(del libro de Roberto Junquera “El estrés, otras alteraciones emocionales, y tu dolor de espalda)
Hoy en día la alteración del intestino delgado y sus consecuencias en la zona lumbar y pierna derecha es una de las somatizaciones más frecuentes entre los pacientes que acuden a mi consulta, y detallaré uno de los tratamientos más eficaces que encontraremos, especialmente en las problemas lumbares descritos.
Intestino delgado: función en nuestro cuerpo
El intestino delgado en un órgano que podemos encontrar en el abdomen, justo entre el estómago y el intestino grueso (de hecho, une a éstos 2 órganos). En un adulto promedio mide entre 7 y 9 metros de largo. Forma parte del sistema digestivo, sistema que se encarga de transformar los alimentos que consumimos en sustancias útiles para nuestro organismo, para que nuestras células puedan realizar los procesos que realizan.
Específicamente, el intestino delgado lleva a cabo las siguientes funciones:
- Digerir las proteínas. A pesar de que las proteínas comienzan a digerirse en el estómago, en el intestino delgado continúan y terminan su digestión, descomponiendo en formas más simples las proteínas que ingresamos en nuestro organismo de la alimentación.
- Digerir los lípidos. Con la ayuda de la bilis (sustancia segregada por la vesícula biliar) se descomponen los lípidos en formas más simples, para así poder participar más adelante en la digestión.
- Digerir los carbohidratos. Igualmente, los carbohidratos que entran en nuestro organismo por la alimentación son descompuestos en azúcares más simples.
- Absorción de nutrientes. Una vez que los alimentos han sido descompuestos en nutrientes éstos pasan al torrente sanguíneo a través de las vellosidades del intestino al torrente sanguíneo, donde viajarán hacia la zona del cuerpo donde se les necesite.
Repercusiones del intestino delgado en el sistema músculo-esquelético
El intestino delgado, al entrar en disfunción (mal funcionamiento) presenta una serie de síntomas: diarreas, tránsito lento de la digestión, gases o estreñimiento. Pero son síntomas que pueden pasar desapercibidos por nosotros mismos. Pero la disfunción de intestino delgado provoca un síntoma extra: problemas en la espalda. La disfunción del intestino provoca rigidez en la zona lumbar alta, un bloqueo de la 4ta vértebra lumbar y contractura de los músculos lumbares del lado derecho, que provocará una irritación del nervio ciático.
La irritación del nervio ciático es característica, ya que genera dolor en toda la parte posterior de la pierna (desde la nalga hasta el talón, en éste caso hacia el lado derecho por tratarse de éste tipo de disfunción) y debilidad de los músculos de la pierna.
Tratamientos para la disfunción del intestino delgado
Existen 2 tipos de tratamiento desde la medicina alternativa para regularizar la disfunción de intestino delgado:
Tratamiento con plantas medicinales para la disfunción del intestino delgado
Observa el siguiente vídeo:
Todas las plantas medicinales para intestino delgado, sistema circulatorio y nervioso.
En éste vídeo te explicamos cada una de las plantas medicinales que benefician al intestino delgado.
Es difícil dar una receta para este tratamiento, ya que cada paciente tiene sus propias peculiaridades, pero en general no deben faltar:
- Tomillo
- Orégano
- Romero
- Cola de caballo
- Azahar
- Amapola
- Bolsa de pastor
- Bardana
- Castaño de indias
- Comino
- Drosera
- Zaragatona
- Hipérico
- Menta
- Regaliz
- Salicaria
Luego, dependiendo de cada paciente (si tiene añadidos problemas hepáticos, problemas renales, sobrepeso, etc), se individualizará la receta de plantas medicinales y extractos.
