El nivel de una amputación tibial es el tercio medio del hueso, debido a que es uno de los mejores puntos para el acoplamiento de una prótesis, además en este se puede conservar la articulación de la rodilla.
Una amputación transtibial es una cirugía que influye de manera significativa en la vida de la persona, pues trae consigo repercusiones físicas y psicosociales.
¿Por qué se realiza una amputación tibial?
Una amputación tibial se realiza cuando existe la presencia de gran parte de tejido dañado, en la pierna, lo cual pone en peligro al resto de esta (por debajo de la rodilla). Al tejido muerto se le conoce como necrosis o gangrena, la presencia de este hace que exista un gran riesgo de infección en la sangre, poniendo en peligro la salud general del individuo que la padece.
Las indicaciones más frecuentes para una amputación tibial son:
- En personas con enfermedades vasculares, en las que existe muerte del tejido
- Diabetes, enfermedades como esta pueden llegar a causar daños irreparables en los vasos sanguíneos, ocasionando infecciones y necrosis en las zonas afectadas por alguna lesión, esto generalmente sucede en el pie o una de las piernas
- cáncer o la presencia de tumores malignos en el hueso de la pierna o la rodilla podría requerir una amputación
- Infecciones, la multiplicación de patógenos por encima de la rodilla que cause necrosis o muerte del tejido.
- Accidentes o traumatismos en los que se sufran lesiones graves en la pierna que no puedan repararse
- Deformidad del pie presente desde el nacimiento, en donde sea necesario amputar para recuperar la movilidad de la pierna y la marcha mediante una prótesis
¿Cuál es el tratamiento fisioterapéutico después de una amputación tibial?
El tratamiento para la rehabilitación después de una amputación tibial estará enfocado en recuperar la salud del paciente, haciendo que este logre reintegrarse de manera exitosa a su nueva vida, adaptándose a las actividades que antes realizaba, pero esta vez con el uso de una prótesis que le ayudara a reanudar la marcha.
Durante el tratamiento, el fisioterapeuta usará sus conocimientos para crear un protocolo de tratamiento enfocado en las necesidades y características de cada paciente, en términos generales, luego de la cirugía realizará tratamientos para el abordaje de la cicatriz y del muñón, mediante vendajes y aplicando drenajes para conseguir una preparación para la futura prótesis, para esto también trabajará la flexibilidad y fuerza muscular.
Una vez establecida la prótesis, el tratamiento estará enfocado en recuperar la marcha a través de diversas técnicas y ejercicios, así como la implementación de correcciones posturales para evitar otros problemas musculoesquelético.