La condromalacia rotuliana, también llamada síndrome patelofemoral consiste en una degeneración en la superficie del cartílago que se encuentra en la superficie posterior de la rótula o patela, el cual genera dolor al realizar los movimientos de la rodilla.
¿Qué origina la condromalacia rotuliana?
La condromalacia rotuliana es una patología que se produce por diversas causas, los factores que están relacionados con el desgaste del cartílago articular que se encuentra en la superficie posterior de la rótula son:
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Desalineaciones que surgen después de traumatismos en los que se hayan producido fracturas de rótula o contusiones condrales.
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Por la presencia de trastornos degenerativos
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Por causa de factores o alteraciones genéticas, en las que pueden existir malformaciones o disfunciones en el tamaño de la rótula
La condromalacia es común en deportistas cuya actividad requiere de movimientos que generan un gran impacto para las rodillas.
También existen otros factores que se encuentran relacionados con la aparición de condromalacia rotuliana, ya que inciden de forma negativa con el desgaste del cartílago, estos son:
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Disparidad en la longitud de las piernas
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alteraciones biomecánicas de la marcha
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Realización de actividades que requieran movimientos bruscos que generen impacto en las rodillas
¿Qué síntomas produce la condromalacia rotuliana?
El síntoma característico de la condromalacia rotuliana es el dolor en la rótula que puede presentarse detrás al lado o debajo de la misma, está relacionado con la realización de actividades físicas como subir o bajar escaleras, correr e incluso caminar, también puede aumentar al mantener posiciones que requieran mantener las rodillas en flexión, además en la mayoría de los casos se suele presentar un chasquido o crepitación al flexionar y extender la rodilla y una sensación de rigidez después de un tiempo de inactividad o reposo.
¿Cuál es el tratamiento de la condromalacia rotuliana?
Para empezar el tratamiento de la condromalacia rotuliana, su médico le podrá ordenar la realización de diversas pruebas para confirmar el diagnóstico y descartar otras alteraciones, una vez que esté confirmada la patología le indicara un tratamiento conservador, el cual consiste generalmente en la prescripción de ciertos medicamentos para aliviar el dolor y la inflamación para posteriormente remitirle al fisioterapeuta.
Hasta en los casos más graves el tratamiento suele ser conservador, solo cuando este no resulta efectivo y los síntomas son muy severos, es que se recurre al quirúrgico.
En cuanto al tratamiento fisioterapéutico, este comenzara con una valoración por parte del fisioterapeuta mediante la cual determinara los factores biomecánicos que pudieran haber ocasionado el problema, así como valorar las estructuras músculoesqueléticas que se encuentran afectadas. En un inicio el tratamiento estará enfocado en el alivio de los síntomas, posteriormente el fisioterapeuta le indicará ejercicios enfocados en el fortalecimiento de la musculatura comprometida, mediante entrenamientos específicos que permitan mejorar la estabilidad y funcionalidad de la rodilla.