La bursitis puede aparecer en cualquier bursa del cuerpo, pero es más frecuente en articulaciones móviles como la cadera y el hombro. Pero ¿Qué provoca la inflamación de la bursa? ¿Qué síntomas ocasiona? ¿Cómo sé que es una bursitis y no una tendinitis? ¿Cuáles son los ejercicios para la bursitis de hombro que alivian el dolor?, podrás obtener las respuestas de estas y muchas otras interrogantes a continuación:
Para entender mejor en qué consiste la bursitis de hombro es necesario saber acerca de la estructura anatómica inflamada, hablamos de la bursa. Esta es una estructura en forma de un saco plano que contiene líquido sinovial, constituida por dos capas una externa de tejido conectivo que le da soporte y protección, y otra interna la membrana sinovial, que produce el líquido sinovial que la lubrica y le brinda la capacidad de amortiguación.
Estas estructuras se encuentran en muchos lugares del hombro, entre una superficie sólida y otra estructura blanda.
Las mismas se encargan de debilitar las cargas mecánicas en el hombro (como presión, tensión, fricción) y de proteger de lesiones al tejido blando que se encuentra directamente sobre las protuberancias del hueso. Gracias a la bursa, los músculos y los tendones del hombro pueden.
En la imagen a continuación podrás observar estructuras en color turquesa que representan las bursas más destacables en el complejo articular del hombro: la subacromial (subacromial bursa), subdeltoidea (subdeltoid bursa), subcoracoidea (subcoracoid bursa) y la subescapular (subscapular bursa).
El descubrimiento de este proceso patológico se le atribuye al anatomista y cirujano francés Jean-François Jarjavay, ya que fue el primero en describir los procesos mórbidos patológicos en la bursa subacromial asociados con la bursitis en el año 1867. Desde ese momento, los estudios posteriores han documentado que la membrana sinovial puede sufrir cambios inflamatorios o degenerativos que corresponden a diferentes etapas en el espectro de esta patología.
La bursitis de hombro es una patología inflamatoria que afecta una de las bursas ubicadas en el hombro, como ya hemos destacado anteriormente la bursa más afectada es la subacromial, por lo que frecuentemente se conoce a la bursitis de hombro como bursitis subacromial.
La presencia de un proceso inflamatorio en la bursa compromete las funciones realizadas por la musculatura del manguito rotador y del deltoides, adicionalmente ocasiona dolor en los movimientos de rotación y elevación del hombro. Si bien su origen se ve asociado con los movimientos repetitivos del hombro. Existen otras alteraciones que originan esta afección en el hombro, como traumatismos, sobrecarga mecánica y factores metabólicos.
Para complementar esta información te recomendamos que veas el siguiente vídeo en donde el fisioterapeuta Iñigo Junquera te hablará más a fondo sobre la bursa y las causas asociadas a su enfermedad, así como algunos tratamientos propuestos desde la fisioterapia:
Ocurre con mayor frecuencia en personas mayores de 30 años con una mayor incidencia en las mujeres. Los pacientes más jóvenes y de mediana edad tienen muchas más probabilidades de experimentar bursitis aguda que los pacientes mayores con síndrome de manguito rotador crónico.
Según la literatura, los pacientes con solo tendinopatía calcificada del supraespinoso son sintomáticos en el 6% de los casos.
Un estudio de ultrasonido llevado a cabo por varios años en Italia, encontró que los pacientes con tendinopatía calcificada del supraespinoso que presentaban dolor de hombro tenían bursitis en el 67% de los casos. Demostrando que la calcificación en sí misma no suele ser dolorosa.
De los afectados por esta enfermedad destacamos al jugador de baloncesto australiano Kyrie Irving, quien habló con la prensa después de 2 meses y explicó que padece de una bursitis en el hombro que no le permite levantarlo para tirar. Agregó también que puede que requiera cirugía. El ex Cavs ya se perdió 23 partidos consecutivos.
