¿Es el Pilates el deporte que debo elegir para mejorar mi dolor de espalda?

Tras el éxito de nuestro anterior artículo, “vendas de colores”, hoy les presentamos otra de las cuestiones que más nos llegan a diario a las consultas de traumatólogos y fisioterapeutas, ¿qué hacer para reducir las molestias de espalda?

 De manera muy simplificada, podríamos decir que la espalda, formada por 33 vertebras articuladas entre sí y un gran número de músculos que la protegen y movilizan es una de las regiones más castigadas a lo largo de nuestra vida. Los motivos pueden ser el stress, las malas posturas, o el sedentarismo entre otros.

Yolanda Romero Redondo, fisioterapeuta directora de Marbellafisio, aficionada de la práctica deportiva y formada por el curso método pilates suelo para fisioterapeutas del ICPFA en 2009, nos explicará los beneficios del método en los problemas de espalda.

Cuándo un paciente acude a su médico para aliviar su dolor en la zona lumbar o cervical, generalmente se le prescribe calor seco, se le suministra medicación y / o se le aconseja acudir a fisioterapia. En la mayoría de los casos, estas pautas mejoran su dolor. Sin embargo, no ayudarán a que mejore la flexibilidad de sus articulaciones o potenciarían su musculatura para prevenirle de nuevas lesiones. Para ello requerirá de algunas sesiones de fisioterapia, y a largo plazo necesitara practicar deporte de forma regular bajo supervisión. Hasta hace unos años, los traumatólogos solían recomendar natación, hoy en día, además recomiendan yoga o pilates.

La difusión del pilates se popularizó tanto desde los años 20, que hoy en día al paciente le surgen dudas sobre si realizar clases en suelo, o con máquinas, si acudir al gimnasio o la asociación del barrio por un precio más razonable o a una clase individualizada. En ocasiones, incluso deciden comprar material o buscar información por Internet y realizar los ejercicios en el domicilio. Muchos de ellos acuden después a las consultas de los profesionales de la salud refiriendo molestias en la zona lumbar y el coxis, producidas en la mayoría de los casos por compensaciones. 

Independientemente de la opción que elija, los principios del método suelen mantenerse fielmente. El control de la alineación de la espalda, la concentración en los ejercicios, la fluidez del movimiento y la respiración son parte indispensable de la clase. Y eso, como cuando usted aprendió a conducir no resulta sencillo (freno, marchas, retrovisores…todo a la vez), las primeras veces. 

Con este articulo, pretendemos desprender la importancia de que sea dirigido por un fisioterapeuta, puesto que el conocimiento de la patología musculo esquelética de la que este profesional dispone hará que su práctica deportiva no entrañe ningún peligro para el empeoramiento de sus lesiones.

Si usted tiene artrosis, o tuvo un latigazo cervical, tiene hernias discales, escoliosis o cualquier otra patología el instructor tendría que individualizar sus ejercicios, adaptándolos a sus necesidades, requiriendo quizás empezar con máquinas hasta que su cuerpo se adapte a los fundamentos de la técnica. Sólo de esta manera, podríamos afirmar que si, el pilates puede ser una de sus mejores opciones como práctica deportiva para mejorar sus dolencias de espalda, ya que dispone de una amplia variedad de ejercicios de distintos niveles que le permitirán prevenir futuras lesiones osteomusculares y/ o disminuir el dolor producido por las ya existentes.