“Oh no! el hueso se ha salido de su sitio” esta alarmante frase suele estar acompañada de un diagnóstico de luxación o dislocación de hombro (acromioclavicular o escapulohumeral). Tal lesión no debe tomarse a la ligera y para encontrar una acción terapéutica adecuada, se debe saber más acerca de esta lesión. Aquí aprenderás cómo se produce un hombro dislocado, qué riesgos y complicaciones puede provocar, cómo se trata y cuál es su tiempo de curación.
Antes de profundizar sobre esta común lesión en el hombro, es necesario hablar sobre los componentes anatómicos afectados. Es indiscutible la capacidad de movimiento que posee este complejo articular, el cual está compuesto esencialmente por dos articulaciones la articulación glenohumeral o escapulohumeral y la articulación acromioclavicular. Hablando de forma general podemos decir que además de los componentes óseos de este complejo articular (escápula, clavícula y húmero) existen otros componentes estabilizadores: los elementos dinámicos y estáticos, siendo estos los siguientes:
El significado etimológico del término luxación proviene de la palabra “luxus,-a,um” que en latín hace referencia a algo sacado de su sitio o dislocado. Es por ello que también suele llamarse a esta afección dislocación del hombro. Esta lesión trata de un desplazamiento patológico de los huesos involucrados en el hombro, de modo que se altera la movilidad normal de la articulación. Además, también se puede desgarrar los ligamentos, dañar los músculos y comprimir los nervios y vasos sanguíneos que por allí discurren.
Esta lesión trata de un desplazamiento patológico de los huesos involucrados en el hombro, de modo que se altera la movilidad normal de la articulación.
Básicamente, la "dislocación" puede ocurrir en todas las articulaciones del cuerpo, pero debido a la estructura anatómica del hombro, esta es particularmente susceptible a la luxación. La cabeza esférica de esta articulación es relativamente grande y se contrasta con una cavidad articular algo pequeña en el omóplato/escápula con un componente muscular y ligamentoso relativamente flexible. Una propiedad que es muy importante para proporcionar a nuestros brazos y manos, que son las herramientas principales en la vida cotidiana, la máxima libertad de movimiento.
Inicialmente se puede distinguir los tipos de luxaciones de hombro entre luxaciones traumáticas, causadas por fuerza externa, y luxaciones atraumáticas de hombro, en las cuales los huesos de la articulación se salen de su posición con movimientos simples debido a la debilidad de los tejidos.
Además, esta lesión se puede clasificar por el componente articular afectado bien sea la glenohumeral/escapulohumeral o la acromioclavicular. Estas pueden a su vez ser clasificadas por la nueva direccionalidad que toma el húmero o la clavícula durante esta lesión.
En esta lesión la cabeza del húmero se ve desplazada en tres sentidos y las estructuras lesionadas pueden ser en menor o mayor medida el labrum articular, la cápsula articular, los ligamentos o las inserciones musculares y tendinosas. En la luxación anterior de hombro el mecanismo de la lesión suele ser un golpe cuando la extremidad se encuentra abducida, rotada externamente y extendida. Con este mecanismo se pierde la forma redondeada del hombro y aparece el “signo de la chatarrera”, la persona afectada pierde la capacidad de realizar la abducción y rotación externa, adicionalmente se puede lesionar el nervio circunflejo.
Este tipo de luxación de hombro es la más frecuente y cuenta con una sub-clasificación (luxación subcoracoidea, subglenoidea y subclavicular) la cual podrás observar en la siguiente infografía:
En el caso de la luxación posterior de hombro, la lesión es causada por un golpe en la región anterior con el brazo aducido y en rotación interna, en este caso no sólo un trauma suele ser la causa, también se ven asociadas a fuertes contracciones musculares posteriores producto de eventos convulsivos o de electrocución. Esta lesión la presencia de deformidad es mínima, ya que la cabeza humeral sobresale muy poco a nivel posterior, adicionalmente la persona afectada pierde la capacidad de realizar la abducción (mayor a 90°) y rotación externa. Finalmente, la luxación inferior del hombro es causada por una carga axial sobre el brazo abducido. Las funciones se ven gravemente comprometidas, además puede lesionarse el nervio y la arteria axilar.
En esta lesión la posición de la clavícula respecto a la escápula, osea la articulación acromioclavicular es la que se ve comprometida en varios niveles.
Según la clasificación de Rockwood podemos clasificarlas en seis grados:
La principal complicación es la pérdida de la estabilidad del complejo articular del hombro, otras destacables son:
De todas las luxaciones que pueda presentarse en el cuerpo, la de hombro representa un 50% de este tipo de lesión articular. Su incidencia por año es de 17 casos por cada 100.000 personas en España. En el 97% de los casos de luxación de hombro, la luxación anterior es la más frecuente, siendo las luxaciones posteriores o inferiores las menos frecuente con un 2% y 1% respectivamente.
