Si recientemente has notado una protuberancia o un bulto en la muñeca, es probable que presentes un ganglión o quiste sinovial. Estas son estructuras quísticas que están llenas de líquido llamado sinovia y que generalmente aparecen en la parte extensora (dorsal) o en la parte flexora (palmar) de la mano. Conoce acerca de esta afección benigna en el siguiente artículo:
Históricamente se le atribuye la primera descripción de las afecciones ganglionares o quistes sinoviales a Hipócrates. Etimológicamente hablando la palabra ganglión proviene del griego antiguo γάγγλιον que significa “bulto o protuberancia”, esta palabra en medicina es usada para hacer referencia a distintas estructuras: ganglios linfáticos, neurales y los quistes ganglionares que por supuesto describen a esta afección.
Entonces, un quiste ganglionar se trata de un cambio nodular común pero inofensivo y benigno que se da debajo de la piel de la muñeca. Este cambio consiste en la formación de una protuberancia, constituida internamente por sinovia y que está conectada a la cápsula articular subyacente o la vaina del tendón.
La protuberancia está llena con un líquido llamado sinovia, que no fluye hacia la cápsula articular y, por lo tanto, conduce a un visible nudo elevado en el dorso/palma de la mano.
El tamaño de la protuberancia está determinado en gran medida por la cantidad de líquido, por lo que el tamaño puede aumentar rápidamente, pero también disminuir nuevamente cuando el líquido fluye de regreso al espacio articular. Inicialmente la protuberancia o el quiste ganglionar suele mostrar un aspecto blando, que sin el abordaje terapéutico adecuado se vuelve muy sólida, causando en algunos casos dolor e inestabilidad funcional.
Los quistes sinoviales o gangliones son masas (protuberancias) muy comunes, que algunas veces crecen en la mano y en la muñeca. El diagnóstico de un quiste sinovial o ganglión usualmente se basa por dónde esté situado y qué aspecto tiene. pic.twitter.com/ghwl4c31rY
— Dr. Orlando Suarez M.D. CIRUJANO TRAUMATOLOGIA (@drorlandosuarez) January 20, 2020
Estos nódulos benignos suelen aparecer en la cara dorsal cerca de la articulación escafolunar, mientras que en la cara palmar aparecen cerca de la articulación radioescafoidea, escapotrapezial o la pisipiramidal, así como también en el túnel del carpo, por lo que puede provocar un compromiso nervioso.
En principio, las personas de todas las edades pueden padecer estas alteraciones ganglionares o quistes sinoviales, incluidos los niños. Sin embargo, ocurre con mayor frecuencia entre las edades de 20 y 30. La incidencia en hombres es de 25 / 100,000 y en mujeres de 43 / 100,000, por lo que las mujeres se ven más afectadas que los hombres, la razón de esto es que su tejido conectivo es inherentemente más débil y las cápsulas articulares más flexibles.
Las mujeres se ven más afectadas que los hombres.
Con respecto a la ubicación, el 60-70% de estos quistes se encuentra en la cara dorsal, ahora bien, el 13-20% de los ganglios se encuentran en la cara palmar. Un estudio reportó que el 89% de los pacientes afectados por esta protuberancia ganglionar referían dolor, pero solo el 19% sintió que interfería con las actividades de la vida diaria. La conclusión más probable es que el dolor, incluso cuando está presente, es muy probable que sea molesto que debilitante o limitante.
A menudo, cuando el quiste apenas se está comenzando a desarrollar no causa ninguna molestia y aparece como una bolita elástica, indolora y flexible (usted puede desplazar ligeramente la bolita y al apretarla es de consistencia blanda), la bolita o protuberancia puede ser estéticamente perturbadora.
Los quistes sinoviales en ocasiones pueden crecer mucho, hasta alcanzar diámetros de hasta ocho centímetros.
A medida que aumenta el tamaño, puede volverse muy doloroso, especialmente en la región dorsal, el lugar donde aparece con mayor frecuencia.
Si bien las causas no están del todo esclarecidas en la actualidad, es probable que haya una serie de factores involucrados en el desarrollo de un quiste ganglionar o muñecas abiertas. Por ejemplo, esto podría ser una debilidad del tejido conectivo, alrededor de las articulaciones hay tejido conectivo (firme), la llamada cápsula articular. Esto mantiene la posición articular y asegura que solo se mueva en la dirección deseada. En la capsula articular, una capa suave de tejido conectivo (membrana sinovial) recubre la cavidad articular como un papel tapiz. En su interior hay líquido que permite lubricar la estructura, sin el cual las partes óseas que la componen se rozarían entre sí.
Si el tejido conectivo débil es combinado con una sobrecarga de la cápsula articular, la sinovia puede escapar de la cavidad articular y acumularse en el tejido blando circundante. Así es como se forma estas afecciones ganglionares.