Tratamiento dietético para las disfunciones de intestino delgado
El tratamiento dietético del intestino delgado tiene dos fases:
Fase inicial
Un tratamiento dietético estricto que dura aproximadamente quince días en el que el paciente debe de evitar todo lo posible la ingestión de:
- Proteína animal (carne, pescado, huevo, lácteos)
- Dulces (incluyendo todo tipo de bebidas dulces, zumos preparados, bollerías, galletas de todas clases y el propio azúcar blanco).
- Harinas refinadas (que están presentes en todo tipo de bollerías, la pasta y el pan, en especial en personas del grupo sanguíneo O)
El resto de los alimentos están permitidos, e incluso se incluyen alimentos naturales que sean dulces, como fruta, frutas secas, incluso algo de miel si es de buena calidad (es decir, natural, no procesada). Evitar en todo lo posible las naranjas, mandarinas, café y cacao.
Esta dieta desequilibrada, pero conveniente para el intestino de nuestro paciente, en realidad supone poco tiempo como para notar mejoría rápida. Hay un remedio añadido imprescindible para que consigamos resultados más rápidos en muchas ocasiones espectaculares. Se trata de tomar un zumo de patata cruda en ayunas mediante licuadora, más o menos 400 ó 500 gramos de patata, durante nueve días consecutivos y preferentemente en ayunas.
Debemos avisar al paciente que durante esos días puede tener más gases y que a partir del tercer o cuarto día a algunas personas les puede provocar algo de diarrea, nada incómoda ni que genere malestar, y en cualquier caso esta suave diarrea es un síntoma muy positivo. Por el contrario, si el paciente notase estreñimiento es conveniente suspender la ingesta del zumo de patata y continuar el resto del tratamiento.
Fase final
La segunda fase del tratamiento durará unos quince o veinte días y consiste en la misma dieta de los primeros quince días incorporando algunos alimentos que dependerán del grupo sanguíneo del paciente; por ejemplo, al grupo sanguíneo O le incorporo pescado y carne roja (que no sea de cerdo) mientras que al grupo sanguíneo A le intento evitar la carne roja de forma indefinida y le incorporo carne blanca pescado y huevo.
A largo plazo el paciente debe reducir el consumo de azúcares, bollerías, y en general comida basura. Esto, que parece muy difícil de inculcar, se consigue frecuentemente en estos pacientes, ya que cuidando la dieta han notado una gran mejoría en muy pocos días; en este caso, un dolor lumbar o ciático con irradiación a la derecha que era rebelde a otros tratamientos; y además, suelen percibir una gran mejoría en otros síntomas, sobre los que no habían consultado (cefaleas, acidez, gases, cansancio,...).
Podría contar más de un centenar de lumbalgias cuyo causante era el intestino delgado pero expondré brevemente un caso que cuando acudió a mi consulta me pareció de difícil solución y a punto estuve de arrojar la toalla antes de empezar.
"Juan tenía en ese momento 52 años, ganadero de profesión, y acaba de salir del hospital tras cuarenta y cinco días ingresado aquejado de dolor lumbar, con una claudicación neurológica de ambas piernas, cuando apenas recorría andando más de cincuenta metros. En el escáner presentaba un acusado estrechamiento del canal lumbar, con degeneración de todos los discos lumbares y varias protrusiones en los últimos discos. El reposo y tratamiento con cortisona apenas había surtido efecto y la cirugía se había desaconsejado por la incertidumbre del resultado. El tratamiento con terapia manual era de gran dificultad por el extremo espasmo de toda la musculatura lumbar y dorsal baja. En aquellos años se me ocurrió intentar hacer una limpieza intestinal con el protocolo antes descrito, ya que el paciente no siendo obeso, tenía una dilatada barriga. La dieta le supuso una total variación respecto a lo que él comía y el zumo de patata lo tomó durante veinte días seguidos, pero la mejoría fue espectacular, en cuanto al dolor, la claudicación en la marcha y en la relajación de la musculatura lumbar".
Me consta que el paciente sigue trabajando en su granja, cogiendo peso, y mantiene la pérdida de perímetro abdominal con hábitos dietéticos más saludables.