Kyrie Irving habló con la prensa después de 2 meses y explicó que padece de una bursitis en el hombro que no le permite levantarlo para tirar. Agregó también que puede que requiera cirugía. El ex Cavs ya se perdió 23 partidos consecutivos. pic.twitter.com/vnDwBhYVmF
— TIRO LIBRE (@tirolibreNBA) January 4, 2020
El dolor debido a la bursitis del hombro a menudo comienza como una ligera molestia que varía dependiendo del movimiento, aumentando especialmente cuando el brazo se va elevando lateralmente. Incluso los movimientos simples, como los necesarios al ponerse una chaqueta o el sostén, se asocia con molestias graves. Específicamente, los síntomas que indican que padece esta afección son:
Estos síntomas pueden ser agudos o desarrollarse lentamente durante un largo período de tiempo y persistir crónicamente. Si se prolonga la enfermedad, el dolor se vuelve cada vez más intenso pudiendo irradiarse hacia el brazo, debido a la inflamación de la bursa. Adicionalmente, la movilidad de la articulación del hombro puede verse comprometida presentando una restricción severa.
Esta enfermedad puede ocurrir después de una sobrecarga debido al trabajo prolongado con el brazo por encima de la altura del hombro, este movimiento repetitivo es la causa más recuente en deportistas como beisbolistas o basquetbolistas, sin embargo, también pueden verse expuestas personas que no realizan este tipo de actividad física, debido a que, en las actividades de la vida diaria, rara vez se levanta los brazos por encima de la altura de los hombros. Por lo cual las bursas en el hombro se sobre esfuerzan rápidamente, cuando se realizan estos movimientos.
Además, también puede producirse debido a:
La mejor manera de evitar la bursitis de hombro es evitar los factores desencadenantes. Desafortunadamente, esto no funciona para todos los factores causales.
Si enfermedades como la gota, artritis reumatoide y la espondilitis son la causa de la bursitis, difícilmente se puede evitar. Sin embargo, el tratamiento integral de estas enfermedades puede reducir el riesgo.
A diferencia de otras causas como los movimientos monótonos y repetitivos, el estrés persistente y los deportes lesionados, los cuales si pueden evitarse. Otras opciones de prevención son:
Como hemos destacado anteriormente una medida de prevención para esta afección es la actividad física y los ejercicios focalizados en el hombro, es por ello que te recomendamos ver el siguiente vídeo en donde aprenderás una fácil rutina de ejercicios de potenciación o fortalecimiento para el manguito rotador, importante grupo muscular del hombro:
Teniendo en cuenta que la ubicación de los síntomas de esta afección, esta puede confundirse con otras enfermedades en el hombro, por lo que es importante llevar a cabo un diagnóstico diferencial, que permita detectar:
Como puedes notar, esta afección es frecuentemente confundida con tendinopatías o tendinitis en el hombro.
En la tendinitis el proceso inflamatorio afecta a algún tendón en el hombro, mientras en la bursitis trata de la inflamación de la bursa. Ahora bien, este proceso inflamatorio en ambas estructuras genera dolor al movimiento que puede irradiarse hacia el brazo, sin embargo, en caso de bursitis el dolor se presenta no sólo con el movimiento o con la presión, sino que puede doler incluso en reposo.
Si la bursa se encuentra inflamada el diagnóstico es posible mediante el examen clínico compuesto por una anamnesis, examen físico y palpatorio que puede ser complementados con estudio de laboratorio y imagenología.
El diagnóstico puede ser encontrado mediante una anamnesis, examen físico y palpatorio complementado con estudios de laboratorio y imagenología.
Inicialmente en la anamnesis, se buscará detectar la presencia de enfermedades asociadas a la bursitis, como artritis, gota o reumatismo, así como también se inspeccionará si el paciente realiza actividades que lo predispongan a padecer de esta afección.
Durante el examen físico el médico o fisioterapeuta le prestará atención a varios aspectos del hombro:
A través de pruebas específicas de provocación se puede encontrar indicios de daños o lesiones en el hombro, algunas de las pruebas más frecuentemente utilizadas son:
Estas pruebas contribuyen no sólo a la detección de una bursitis, sino también contribuyen a la realización de un diagnóstico diferencial, ya que esta afección puede presentarse acompañada de otras enfermedades, por lo que puede ser dificultoso el diagnóstico.