Entre los factores de riesgo destacamos los siguientes:
Puede prevenir la formación de este quiste con ejercicios de relajación y estiramiento específicos del antebrazo. Esto puede resultar altamente útil si se trabaja mucho en el ordenador o se realiza otras actividades que ejerzan presión sobre las articulaciones, ya que estas afecciones ganglionares surgen esencialmente porque la articulación afectada está sobrecargada o debido al sobre entrenamiento que hace que los músculos estén tensos y la articulación inestable.
Es por ello que es importante que se le brinde suficientes oportunidades a la articulación para relajarse nuevamente, a través de ejercicios de estiramiento específicos, además deben evitarse cualquier forma de estrés articular o al menos compensarse con ejercicios de acondicionamiento y estiramiento.
Debido a que ocasionan casi los mismos signos y síntomas, esta afección puede verse confundida con las siguientes alteraciones de salud:
Su diagnóstico puede resultar fácil para el médico o fisioterapeuta, ya que mediante un sencillo examen físico se puede detectar la presencia de un quiste, y se puede confirmar con métodos de examen imagenológico, como el examen por ultrasonido/ecografía, ya que estos permiten evaluar la extensión exacta de estas afecciones ganglionares y pueden proporcionar información sobre las posibles causas.
El diagnóstico se vuelve más complicado o si la protuberancia no está claramente pronunciada, en este caso, además del ultrasonido o ecografía, se puede distinguir el quiste de otras deformaciones, como tumores óseos u osteoartritis, mediante rayos X tridimensionales o resonancia magnética (RM)
Con los estudios de imagen se pueden excluir otros motivos de la protuberancia, por ejemplo, tumores.
Además, sirve para evaluar si las estructuras como los nervios o los vasos en el área del quiste se han visto afectadas, el médico o fisioterapeuta realiza pruebas funcionales para valorar la capacidad de movimiento y las restricciones presentes.
El flujo sanguíneo en los vasos afectados se valora con una sonda de ultrasonido especial (Doppler). Estos exámenes se requieren con mayor frecuencia para los quistes que aparecen en el lado flexor de la mano, que están en las cercanías de nervios y vasos. En los casos que el diagnóstico no sea del todo claro, a pesar de todos los exámenes, puede ser apropiado tomar una muestra de tejido.
Si la protuberancia no causa ningún síntoma, no necesariamente tiene que ser tratada, ya que en algunos casos desaparecen por sí solos después de un tiempo. Ahora bien, los casos sintomáticos son tratados de manera conservadora en su etapa inicial, ya que existe la posibilidad como se ha mencionado antes, de que el quiste retroceda espontáneamente por completo o parcialmente.
Primeramente, el médico indica inmovilización mediante órtesis o vendajes compresivos, con la finalidad de evitar la carga incorrecta de la zona afectada siga fomentando la protuberancia o quiste ganglionar, ya que el movimiento puede generar un bombeo de sinovia a través de un mecanismo de válvula unidireccional, rellenando y abultando nuevamente el quiste. esta medida se indica junto con fisioterapia.
Otro abordaje conservador es la punción con aspiración, en la que se inserta una jeringa en el quiste y se aspira su contenido. Por lo general, sin embargo, la protuberancia se llena de líquido nuevamente después de un corto período de tiempo.
Esta afección es conocida como “quiste de bíblico” esto es debido a que las personas suelen autotratarse usando un libro pesado como la Biblia, ya que muchos tienen la errónea idea que un fuerte golpe sobre la protuberancia lo hará retornar, sin embargo, esta medida está muy lejos de la realidad, por lo que se recomienda no realizarla.
Si a pesar de las técnicas médicas nombradas anteriormente, la protuberancia persiste obstinadamente, causa problemas, por ejemplo, presión sobre los nervios o los vasos, o lo perturba estéticamente, puede eliminarse mediante diversas técnicas quirúrgicas.
El objetivo de la operación es eliminar completamente la protuberancia y cerrar la conexión de la misma a la cápsula articular que esté afectada. Las técnicas quirúrgicas más utilizadas para tratar esta afección son las siguientes:
En la mayoría de los casos, la articulación se puede mover nuevamente inmediatamente después de la cirugía. Solo en los casos de extracción de ganglios muy grandes o después de intervenciones muy extensas, la región afectada puede inmovilizarse temporalmente con una férula desde el antebrazo.
En cualquier caso, el médico indica precaución y protección de la zona hasta que se complete la cicatrización de la herida y se retiren las suturas después de aproximadamente 7-10 días. Posteriormente, es necesario un abordaje desde la fisioterapia para restaurar la movilidad y la funcionalidad total. Los pacientes operados por un quiste ganglionar pueden usar su mano, 2 semanas después de la intervención quirúrgica.