Tiene una prevalencia del 85% en hombres entre 15 y 40 años, siendo más afectados los jóvenes que practican deportes de contacto como el fútbol.
Presentándose en menor medida en personas mayores de 40 años con un 15%. De las personas famosas afectadas destacamos al futbolista argentino Nery Domínguez quién será dado de baja tres semanas. El defensor de Racing terminó el clásico con una luxación en su hombro izquierdo.
El defensor de #Racing terminó el clásico con una luxación en su hombro izquierdo.https://t.co/3Q3D2ipnEL
— TyC Sports (@TyCSports) February 12, 2020
Si una persona tiene el hombro dislocado, generalmente presenta muchísimo dolor en el área luxada. El brazo apenas se puede mover y se mantiene en una postura antálgica contra el cuerpo. Adicionalmente el signo más notable es que la forma normal del hombro ha cambiado, la deformidad presente va a variar dependiendo del tipo de luxación. Además de esta sintomatológica se pueden presentar otras características que indican la presencia de una dislocación escapulohumeral o acromioclavicular tales como:
El amplio rango de movimiento que posee esta articulación hace que el hombro con sus estructuras estabilizadoras de tejidos blandos, sea propensa a sufrir este tipo de lesiones. En el caso de una luxación traumática del hombro, la fuerza externa sobre la articulación provoca la dislocación, esto sucede a menudo en los deportes de pelota en campo, por ejemplo, cuando dos jugadores de campo chocan con los hombros o cuando el atleta cae y cae sobre el hombro.
Una dislocación del hombro también puede ocurrir en deportes como el judo o jiujitsu, en el cual se tuerce y tira fuertemente del brazo.
Después de una dislocación inicial, pueden ocurrir otras luxaciones si los componentes anatómicos de retención ya se han desgastado debido a la primera luxación o si la dislocación no se ha curado completamente. Aquí se habla de una luxación recidivante del hombro, en la cual un vigoroso saludo de manos puede conducir a una dislocación.
Una luxación atraumática del hombro generalmente se desencadena por causas congénitas.
Esto puede deberse a la debilidad congénita ligamentaria o al posicionamiento incorrecto de la cavidad glenoidea (displasia glenoidea). Además, diversas enfermedades genéticas, como el síndrome de Down, ocasionan como síntoma acompañante un tejido muy elástico alrededor de las articulaciones, esto promueve la inestabilidad articular, lo que promueve una dislocación del hombro sin ninguna fuerza y con movimientos simples.
Solo hay una forma de prevenir una luxación de hombro. Si ya ha notado que sus tendones y músculos están flojos o débiles, o si sus hombros ya se han dislocado con anterioridad, debe evitar la práctica de deportes de pelota y de contacto. En general, se deben evitar actividades que supongan una carga especial para el hombro. Entre otras cosas, las siguientes recomendaciones pueden reducir el riesgo de sufrir una dislocación:
Para complementar la última recomendación te dejamos en el siguiente vídeo cuatro ejercicios para ganar estabilidad del hombro:
Una dislocación o luxación de hombro siempre deberá ser atendida como una emergencia médica, ya que es este profesional de la salud quien debe evaluar la gravedad de la lesión y posiciona nuevamente esta articulación, pero ¿Cómo saber si realmente estamos en presencia de una luxación de hombro? Para responder esta interrogante el médico deberá realizar un examen físico, palpando nivel del hombro, con la finalidad de verificar que se encuentre en su posición y que no presente ningún tipo de lesión.
Si el médico trata de devolver suavemente el brazo dislocado a su posición natural, este volverá a la postura incorrecta cuando se suelte. Este fenómeno ocurre en muchas luxaciones.
De igual forma el médico también verifica qué tan flexibles son el hombro y el brazo, prestando mucha atención a otros signos existentes que a menudo acompañan esta lesión, como, por ejemplo, signo de la chatarrera, deformidades visibles en el hombro, trastornos sensoriales (por nervios lesionados) o trastornos circulatorios (por lesiones vasculares).
Para confirmar una luxación de hombro es importante que el paciente cuente con estudios de imagenología, que permitan al especialista conocer a detalle la afección del paciente, entre los cuales tenemos:
Ante una lesión de este tipo el objetivo principal es devolver la estructura ósea hacia su posición anatómica original, sin embargo, esto sólo puede ser realizado por un especialista en traumatología y ortopedia. Entonces ¿qué hacer ante la luxación de hombro? Primeramente, evite posicionar por sus propios medios el hueso, inmovilícelo en una posición que resulte menos dolorosa si es posible haga uso de un inmovilizador o cabestrillo y acuda a un médico lo más pronto posible.
La luxación de hombro generalmente debe ser tratada de manera inmediata ya que cuando más tiempo lleve recibir tratamiento, más graves serán las consecuencias.