Ahora bien, detectar la bursa comprometida a través del examen físico es posible evaluando las regiones de cada bursa:
Estas pruebas si bien pueden dar indicios de la presencia de una bursa inflamada, el diagnóstico exacto sólo se puede obtener a través de exámenes de imagenología, como un examen de ultrasonido o una resonancia magnética, en los casos que la causa no esté del todo clara los exámenes de laboratorio pueden ser útiles para detectar enfermedades metabólicas asociadas.
Esta afección se trata médicamente principalmente de forma conservadora, mediante la indicación de medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINE), como el ibuprofeno o el diclofenaco (en grageas o cremas) acompañado del uso de órtesis que restringen el movimiento de abducción.
En algunos casos, el tratamiento médico conservador de la bursitis no es suficiente para curarla por completo. En estos casos los tratamientos invasivos son una opción:
El tratamiento fisioterapéutico tiene como objetivo aliviar el dolor, reducir la inflamación y restaurar la movilidad. Inicialmente es necesario un periodo de reposo con movilidad controlada, para detener la irritación sobre la bursa. Posteriormente una vez reducido el dolor y la inflamación se procede a fomentar la movilidad para recuperar los rangos de movimiento afectados y restaurar el ritmo escapulo-humeral alterado, esto se consigue mediante ejercicios enfocados en la potenciación y flexibilización de la musculatura que estabiliza y moviliza al hombro.
Inicialmente es necesario un periodo de reposo con movilidad controlada, para detener la irritación sobre la bursa.
Adicionalmente esto es acompañado de varias herramientas terapéuticas, que contribuye a restablecer la funcionalidad del hombro, algunas de las intervenciones más usadas son:
En nuestro canal de YouTube FisioOnline podrás encontrar variadas opciones terapéuticas que te ayudarán a disminuir variedad de molestias y síntomas que te aquejan.
Para aliviar los síntomas de la bursitis de hombro inicialmente es recomendable el uso de hielo, que te ayudará no solo a reducir el dolor sino también el proceso inflamatorio presente en la bursa, en el siguiente vídeo te dejamos algunos consejos sobre cómo usar el hielo para tus lesiones:
Si el dolor de hombro no te deja movilizar el brazo, te recomendamos realizar ejercicios pendulares, siempre en el rango de no dolor, con ellos se logra aumentar el espacio subacromial y disminuir la compresión sobre la bursa. En el siguiente vídeo podrás encontrar importante información sobre los ejercicios pendulares, que te ayudarán a realizarlos por tu cuenta:
Finalmente, te dejamos un vídeo recopilatorio sobre la información más importante de esta afección de hombro, en donde conocerás cual es el tratamiento adecuado en fisioterapia para su rehabilitación
La duración de la bursitis de hombro depende en gran medida de la extensión del daño al tejido y el momento del diagnóstico y tratamiento. El pronóstico de curación de la bursitis aguda del hombro es bastante bueno, pero para ello es importante que se trate temprano, si se consigue un diagnóstico y tratamiento temprano el pronóstico es favorable, el proceso inflamatorio puede eliminarse en aproximadamente 2 semanas. Sin embargo, si se ignora el proceso inflamatorio y no se trata de manera adecuada, la inflamación puede volverse crónica y causar síntomas durante meses o incluso años.
En caso de cronificarse esta afección, pueden presentarse complicaciones como, por ejemplo, endurecimiento de la cápsula articular o la disminución de fuerza y funcionalidad de los músculos del hombro.
Sin embargo, esto último solo ocurre después de un largo período de inmovilización.
Con la bursitis crónica del hombro, los pronósticos de curación a largo plazo pueden verse alargados. Aunque la terapia farmacológica en estos casos es favorable en cuanto a reducción del dolor, el entrenamiento fisioterapéutico en estos casos tiene un efecto especialmente positivo en su proceso de curación. En estos casos, la inflamación puede ser tan pronunciada y persistente que no es de esperar una curación por sí misma.
Los tratamientos conservadores pueden no tener éxito durante meses, por lo que puede ser necesaria la cirugía.
En los casos asociados a otra enfermedad de salud crónica, como la artritis reumatoide o la gota, el pronóstico está directamente relacionado con el curso de la enfermedad crónica subyacente. En este caso, el dolor puede tratarse, pero el problema de la bursa inflamada permanece permanentemente a largo plazo.