El túnel del tarso, por su parte, es un canal estrecho que se encuentra en la parte interna del tobillo limitado por el astrágalo y el retináculo flexor del pie que además de contener el nervio tibial, también lo atraviesan estructuras como tendones y vasos sanguíneos.
El túnel del tarso puede presentar variaciones anatómicas que pueden generar presión sobre las estructuras que lo atraviesan...
¿Por qué se produce el síndrome del túnel tarsiano?
Aunque las causas de la compresión del túnel del tarso no están del todo esclarecidas, se cree que pueden estar relacionadas con diversos factores como:
- El edema e inflamación que se presentan después de un esguince
- Inflamación de venas varicosas
- Cambios en la posición del pie
- Uso de calzado inadecuado por un tiempo prolongado
- Enfermedades inflamatorias como la artritis
- Presencia de fracturas o espolones óseos
¿Cuáles son los síntomas del síndrome del túnel del tarso?
El síndrome del túnel del tarso se caracteriza por presentar síntomas como dolor, parestesia, ardor y entumecimiento en la parte interna del pie, con dirección hacia los dedos del pie que pueden dirigirse también hacia la pantorrilla, estos síntomas suelen empeorar al caminar o utilizar ciertos calzados, y disminuir progresivamente con el reposo, en casos severos la sintomatología puede estar presente durante el descanso perturbando el sueño de quien padece la patología
¿Cómo se diagnostica el síndrome del túnel del tarso?
En ocasiones emitir el diagnóstico del síndrome del túnel tarsiano puede resultar un poco complicado, esto debido a las diversas estructuras que pasan por este canal, por lo cual el médico deberá realizar una valoración exhaustiva que incluya una historia clínica y la realización de pruebas de diagnóstico por imagen para descartar otras patologías, además de esto la evaluación también se enfocara en determinar el estadio o gravedad de la lesión para definir cuál será el tratamiento a aplicar.
¿Cuál es el tratamiento del síndrome del túnel tarsiano?
El tratamiento médico para esta patología generalmente es de tipo conservador, este puede incluir la prescripción de medicamentos (analgésicos no esteroideos) para aliviar el dolor y la inflamación, así como el uso de plantillas, órtesis para el alivio del túnel y el control y tratamiento de los factores desencadenantes en donde se incluye el acompañamiento por parte de la fisioterapia.
En casos más graves la opción a utilizar será el tratamiento quirúrgico, procedimiento mediante el cual se corta o elimina la estructura que está ocasionando la compresión del nervio tibial. En cualquiera de los casos, la fisioterapia juega un papel fundamental no solo para el alivio de los síntomas, sino también para la recuperación de la funcionalidad del pie afectado a través de diversas técnicas de rehabilitación como la neurodinamia, terapia manual, agentes físicos y ejercicio terapéutico.