La elección del procedimiento quirúrgico varía dependiendo de la edad del paciente, el estado de salud en general y el objetivo a obtener con el procedimiento quirúrgico. Aunque existen variedad de abordajes quirúrgicos para reparar los daños provocados por esta patología, el procedimiento quirúrgico más usado es la fusión vertebral o artrodesis de las articulaciones lumbares afectadas: en esta operación se estabilizan dos o más segmentos vertebrales lumbares con material de osteosíntesis (tornillos y placas), lo que brinda mayor espacio a las estructuras nerviosas comprimidas.
Teniendo en cuenta que esta enfermedad puede ocasionar severas limitaciones, que impidan la correcta ejecución de las actividades de la vida diaria, el abordaje desde la fisioterapia será enfocado en la normalización de las habilidades que permitan el desenvolvimiento funcional de la persona con artrosis. Para lograrlo, se harán uso de distintas estrategias terapéuticas enfocadas en el alivio del dolor, la reducción de la inflamación y el aumento de la fuerza muscular y la coordinación de las articulaciones lumbares afectadas. Teniendo esto es claro, las medidas fisioterapéuticas más usadas para tratar una artrosis son:
Otras herramientas terapéuticas como el láser terapéutico, el ultrasonido, la magnetoterapia, el infrarrojo y la diatermia suelen ser altamente útiles, ya que tienen estímulos que paralizan momentáneamente el deterioro del tejido cartilaginoso de la articulación y contribuyen a la obtención de una mejor calidad de vida. La fisioterapia no sólo es considerada como un tratamiento conservador de primera mano, sino que además cumple un importante papel en la recuperación del tratamiento médico quirúrgico, debido a que los procedimientos quirúrgicos suelen dejar importantes limitaciones motoras y la presencia de molestias cómo inflamación y lumbalgia o lumbago, la cuáles pueden ser eficazmente tratadas mediante la fisioterapia.
Normalmente en el abordaje terapéutico de esta enfermedad no se suele tener en cuenta todos los factores causales y es por ello que muchos de las intervenciones enfocadas en su tratamiento suelen resultan infructuosas. Esto no suele ocurrir solamente en esta patologías, sino en muchas más, siendo así, para brindarle una solución óptima al malestar que te aqueja, hemos diseñado el sistema Fiit Concept – Fisioterapia Integrativa, el cual es una visión terapéutica basada en los estudios realizados desde la Medicina Tradicional China (Medicina Oriental), este tipo de medicina establece que el desarrollo de una alteración de algún órgano o víscera en es producto de una emoción en concreto, la presencia de esta alteración podrá repercutir negativamente en el tono muscular y en la biomecánica de algunos segmentos intervertebrales, debido a la relación establecida por el sistema simpático y parasimpático. Además, otros factores causales muy importantes, pero poco tomados en cuenta como la nutrición y el mal manejo del estrés, también contribuyen a la instauración de una disfunción visceral que finalmente genere alteraciones en el sistema musculoesquelético.
Toda esta relación la podrás ver ejemplificada en el siguiente diagrama:
Ya aclaradas las bases de nuestra visión terapéutica podemos afirmar que la artrosis no sólo se produce por factores físicos o mecánicos (malas posturas, trabajos repetitivos, exceso de ejercicio o sedentarismo) mencionados anteriormente en el artículo, sino que además puede verse influida por la presencia de estrés, alteraciones nutricionales y emocionales pueden ser los causantes.
Desde el punto de vista Fiit Concept – Fisioterapia Integrativa la artrosis lumbar se origina como consecuencia de una disfunción visceral del riñón, la vejiga, los órganos sexuales (útero-ovarios y próstata) y del intestino.
Sobre todo en aquellas que no se logra reducir los síntomas y las molestias mediante los tratamientos convencionales. Cuando alguno de los órganos y vísceras mencionados anteriormente presenta una alteración en su funcionamiento, puede ocasionar de manera refleja rigidez en la zona dorsal baja, lumbar alta y pelvis, conduciendo a una zona lumbar hipermóvil e inestable que acabará en bloqueos vertebrales y desbalances musculares de la zona lumbopélvica, lo cual aumentará la presión sobre el disco intervertebral que consecuentemente termina por provocar la degeneración de las uniones intervertebrales.
Ahora bien, por un lado, una disfunción en los riñones puede producir herniaciones hacia el lado izquierdo de ciertos discos intervertebrales lumbares (L4-L5, L5-S1). Mientras una falla en el funcionamiento de la vejiga suele contribuir a la aparición de una hernia izquierda L3-L4. Tanto el útero-ovarios como la próstata pueden provocan un aumento notable de la presión discal hacia el lado derecho (L5-S1). Finalmente, el intestino delgado origina una hernia hacia el lado derecho muy específica de la L4-L5, allí también se ve asociado el colon irritable que va a provocar una hernia discal hacia el lado izquierdo (L1-L2, L5-S1).
Una vez aclarado esto, podemos decir que una artrosis derecha es producida por la disfunción del intestino delgado y la disfunción del útero-ovarios o próstata, depende del caso. Mientras que la artrosis lumbar izquierda está asociada a la disfunción visceral de riñón, vejiga y del colon irritable. Esta disfunción puede originarse por variados factores que a continuación te explicaré:
Al fin y al cabo, todos estos factores influyen negativamente en el sistema musculoesquelético a nivel lumbar, originando tensión en los músculos lumbares, rigidez en la zona dorsal baja, lumbares y pelvis, conduciendo a una zona hipermóvil e inestable que acaba dañando al disco intervertebral lumbar, lo que por ende ocasiona la instauración de una artrosis lumbar derecha o izquierda con respuesta refleja ante estas disfunciones viscerales.
Desde nuestro portal de YouTube FisioOnline, te brindaremos importante información sobre el abordaje terapéutico de variedad de lesiones y patologías, mediante detallados y breves vídeos informativos realizados por profesionales en la fisioterapia y la rehabilitación, quienes te explicarán ejercicios, automasajes, estiramientos y otras alternativas terapéuticas para ponerle fin a tu dolencia.
Primeramente, es importante aclarar algunas cosas sobre esta afección que te permitirán ponerle fin a las molestias que provoca. Aprende en el siguiente vídeo tres opciones terapéuticas para solucionar la degeneración de las lumbares:
Como ya hemos destacado anteriormente, la mejor alternativa terapéutica para esta afección es el movimiento, además, existen otros abordajes terapéuticos como el automasaje y el estiramiento que te permitirán obtener la analgesia de las molestias ocasionadas por esta enfermedad. Aprende a cómo llevarlos a cabo correctamente con las instrucciones que se te brindan en el vídeo a continuación:
El método Pilates es altamente beneficioso para la salud de la espalda, es por ello que te mostramos en el siguiente vídeo algunos ejercicios basados en este método, para que mejores la movilidad, flexibilidad y estabilidad de la parte más baja de la columna vertebral:
Si estas presentando lumbalgia o lumbago debido a esta enfermedad, te mostramos en el siguiente vídeo algunos ejercicios de Pilates, fáciles de hacer, que te ayudarán a mejorar este problema y a recuperar la movilidad y funcionalidad que necesitas:
Se trata de una patología crónica no curable, ya que el tejido afectado (cartílagos) no tiene capacidad de regeneración y en la actualidad no existe ningún método terapéutico que permita al cuerpo recuperar las zonas cartilaginosas deterioradas. Sin embargo, es posible ralentizar el proceso degenerativo y los síntomas que origina esta afección permitiendo que el paciente tenga la mejor calidad de vida posible.