Comentario
lesion espinal en la vertebra lumbar1
La farmacología es un área de estudio que en fisioterapia generalmente se ha dejado a un lado, en diversas universidades del mundo no la integran dentro del programa de estudio y en otras han tomado conciencia del efecto que tienen los fármacos en el paciente durante la atención en fisioterapia. Es por ello, que los fisioterapeutas deberían tener un conocimiento sólido en esta área ya que es una herramienta poderosa para lograr el éxito del tratamiento fisioterapéutico.
No hay forma de romper el vínculo entre la fisioterapia y la farmacología, debido a la costumbre y a la necesidad (no en todos los casos) que se tiene de administrar medicinas en la presencia de patologías que afectan el bienestar biopsicosocial en el paciente. Claramente, hay alivio y curación de enfermedades y síntomas gracias a los fármacos, pero con frecuencia causan efectos secundarios que pueden agravar la condición del paciente e imposibilitar la realización de la terapia física.
Durante el tratamiento fisioterapéutico, el fisioterapeuta debería conocer la función, forma en que interactúa con el organismo y los efectos secundarios que poseen estos medicamentos, para así tomar precauciones de usar técnicas y agentes físicos que interfieran con su acción o intensifiquen los efectos secundarios.
No todo es malo, los fármacos aplicados sobre la piel junto con agentes físicos, masajes y técnicas manuales pueden servirnos de gran ayuda para aliviar el dolor, disminuir la inflamación, mejorar contracturas musculares, ayudar a la relajación muscular, entre otros.
Según todos estos conocimientos se puede ser más responsable y eficaz a la hora de diseñar un plan fisioterapéutico exitoso.
Está en cada uno de los fisioterapeutas llevar un seguimiento del tratamiento farmacológico de cada paciente: la dosis, tiempo del tratamiento y las horas en que se administra. El fisioterapeuta ha de evaluar al paciente (equilibrio, marcha, sensibilidad, malestares, estado de la piel y pupilas) y preguntarle frecuentemente cómo se siente. Se debe tener hasta un sexto sentido para saber si el paciente olvida o está mintiendo en cuanto los síntomas, tiempo, tipo y cantidad de medicamentos que toma, esto es debido a que llega un punto a que el paciente se vuelve dependiente del medicamento por el bienestar que le hace sentir por momentos, olvidando los efectos secundarios incluso a largo plazo. El abuso de medicamentos afecta no solo la función neurológica o musculoesquelética, sino también los órganos, en especial el hígado y el riñón quienes se encargan de limpiar, filtrar y eliminar elementos tóxicos o excedentes del organismo.
Hoy en día, la industria farmacológica mueve miles y miles de millones en el mundo, muchas de esas pastillas salvan vidas pero otras muchas podrían ser evitadas, ya que son fruto del exceso y la sobre medicación que está instalada en la sociedad.
Se exponen diversos efectos secundarios de los fármacos en los diferentes sistemas.
Muchos pacientes neurológicos poseen tratamientos que inhiben y en pocos casos estimulan el sistema nervioso. Aprender a diferenciar unos de otros dependerá de los conocimientos del fisioterapeuta sobre la acción, absorción y excreción de cada uno de los fármacos administrados por un médico especialista.
Los pacientes que están bajo tratamiento de colinérgicos, que son los fármacos relacionados a la actividad del neurotransmisor acetilcolina, el cual estimula el sistema parasimpático, como por ejemplo la pilocarpina para el tratamiento del glaucoma y la neostigmina para la relajación muscular, cuyos efectos secundarios son: debilidad muscular, visión nocturna disminuida, retención urinaria, posible rigidez muscular, espasmos musculares, salivación excesiva, aumento de secreción bronquial y de otras glándulas, miasis y estimulación de la musculatura lisa gastrointestinal.
En cambio, con los anticolinérgicos (atropina, tropicamida, ciclopentolato, hioscina, entre otros) que anulan el efecto de la acetilcolina y son estimuladores del sistema simpático, habrá que estar vigilantes de la presión arterial, frecuencia cardíaca y respiratoria ya que afecta al sistema cardiopulmonar, produce relajación de la musculatura lisa gastrointestinal, midriasis, disminución de secreciones, visión borrosa, fotofobia, retención urinaria, confusión, alucinaciones, intranquilidad, somnolencia, disminución de la frecuencia cardíaca y broncodilatación.
Además, los adrenérgicos o fármacos del sistema simpático como la adrenalina y noradrenalina, generalmente producen ansiedad, temblor, taquicardia, nauseas, hipertensión, arritmias cardíacas, insomnio, nerviosismo, irritabilidad. Y los bloqueantes adrenérgicos tienen efectos secundarios como la inducción de broncoconstricción, vasocontricción periférica, pérdida del equilibrio e hipotensión.
Es común el uso de relajantes musculares en casos de estrés, sobresfuerzo físico, lesiones, espasticidad, hipertonía y espasmos musculares, aunque ellos mejoran en gran medida la sintomatología, su uso y en muchos casos en forma desmedida, puede ocasionar la depresión del sistema nervioso central, lo cual se traduce en debilidad muscular, sedación, ataxia, disminuye la atención, la memoria, produce letargia, fatiga, confusión, mareos, náuseas,, bradicardia, hipotensión y disestesias. Entre los fármacos más comunes encontramos los que actúan en los receptores del GABA, etanol, magnesio, fenol, gabapentina y la toxina botulínica.
