La Lactancia Materna es el transcurso en el que la madre alimenta al bebé con su pecho, el cual segrega leche posterior al parto, este proceso suele durar hasta los dos años de edad o menos. En este artículo descubrirás 7 curiosidades de esta fantástica fase de la maternidad.
La leche materna no siempre es blanca
Normalmente la leche materna es de color blanquecino, pero hay factores como la dieta (alimentos y colorantes) que varían su color, además cada toma de leche es diferente, al comienzo es más transparente y ligeramente azulada ya que está menos concentrada, ya para el final de la toma contiene más grasa y es más blanca.
La lactancia disminuye el riesgo de sufrir depresión postparto
La lactancia ayuda a la madre a mantener el lazo o vínculo con el bebé de esta forma se liberan hormonas que producen la sensación de bienestar cuando el bebé succiona el pecho materno, haciendo que sea un efecto beneficioso y que disminuya el riesgo de depresión postparto. La depresión postparto se debe al agotamiento y el descontrol en el sueño que involucra ser mamá y sobretodo en los primeros meses de vida del bebé, por lo que es importante que cuando el bebé duerma se tomen unos minutos para descansar 20 minutos, este tiempo ayudará a mejorar el estado de ánimo de la madre.
La lactancia induce el sueño del bebé
Durante la noche la leche materna aumenta el contenido de algunos nucleótidos, componentes de ADN, prolactina, triptófanos y melatonina que inducen el sueño, esto contribuye a que el bebé desarrolle ritmos de sueño y vigilia saludables. Cuando un bebé tiene un período de sueño adecuado suele ser un niño tranquilo, con una buena atención y buen funcionamiento de su metabolismo, por el contrario un niño que no descansa las horas necesarias sufre de hiperactividad, se enfadan, tienen malas actitudes, hacen pataletas y pueden tener pesadillas nocturnas.
La lactancia tiene un efecto calmante
Este efecto calmante se denomina "tetanalgesia". Los bebés al ser amamantados se sienten aliviados y consolados cuando sienten algún dolor, además al tener contacto físico sobre el pecho y los brazos de la madre se sienten seguros y protegidos disminuyendo la sensación de dolor. Esta técnica suele ser utilizada por las madres durante los períodos de vacunación de los bebés, situación en la que el bebé debe sufrir ese dolor por la inyección.
Amamantar reduce las posibilidades de sufrir cáncer y osteoporosis
La lactancia materna no solo protege el estado de salud del niño, sino que también ayuda a la madre a reducir las probabilidades de sufrir de cáncer de mama y de ovario, así como la osteoporosis después de la menopausia. Estudios también han demostrado que la lactancia materna es eficaz en la destrucción de 40 tipos distintos de células cancerígenas, entre las que se incluyen los tumores cerebrales y de piel, entre otros.
La leche materna contribuye al desarrollo cerebral
La leche materna contiene la cantidad de aminoácidos indispensables para el desarrollo normal del cerebro, desarrollo que no esta totalmente completo hasta que el niño tiene dos años de edad. Estudios demostraron que los bebés que se alimentan exclusivamente con leche materna durante los primeros tres meses de vida presentan un mayor desarrollo en zonas clave del cerebro, especialmente en el lenguaje, la capacidad motora y la percepción visual desde los dos años, a diferencia de los que son alimentados con leche de fórmula. Los beneficios que ofrece la lactancia sobre la inteligencia de los niños son mayores de acuerdo al tiempo que se prolongue.
La lactancia materna protege a los niños de enfermedades
La leche materna contiene anticuerpos que ayudan a proteger al niño de enfermedades frecuentes como la diarrea y neumonía, que suelen ser las principales causas de mortalidad en la niñez. Además se ha comprobado que los beneficios de salud de la lactancia se mantienen en el tiempo los adultos y adolescentes que fueron amamantados de niños tienen menos tendencia a padecer sobrepeso y a sufrir diabetes de tipo 2.
La lactancia materna es la mejor forma de alimentar y facilitar el correcto desarrollo del niño, además aumenta ese vínculo de apego entre la madre y el bebé generándole protección, compañía y mucho amor. La lactancia es fundamental en los seis primeros meses de vida del bebé para fomentar su crecimiento y la protección contra enfermedades.