El peroné es un hueso largo y delgado ubicado en la pierna de forma posterolateral a la tibia, este tiene por función brindar estabilidad a la articulación del tobillo y sostener la musculatura de la pierna; sin embargo, a diferencia de la tibia es un hueso que no soporta peso, en su parte proximal, el peroné está relacionado con la rodilla en su parte proximal mientras que en su extremo distal constituye el maléolo externo a nivel del tobillo.
Un esguince de tobillo puede resultar en una fractura de peroné...
¿Cuáles son los síntomas de una fractura de peroné?
Una fractura de peroné puede cursar con la siguiente sintomatología:
- Dolor intenso en la pierna, principalmente en la cara lateral del tobillo
- Inflamación y edema en el área lesionada
- Deformidad en la articulación
- Alteración sensitiva
¿Por qué se producen las fracturas de peroné?
Como ya lo hemos mencionado, una fractura de peroné suele suceder luego de un esguince de tobillo en el que se aplica una tensión mecánica excesiva sobre esta articulación que el peroné es incapaz de soportar. Esta lesión también puede deberse a una mala caída, un accidente o después de una luxación de tobillo, siendo común en deportistas que practican fútbol, baloncesto o artes marciales, además existen factores de riesgo importantes para este tipo de lesión, tales como:
- Problemas de equilibrio
- Consumo excesivo de alcohol
- Desplazamiento sobre superficies lisas o irregulares
¿Cuál es el tratamiento ante una fractura de peroné?
Ante la sospecha de una fractura de peroné es importante buscar atención médica inmediata, el profesional de salud realizará una valoración para confirmar el diagnóstico, esta incluye la exploración física, una anamnesis o interrogatorio y la realización de algunas pruebas de diagnóstico por imagen como la radiografía o una resonancia magnética para descartar otras lesiones.
Después de establecer el diagnóstico, el médico, según su criterio, determinará el tratamiento más adecuado, en el caso conservador se suministrarán medicamentos para él dolor y la inflamación, además de colocar una férula o yeso para estabilizar la zona afectada durante un periodo de seis a ocho semanas.
En cuanto al abordaje de tipo quirúrgico, este deberá realizarse cuando existan fragmentos fracturados desplazados, fracturas abiertas, y ante la presencia de una inestabilidad articular severa, en este procedimiento se colocan placas y tornillos especiales para fijar el hueso fracturado.
En cualquiera de los casos es fundamental acudir a tratamiento de fisioterapia para recuperar la funcionalidad de la pierna afectada, en la que el fisioterapeuta realizara una valoración exhaustiva para determinar el protocolo de tratamiento a implementar, pudiendo actuar desde el periodo de inmovilización y en muchos casos hasta justo después de la cirugía.