En los inicios de la Tecarterapia esta se utilizó especialmente en aplicaciones del mundo de la estética por sus demostrados efectos sobre la circulación sanguínea y el drenaje linfático. Esos mismos efectos nos ayudan hoy en fisioterapia en problemas circulatorios más serios.
Problemas circulatorios: tipos y síntomas
Existen dos tipos de problemas circulatorios: los venosos, que presentan la inflamación de las venas que se encuentran justo debajo de la piel, síntoma característico cuando hay trastornos circulatorios en las piernas como la retención de líquidos, el edema, las estasis venosas superficiales o las varices; y los linfáticos, que se dan a un nivel más superficial.
Los síntomas principales de estas patologías suelen ser cansancio, pesadez, hinchazón, edemas, dolor y pinchazos en las piernas, así como calambres nocturnos o incluso fibrosis en edemas linfáticos que se han mantenido durante bastante tiempo.
Tecarterapia y problemas circulatorios
En estos casos, la tecarterapia provoca un drenaje de la circulación y una disminución del líquido en la zona afectada. Además, ayuda a mejorar la tensión de las paredes venosas para que la circulación funcione mejor y, al mismo tiempo, favorece la oxigenación del tejido y la eliminación de las toxinas que se han ido acumulando.
La tecarterapia es eficaz ante casos de piernas cansadas, flebitis, varices, linfoedemas postraumáticos y tras una intervención quirúrgica por cáncer de mama en la que la circulación linfática se ralentiza y provoca retención de líquidos en diferentes zonas del brazo. Pero hay que tener en cuenta también cuándo la tecarterapia está contraindicada: ante lesiones venosas profundas y arteriopatías descompensadas, en pacientes que tomen anticoagulantes o sufran algún tipo de infección y durante el embarazo.