Inicialmente el doctor indicará analgésicos y antiinflamatorios para aliviar el dolor y las molestias del paciente de manera momentánea, ya que dependiendo de la gravedad de la lesión se deberá recurrir a la intervención quirúrgica o a realización de alguna maniobra para llevar el hombro a su lugar correspondiente.
En el caso que después de la valoración, se evidencie que se puede realizar una reducción manual de la dislocación, el especialista aplica ciertas maniobras, la elección de las mismas variarán según el caso, pero con las mismas el médico reposiciona la articulación tirando y girando el brazo suavemente de una manera específica.
Una vez lograda la reducción, el paciente afectado percibe un alivio inmediato a cualquier molestia, sin embargo, el proceso de curación de esta lesión no termina con la reducción de la dislocación.
Generalmente se recurre a la intervención quirúrgica cuando la luxación de hombro va acompañada de otras complicaciones que no se pueden tratar de otra manera. Por ejemplo, en ligamentos desgarrados o en presencia de fracturas. El especialista también puede utilizar el proceso quirúrgico para estabilizar las estructuras sobre-estiradas. Esto reduce el riesgo de nuevas dislocaciones. También se sugiere una solución quirúrgica a pacientes jóvenes que practican deportes de alto estrés u tengan ocupaciones de alto estrés, donde existe un mayor riesgo de re-luxación.
Esta consiste en una artroscopia, la misma operación artroscópica como hemos destacado anteriormente sirve también para evaluar la extensión total del daño de la articulación del hombro dislocado. La cirugía generalmente implica la fijación del labrum desgarrado mediante la técnica artroscópica, es decir, en este procedimiento no se abre la articulación del hombro, las reconstrucciones se hacen mediante el uso de suturas y anclajes de disolución o absorción progresiva. Además de la reparación del labrum, también puede ser necesario un ajuste de la cápsula articular y una sutura en los tendones.
Los primeros pasos después de la reducción de la luxación son cruciales para la recuperación funcional del paciente afectado, para ello inicialmente se hace uso de órtesis estabilizadoras, ya que las mismas aseguran que la articulación afectada se fije en una posición óptima durante la fase inicial de reparación, lo que reduce el dolor y previene efectivamente los movimientos no deseados que afecten el proceso de recuperación, dejando que las lesiones de tejidos blandos o las lesiones óseas puedan sanar en paz y se pueden crear condiciones óptimas para un óptimo tratamiento fisioterapéutico.
En la etapa de inmovilización se realizar trabajos activos en las articulaciones adyacentes, con ello se facilita el proceso de recuperación funcional.
Las medidas de tratamiento durante el período de inmovilización tienen como objetivo principal reducir el dolor y la hinchazón. (por ejemplo, crioterapia o electroterapia). Una vez culminado el proceso el tiempo de inmovilización, que generalmente dura unas dos semanas, tres cosas son importantes:
La decisión sobre qué método de terapia es el más adecuado siempre debe tomarse de manera individual, ya que, según el tipo de lesión, el estado de reparación tisular, las disfunciones presentes, la edad del paciente y otros factores, se hará la elección de las técnicas de tratamiento necesarias para restablecer la movilidad y funcionalidad de la persona afectada.
En nuestro canal de YouTube FisioOnline encontrarás variedad de vídeos con importantes recomendaciones que te ayudarán a recuperarte de una luxación de hombro.
Antes de realizar cualquier intervención es necesario conocer de qué trata esta lesión, cómo es su proceso diagnóstico y cuál es el tratamiento médico y fisioterapéutico adecuado:
Una vez culminado el proceso de reparación y regeneración dentro de la articulación, lo apropiado sería recuperar la estabilidad del hombro, para ello te dejamos el siguiente vídeo, sencillos ejercicios de estabilización:
La musculatura que recubre al hombro, cumple un importante papel a la hora de evitar una nueva dislocación, es por ello que es necesario realizar un adecuado entrenamiento. Para lograrlo te dejamos en el siguiente vídeo sencillos ejercicios de tonificación y fortalecimiento para recuperación de lesiones de hombro
La probabilidad de nueva luxación después de la terapia conservadora se da en promedio en al menos 60% de los casos, siendo los adolescentes y adultos jóvenes los más afectados ya que muestran una tasa de hasta más del 90%. Ahora bien, el riesgo de una nueva dislocación después de la estabilización quirúrgica, por otro lado, es inferior al 10%.
Los pacientes más jóvenes tienen un alto riesgo de luxaciones recidivantes, las recaídas casi nunca ocurren en pacientes mayores de 35 años, esto es frecuentemente relacionado al hecho que la población joven suele estar más expuesta a factores de riesgo.
Una primera dislocación aumenta el riesgo de desgaste prematuro de las articulaciones y el envejecimiento (artrosis). En la mayoría de los casos, el hombro se cura dentro de tres a seis meses, si la función del hombro es deficiente después de una dislocación, se debe verificar si hay daño en alguna de las estructuras articulares estabilizadoras y tratarlo.