La endoscopia es una de las grandes evoluciones de la cirugía, tanto a nivel visceral como en la traumatología con su versión artroscópica.
Que se lo pregunten a los operados de rodilla de hace 30 años... Y la dirección y evolución sigue siendo la misma, entrar, y reparar con la menor invasión y daño posibles.
La endoscopia de columna es una alternativa mínimamente invasiva para el abordaje quirúrgico de la discectomía. Está indicado en pacientes con hernia de disco con dolor. Sin embargo, la elección entre una discectomía endoscópica y un procedimiento abierto depende de la preferencia del cirujano y la condición del paciente.
La cirugía completa se lleva a cabo a través de un pequeño tubo o trocar, insertado a través de la piel, hasta el disco. El objetivo de la cirugía es eliminar la hernia discal que está ejerciendo una presión excesiva sobre los nervios de la columna para aliviar el dolor. Durante todo el procedimiento, el cirujano es capaz de visualizar una imagen ampliada de la totalidad de la zona de trabajo en un monitor con la ayuda de un endoscopio insertado a través del trocar. El endoscopio tiene una cámara y una fuente de luz en su extremo que permite una mejor visualización del área de trabajo y ayuda en la eliminación precisa del tejido dañado. Este procedimiento tiene un tiempo de recuperación más corto ya que los músculos se retraen y no se cortan, en comparación con el enfoque abierto.
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