Se trata de una de las lesiones más comunes dentro de la práctica deportiva como el fútbol, tenis u algún otro que requiera cambios de dirección de manera brusca, dicha lesión consiste en la fisura o rotura de alguna de las partes del menisco en consecuencia de muchos factores mecánicos y traumáticos asociados, desencadenando mucho dolor y molestias físicas.
Rotura o fisura de alguna de las partes que conforman al menisco…
A nivel estadístico se habla de que solamente en EEUU ocurren 61 roturas de meniscos por cada 1000 personas al año, siendo más probable la afectación del menisco interno que el externo principalmente asociado a las diferencias morfofisiológicas que ambas estructuras poseen.
¿Cómo se origina la rotura de meniscos?
Esta lesión puede venir asociada a múltiples factores, pues, se sabe que la función principal del menisco es servir como punto de apoyo para la rodilla y soporta las cargas axiales que se ejercen dentro de la misma, sin embargo, la participación en actividades laborales o recreativas que incluyen gestos continuos de arrodillarse o colocarse en cuclillas puede sobrecargar éste tejido.
Además de ello, también la práctica de deportes como el atletismo, fútbol, rugby, esquí u algún otro que requiera cambios bruscos de dirección y altos impactos sobre la rodilla pueden condicionar a la aparición de la misma.
¿Cuáles son los principales síntomas en una rotura de meniscos?
Por lo general, la rotura de meniscos manifiesta una sintomatología bastante característica en donde se involucra lo siguiente:
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Dolor agudo e intenso sobre el complejo articular de la rodilla que se agrava al movimiento
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Presencia de inflamación generalizada a lo largo de la zona lesionada
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Edematización y retención de líquidos a nivel de la rodilla
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Limitación o disminución del rango de movimiento en sentido de la flexión de rodilla
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Sentimiento de presión durante el movimiento activo de la rodilla
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Se pueden presentar chasquidos o crujidos al mover la rodilla.
Tratamiento para la rotura de meniscos
El tratamiento médico para abordar éste tipo de lesión puede darse a través de:
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Tratamiento conservador: En caso de que la lesión haya sido mínima y no haya afectado la zona interna del menisco, pudiendo sugerir la ingesta de analgésicos y antiinflamatorios para controlar la sintomatología
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Tratamiento quirúrgico: En casos más graves donde exista una afectación más profunda del menisco, se puede realizar una menisectomía parcial o total o una sutura meniscal para poder reconstruir o reparar dicha estructura dañada.
El tratamiento fisioterapéutico irá dirigido al control y mitigación de la sintomatología presente, así como también a la recuperación funcional de la persona, para ello se procede a aplicar distintas técnicas de tratamiento como:
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Agentes físicos (termoterapia, electroterapia, ultrasonido): Para disminuir el dolor y controlar la inflamación
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Técnicas manuales ortopédicas: Para aumentar el rango articular, así como también mitigar el dolor presente.
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Ejercicios activos: Buscando el fortalecimiento de la musculatura de la rodilla