El dolor es un mecanismo complejo que se presenta en nuestro cuerpo generalmente como consecuencia de un daño tisular, pero que también puede aparecer por alteraciones en las fibras nerviosas o en el sistema nervioso. Por lo tanto, es un proceso que necesita de varias estructuras nerviosas.
"Es un mecanismo necesario para saber cuando se están presentando daños en los tejidos"
¿En qué consiste la nocicepción?
Es un proceso que consiste en la transmisión de las señales dolorosas, gracias a los nociceptores que se localizan en los diversos tejidos del organismos. Posterior, a recibir la información sensitiva, esta es enviada hacia la médula espinal, la cual será capaz de llevar los estímulos hacia los lugares del sistema nervioso central que se encargaran de regular la respuesta motora.
¿Qué estructuras involucra la nocicepción?
Además de las neuronas especializadas que son los receptores encargados de detectar los estímulos nocivos (calor o frío intenso, presión dolorosa, ardor), también intervienen estructuras como la médula espinal con sus vías, el cerebro, el tálamo, la corteza y el tronco encéfalo. Entonces, todas esas regiones mencionadas cumplen un papel importante para la transmisión y conciencia del dolor.
¿Para qué sirve la nocicepción?
La nocicepción es un mecanismo que sirve para indicarnos cuando los factores externos puede ocasionarnos daños en los tejidos y en los órganos. Es decir, que es una manera que tiene nuestro organismo de avisarnos cuando esta sucediendo algo que puede afectar alterar o poner en peligro nuestra vida.
En ocasiones, cuando el dolor todavía no ha llegado a la corteza puede presentarse con otros síntomas y signos clínicos, que nos hacen sospechar de la presencia de alteraciones en los órganos o estructuras anatómicas.
"Gracias a los nociceptores es percibido como una señal que nos avisa cuando hay posibles daños en los tejidos "
¿Cuándo se produce la nocicepción?
Este proceso comienza cuando se presentan estímulos que pueden ser potencialmente dañinos para nuestro organismo, es decir que ante la presencia de fuego, frío intenso o presiones, las fibras nerviosas serán capaces de enviar y responder impulsos para evitar lesiones tisulares.