Este padecimiento puede presentarse en personas de cualquier grupo de edad y se calcula que afecta aproximadamente entre un 10% a 20% de la población mundial.
¿Qué causa el bruxismo?
Se asocian múltiples causas a la aparición del bruxismo dentro de las cuales predomina un origen psicoemocional vinculado a altos niveles de estrés y ansiedad. Además de esto, diversos estudios han señalado otros factores como son:
- Malos hábitos de descanso.
- Ingesta de bebidas estimulantes.
- Desequilibrios posturales.
- Desalineación de las piezas dentales.
- Uso de ortodoncia.
- Factores alimenticios
- Consumo de algunos medicamentos.
- Enfermedades de origen neurológico como la esclerosis múltiple o la parálisis cerebral infantil.
¿Cuáles son los síntomas del bruxismo?
La acción de rechinar los dientes puede desencadenar múltiples molestias como son dolor e inflamación en la zona de la mandíbula, el rostro y la dentadura, aumento de la sensibilidad a las temperaturas frías o calientes, dolor de cabeza, de oído, tensión muscular e incluso puede ocasionar un aumento del estrés, la ansiedad y el insomnio.
Además, este problema puede traer consigo consecuencias como:
- Artrosis en la articulación temporo-mandibular
- Limitación funcional en la apertura de la boca
- Desgaste del esmalte dental
- Interrupción en el descanso
- Alteraciones en la alimentación
¿Cómo se trata el bruxismo?
El tratamiento del bruxismo debe ser llevado a cabo por un equipo multidisciplinar que cuente con profesionales del área de la psicología, odontología y fisioterapia, variando según sea el origen del problema y las necesidades del paciente.
El uso de ortesis o férulas ayudan a prevenir el desgaste de las piezas dentales y la sensibilidad, esta es una de las aplicaciones más frecuentes para el tratamiento de esta condición por parte de la odontología. Igualmente, se recomienda una serie de modificaciones en cuanto a los hábitos de descanso, así como evitar las bebidas estimulantes como el café, sobre todo en horas cercanas a la noche.
Desde la fisioterapia, el tratamiento para el bruxismo se enfoca en aliviar los síntomas dolorosos que este puede ocasionar, disminuir la tensión y contracturas de la musculatura involucrada, a través de técnicas como punción seca, masajes, estiramientos musculares, ejercicios de gimnasia facial, aplicación de agentes físicos como frío, calor, corrientes eléctricas y ultrasonido. Además de esto, en caso de presentar bruxismo asociado a patrones posturales, también se realiza un trabajo correctivo mediante ejercicios terapéuticos y reprogramación postural global (RPG).
El método de fisioterapia integrativa o FIIT Concept también incluye un enfoque alternativo al bruxismo, asociando su origen a una disfunción del intestino delgado vinculada a emociones de estrés, preocupación y ansiedad. El abordaje para la alteración del intestino delgado se basa principalmente en modificaciones en la alimentación para equilibrar el organismo, además de un tratamiento de infusiones con plantas medicinales (fitoterapia), así como el trabajo de las emociones asociadas al origen de esta condición.