Especialmente se usa para enfermedades neurodegenerativas como el Parkinson, Alzheimer, esclerosis lateral amiotrófica, la corea de Huntington (movimientos espontáneos, no repetitivos, distribuidos al azar y brusco), balismos (movimiento anormal de las extremidades de forma brusca, rápida y violenta), epilepsia e incluso son usados para tratar trastornos psíquicos.
Por ser pacientes neurodegenerativos involucran un largo tratamiento farmacológico que al cabo del tiempo pierden eficacia y se tiende a aumentar la dosis o tiempo de administración para mantener su eficacia, provocando las reacciones adversas que esto trae consigo. En el caso de la levodopa, medicamento más usado en el Parkinson, al cabo del tiempo produce una acinesia completa (fenómenos on-off) pero temporal, también produce pesadillas, discinesias y alteraciones cardiovasculares. En el Alzheimer, se usa generalmente inhibidores de la acetilcolinesterasa (Tacrina, Glantamina, entre otros), la cuales generan mareos, náuseas, vómitos, diarrea, algunos son tóxicos para el hígado como la Tacrina.
En cambio, en el caso de la esclerosis lateral amiotrófica, el único fármaco usado es el riluzol, cuyos efectos adversos son iguales al del Alzheimer, pero adicionalmente produce astenia.
Cabe destacar, que las crisis epilépticas y las convulsiones pueden ser provocadas por estímulos intensos. Los fármacos que lo controlan tienden a ser sedantes, relajantes, sedantes, pueden sufrir episodios de mareos y posibles caídas; en el caso de que el fisioterapeuta se encuentre con una posible crisis, debe evitar que el paciente se muerda la lengua, se lesiones o se asfixie.
Los ansiolíticos, antidepresivos y antipsicóticos, tienen efectos hipnóticos, disminución de reflejos, problemas de visión, audición o equilibrio, debilidad muscular, hipotensión, molestias digestivas, temblor, rigidez y acinesias.
El dolor, la causa más común del paciente en búsqueda de un fisioterapeuta. El fisioterapeuta tiene muchas herramientas y técnicas para aliviar el dolor como por ejemplo, la masoterapia, inhibición de puntos gatillo, agentes físicos, ejercicios relajantes y estiramientos, que sirven para ayudar a eliminar o disminuir el uso de estos medicamentos. Aunque los analgésicos son un complemento a las terapias, pueden no ser indispensables para lograr el alivio del dolor, específicamente en los casos leves. Sin embargo, en casos neuropáticos o de pacientes con cáncer, por decir un ejemplo, los analgésicos son esenciales para mejorar la calidad de vida del paciente mientras logra su recuperación.
Los medicamentos opioides para dolores de gran intensidad, profundo, viscerales y en ocasiones músculoesqueléticas, como la morfina, la codeína, entre otros, presentan efectos hipnóticos, somnolencia, sedantes, disminuyen la sensibilidad y producen estupor. En dosis muy altas pueden hasta producir la muerte por paro respiratorio, también provocan sudoración, vómitos, dependencia física y psíquica, estreñimiento, hipotensión, retención urinaria.
Los AINES (analgésicos anti-inflamatorios no esteroideos) como el diclofenaco, ibuprofeno, piroxicam, paracetamol, entre otros, son muy comunes en el uso para el alivio de dolores músculoesqueléticos de origen inflamatorio. Las enfermedades más comunes para el uso de estos medicamentos son la artritis reumatoide, espondilitis aquilosante, fiebre reumática, fracturas, esguinces, etc. Sus efectos adversos siempre están asociados a problemas gastrointestinales, producen retención de agua y sal (edemas), daño renal, alergias, cefaleas, mareos, insomnio, depresión y son antiagregantes plaquetarios. Son los analgésicos que han generado más problemas debido a su venta libre, sin supervisión médica y por ende, son consumidos en desmedida. Aquí la fisioterapia puede ser de gran ayuda para eliminar el uso excesivo de estas sustancias, usando por ejemplo, el TENS (estimulación eléctrica transcutánea), la crioterapia, termoterapia y la masoterapia.
En este vídeo se explica la relación que existe entre muchas cefaleas tensionales o dolores de cabeza con las disfunciones del hígado, que de forma refleja puede dar lugar a este dolor o problema..
Se ofrece además una alternativa al tratamiento o ayuda para mejorar estos problemas.
Explico como los medicamentos tienen sus consecuencias negativas y perjudiciales a medio y largo plazo.
Se ha mencionado mucho los efectos adversos de algunos medicamentos que actúan en el organismo del paciente, casi siempre se hace referencia a su gran beneficio y se olvida que el uso prolongado y excesivo, pueden causar daños psicofisiológicos, ya sea temporal o definitivo. Todo el artículo no es para causar pánico ni inducir a la suspensión inmediata de los fármacos que se están administrando en el momento de la terapia. Esto es, con el fin de que siempre deben consultar tanto al médico especialista como al fisioterapeuta sobre las precauciones que se debe tomar al momento de realizar una terapia física, para así evitar posibles complicaciones y lesiones durante este.
El fisioterapeuta será responsable de llevar un seguimiento del paciente antes, durante y después de la terapia, en cuanto a sus signos vitales, evaluación subjetiva y objetiva.
lesion espinal en la vertebra lumbar1
El documento revisado acerca de la relación existente de los fármacos con la fisioterapia me pareció muy interesante . Cabe mencionar la relación existente de lesión del hígado con relación del dolor de cabeza.
Que bueno, cuanta informacion nos hace falta y que poquita tenemos
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