El tratamiento conservador es el más usado por excelencia para solucionar esta afección, por lo cual la fisioterapia juega un importante papel en el tratamiento del quiste ganglionar, no sólo como abordaje principal, sino además como abordaje terapéutico postoperatorio.
En ambos casos el objetivo que ayudar al paciente a recuperar las funciones afectadas en un principio por la protuberancia, de manera que retorne a las actividades de la vida diaria de manera óptimo.
Eso sí, evitando o modificando los movimientos que en un principio pudieron favorecer la aparición de este tipo de quistes. También es importante reducir el tejido cicatricial para restablecer la movilidad funcional, mejorar el rango de movimiento y disminuir el dolor.
Este tratamiento está diseñado desde la visión Fiit Concept – Fisioterapia Integrativa, la cual tiene sus principios anclados en la filosofía de la Medicina Tradicional China (Medicina Oriental), la cual afirma que las emociones pueden repercutir en el funcionamiento de órganos y vísceras, lo que conlleva a la aparición de alteraciones musculares y articulares, debido a la conexión existente formada por el sistema nervioso simpático y parasimpático. Pero esta filosofía no sólo afirma que las emociones pueden provocar una disfunción visceral, sino que existen otras que también pueden provocarla como las alteraciones nutricionales y el mal manejo del estrés que finalmente genere alteraciones en el sistema musculoesquelético como aumento del tono, rigidez y bloqueos intervertebrales.
Toda esta relación la podrás ver ejemplificada en el siguiente diagrama:
Una vez aclarado esto, podemos afirmar que el ganglión o quiste sinovial no sólo se origina por factores físicos o mecánicos (trabajos repetitivos, exceso de ejercicio que involucre la muñeca) nombrados en este artículo, sino que también pueden ocasionarlo la presencia de una disfunción visceral relacionada al estrés, alteraciones nutricionales y emocionales.
El ganglión o quiste sinovial desde nuestra visión Fiit Concept - Fisioterapia Integrativa, está influenciado por la disfunción de la vejiga.
Esta disfunción ocasiona de forma indirecta alteración en la charnela cervicodorsal y consecuentemente un aumento del tono de la musculatura flexora del brazo y de la muñeca, lo cual facilita la presión anómala que produzca irritación de las articulaciones de las muñecas (especialmente de la mano dominante) y consecuentemente la formación de un quiste sinovial en esa zona. Esta disfunción visceral puede originarse por variados factores que a continuación desarrollaré:
Al fin y al cabo, todos estos factores en mayor o menor medida influyen negativamente en el sistema musculoesquelético a nivel cervical, originando tensión en los músculos del antebrazo, conduciendo a la irritación de las articulaciones que constituyen a la muñeca, conduciendo finalmente a la formación de un quiste sinovial como respuesta refleja de la disfunción de la vejiga.
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Si sigues teniendo dudas sobre esta afección te recomiendo darle un vistazo al siguiente vídeo en donde se habla sobre cuáles son causas, sus síntomas y su abordaje terapéutico más recomendado para conseguir una rápida y segura rehabilitación o recuperación:
Puedes promover los procesos de curación propios de tu cuerpo mediante fáciles técnicas manual y ejercicios específicos, los cuáles se te explicará detalladamente en el vídeo a continuación:
Además, una de las técnicas muy usadas para reducir el tamaño de esta protuberancia o quiste es el auto masaje terapéutico, aprende a cómo realizarlo desde tu casa viendo el siguiente vídeo a continuación:
Esta afección es una protuberancia benigna que cuenta con un pronóstico favorable, ya que el mismo tiene la capacidad de retroceder espontáneamente, aunque también hay que tener presente que puede agrandarse. Si un quiste se ha tratado con éxito mediante tratamientos conservadores, existe el riesgo de recaída, o sea se puede formar de nuevo una nueva protuberancia en la misma ubicación o en una diferente.
El tratamiento conservador es exitoso a corto plazo, sin embargo, existe un alto riesgo de recaída.
La cirugía abierta parece ser una opción muy favorable en el caso de esta afección, solo uno de cada cinco pacientes tiene altas probabilidad de desarrollar de nuevo una protuberancia quística en el mismo lugar después de una operación abierta. Con una cirugía mínimamente invasiva (artroscopia), el riesgo de recaída es aún menor. Sin embargo, después de un abordaje médico de punción o aspiración, la probabilidad de que el paciente sufra nuevamente de este tipo de quistes, pudiendo la mitad de los pacientes tratados de esta manera desarrollar nuevamente la protuberancia o quiste.
Solo uno de cada cinco pacientes tiene altas probabilidad de desarrollar de nuevo una protuberancia quística en el mismo lugar después de una operación abierta.
Ahora bien, para evitar recaídas, los factores de riesgo de los quistes sinoviales deben reducirse, los músculos se deben relajar y aflojar una y otra vez durante el día, con esto se evita sobrecargas que pueden favorecer la formación de estas afecciones ganglionares.