No todos los clubes deportivos tienen un equipo sanitario multidisciplinar, y en ocasiones, somos los fisioterapeutas los únicos profesionales de la salud que nos encontramos en las instalaciones. Recae pues, sobre nosotros, la responsabilidad y la competencia de saber actuar ante determinadas situaciones y conocer los mecanismos de actuación en primeros auxilios.
¿Qué es una hemorragia?
Una hemorragia es la pérdida de sangre que suele ser provocada por un traumatismo o heridas que provoca la salida de la sangre por sus conductos de transporte normal (arterias, venas y capilares), esta afectación puede llegar a ser realmente perjudicial e incluso podría causar la muerte de no ser tratada a tiempo y de la manera adecuada.
En este artículo nos vamos a centrar en cómo reconocer el tipo de hemorragia y cómo actuar ante ellas.
Tipos de hemorragias según el vaso sanguíneo roto:
- Hemorragia arterial: Es la más peligrosa, la sangre sale a chorros según el ritmo cardiaco. De color rojo vivo y oxigenada, a veces incluso podemos ver pequeñas burbujas.
- Hemorragia venosa: Es menos peligrosa, y no contiene oxígeno. Su color es más oscuro y la hemorragia es continua y sale con menos fuerza, nada de chorros.
- Hemorragia intersticial o capilar: Se encuentra a nivel subcutáneo, y se manifiesta en forma de hematomas, equimosis o petequias.
Tipos de hemorragias según su manifestación y origen
Se pueden presentar los siguientes tipos:
Hemorragias externas.
Se deben a golpes o traumatismos que dañan la piel provocando heridas o fracturas. El sangrado de la piel o de tejidos más profundos como el músculo o el propio hueso, sale al exterior.
¿Cómo debemos de actuar ante una hemorragia externa?
1. Con presión directa sobre la herida: De la forma más higiénica posible intentamos taponar la hemorragia. Bien con la propia mano (usar guantes) o con alguna tela lo más limpia posible. Lo ideal sería usar gasas. A medida que se vayan impregnando de sangre, nada de quitarlas, sino que se irán añadiendo una encima de la otra.
2. Con presión indirecta: Si la medida anterior no da resultado y el sangrado continúa añadiremos una presión indirecta sobre la arteria. Además si podemos, elevaremos el miembro para que la presión de la sangre en el lugar de la herida disminuya.
3. Hacer un torniquete: Es la última opción, sólo se utilizaría como primer recurso en caso de amputación o cómo medida de atajo cuando existen muchos heridos. Con un trozo de tela enroscada de unos 10 cm de anchura, buscamos un punto medio entre la herida y el corazón y taponamos la arteria haciendo un nudo fuerte sobre la extremidad afectada.
Hemorragias internas.
Son la rotura de algún vaso sanguíneo en el interior de nuestro cuerpo. Si la sangre sale al exterior por algún agujero natural de nuestro cuerpo se denominan hemorragias exteriotipadas y son:
- Hemorragia nasal o epíxtasis. Nada de inclinar el cuello hacia atrás o usar algodones. Nuestra intención debe ser taponar la hemorragia con gasas y comprimir el tabique nasal con los dedos. Se deben a rotura de pequeñas venas o capilares, a traumatismos, a drogas, a objetos extraños, a cambios de presión o a crisis hipertensivas.
- Hemorragia del oído u otorragia. Suelen ser graves. Dadas en traumatismos cráneoencefálicos, roturas del tímpano, o por introducir objetos extraños. Suelen ser unilaterales y son la única hemorragia que no se debe taponar. Pondremos a la víctima de lado sobre el oído hemorrágico y dejaremos que la sangre fluya al exterior.
- Hemorragias a través de la boca. O bien pueden ser de origen digestivo (hematemesis) o respiratorio (hemóptisis). En la primera, la sangre suele salir durante el vómito "vómitos en posos de café". El color es muy oscuro y el olor muy desagradable; sin embargo, el color de la sangre en la hemóptisis es más claro y suele salir durante episodios de tos.
- Hemorragias rectales o rectorragia. La sangre sale al exterior a través del recto. Bien por una fístula anal, alguna almorrana, o por algún objeto extraño. Si la sangre aparece en heces, el origen es digestivo y se denominan melenas.
- Hemorragias vaginales. Se dan en casos de menstruacciones abundantes y dolorosas (menorragia) o por causas que nada tienen que ver con la menstruación (metrorragia) como en embarazos ectópicos, abortos...
Síntomas de un paciente hemorrágico.
Los síntomas serán los siguientes:
- Frío
- palidez
- sudoración
- mareos
- somnolencia y pérdida de conciencia.
- Taquicardia, taquipnea e hipotensión.