Un desgarro muscular o la rotura de fibras del músculo aductor, isquiotibial y recto anterior, es una alteración musculoesquelética muy frecuente, esta lesión suele manifestarse comúnmente en deportistas. Las altas cargas que los atletas suelen manejar ponen en riesgo o más bien son más propensos a sufrir este tipo de alteración
La causa principal de una rotura de fibras del musculo aductor, isquiotibial y recto anterior es por el aumento de tensión a la que está sometida el músculo, como se menciona anteriormente, el deportista se encuentra en constaste entrenamiento lo que genera una sobrecarga muscular y por supuesto molestias musculares que pueden ocasionar esta rotura. A veces esta lesión suele pasar por un estiramiento excesivo de la musculatura bien sea porque en el momento del entenamiento o partido el jugador realiza un mal gesto en su mecánica deportiva y lo lleva a esta lamentable lesión.
Los músculos aductor, isquiotibial y recto anterior suelen estar comprometidas constantemente generando siempre una desventaje mecánica, por su puesto hay que tener en cuenta que estas lesionas van a varias según el deporte que la persona realice. Esta lesion suele darse conmunmente en la union miotendinosa del musculo, pero tambien puede afectar al vientre muscular
Los sintomas que presenta un deportista en primera instacias a la rotura de fibras del músculo aductor, isquiotibial y recto anterior:
Los grados de daño en el tejido de la rotura de fibras del músculo aductor, isquiotibial y recto anterior dependerán de la profundidad que este presenta.
El desgarro muscular se encuentra clasificado de la siguiente forma:
Rotura de fibras del músculo aductor, isquiotibial y recto anterior grado 1: en ese grado de lesión se caracteriza por presentarse un tirón o una distención de las fibras musculares afectadas, se presentara con una limitación funcional leve, tumefacción y en algunos casos con hematoma. Al palpar es perceptible apenas la rotura de las fibras musculares.
Rotura de fibras del músculo aductor, isquiotibial y recto anterior grado 2: la lesión en este grado se presentará debido a una rotura parcial del músculo, este está caracterizado por la presencia de una limitación funcional considerada, el dolor es moderado, hay presencia de tumefacción e incluso hematoma. Al palpar la zona afectada se sentirá la rotura de las fibras musculares de manera moderada.
Rotura de fibras del músculo aductor, isquiotibial y recto anterior Grado 3: al existir este grado de lesión es porque el vientre muscular o la unión miotendinosa del musculo se encuentra totalmente roto, la incapacidad funcional es total, el dolor es muy fuerte y constante, tumefacción y hematoma considerado, al palpar se evidencia totalmente la rotura del músculo.
Al momento de que ocurre la lesión el deportista lo primero que va a manifestar es haber sentido un "tirón" en el músculo. En ese momento nosotros como fisioterapeutas debemos abordar de inmediato al jugador y proceder a evaluar la zona afectada.
Al palpar la zona de dolor inmediatamente el deportista dirá que presenta dolor, se le pide que realice una contracción isométrica /concéntrica del músculo y preguntar si el dolor persiste en el mismo logar. En caso de que este se mantenga hay que sospecha de que exista esta posible lesión. Luego de forma pasiva se realiza un leve y suave estiramiento del musculo y se le preguntará al jugador si existe dolor, en caso de que su respuesta sea afirmativa se le indica que nos muestre exactamente el punto de dolor.
Como se mencionó en los signos clínicos de esta lesión una rotura de fibras del músculo aductor, isquiotibial y recto anterior va a generar un dolor puntual en el vientre muscular lo más recomendable de realizar luego de valorar esas incidencias es realizar un eco de partes blandas y determinar el grado de profundidad de la lesión.
Antes de explicar cómo es proceso de rehabilitación física en la rotura de fibras del músculo aductor, isquiotibial y recto anterior hay que recordar que no todos los deportistas responderán igual al tratamiento, es por esto que la intervención debe ser individualizada para una correcta restauración de la función del músculo.
Se debe tener en cuenta que los objetivos primordiales es disminuir la inflamación y el dolor, sabiendo ya que el proceso inflamación es parte del proceso de cicatrización del tejido debemos igualmente trabajar en ello, ya que nuestra obligación es recuperar al deportista en tiempo eficaz y que este se incorpore nuevamente a sus actividades deportivas.
Esta fase consta de electroanalgesia, crioterapia las primeras 72 horas, drenaje linfático y reposos de la actividad deportiva.
Inicia aproximadamente al 4to o 5to día debemos aplicar calor superficial ya que queremos reactivar el sistema de irrigación sanguínea y nos ayude a recuperar aún más rápido el músculo afectado. Esta fase consta de movimientos activos asistidos (según sea el caso), contracciones isométricas, uso de vendajes compresivos o funcionales.
Ya en esta esta etapa el jugador debe tener totalmente cicatrizado el vientre muscular que presentó la rotura. Esta fase consta de realizar estiramientos, masaje transverso profundo para romper esas adherencias que se generan el músculos, los ejercicios pasan a ser más fuertes y con movimientos, trabajo propioceptivo y de equilibrio.
En esta fase al jugador se le hará la rehabilitación en función al deporte que éste práctica, es decir los ejercicios de fortalecimientos, coordinación, velocidad, agilidad, potenciación serán netamente orientados su deporte.